Tú eres el hombre que amo

Pasado 8

Owen 

 

La sonrisa en mis labios no la puedo ocultar por más que trate de hacerlo, sé que debo verme como un idiota enamorado, pero no puedo evitarlo. No cuando Celeste me hace sentir tan vivo y con ganas de conocer más de ella, no cuanto siento que estoy consiguiendo algo realmente bueno entre nosotros. 

Miro una vez más la fotografía que acaba de enviarme y las ganas de tenerla durante todo el día a mi lado me consume, mi mente comienza a maquinar como conseguir que Celeste duerma fuera de su casa conmigo, sé que estaba teniendo algunos inconvenientes con la porquería de padre que tiene y por eso no le he estado insistiendo. 

Giro sobre mis talones y me paralizo cuando levanto la vista y me encuentro a papá mirándome fijamente, de repente toda esa explosión de emociones intensas se enfría cuando sus ojos me perforan buscando una respuesta que sé que está consiguiendo. 

El sabor amargo de la vergüenza y las ganas de no decepcionar a mi padre me invaden sin piedad, me trago las ganas de comenzar a explicar lo que él estaba viendo. En mí siempre estará esa sensación de querer que mi padre en todo momento se sienta orgulloso de mi.  

Siempre me he sentido así y sé que nunca dejaré de sentir esto. Papá es todo lo que aspiro al futuro, él es mi ejemplo a seguir en todo momento y el solo pensamiento de poder fallarle de alguna manera de siente como la peor de las traiciones. 

Mamá siempre me ha mencionado que no debería sentirme así, pero es algo que no logro dejar de sentir, siempre me hace feliz mirar el orgullo en sus ojos, además, siempre he querido ser el que lo ayude a sanar su corazón herido. Sé que la muerte de mi tía lo afectó a tal punto que una parte de él murió con ella, eso todos los sabemos. Ellos compartían un fuerte vínculo, uno que mamá y yo y nadie puede jamás alcanzar. 

—¿Celeste?—la pregunta se siente como una piedra enorme en mi estómago, asiento algo avergonzado huyendo de su mirada, me siento frente a él y aprieto las manos en mis rodillas tratando de parecer calmado—parece gustarte—menciona con tranquilidad. 

—Solo es parte del plan—respondo en automático y me siento aún peor con esa respuesta porque sé que la realidad es que le estoy mintiendo a mi padre cuando le dije que nunca lo haría. 

Estoy traicionando su confianza cuando siempre le dije que en mí podía confiar. 

Me enamoré de Celeste, no sé cómo pasó o en qué momento, pero estos sentimientos que estoy experimentando por ella son nuevos, es algo que jamás había sentido. Sé que si me mira a los ojos no encontrará la frialdad con la que me manejaba al inicio, pero ella ha logrado borrar con su sola presencia cualquier plan que mi mente maquine, soy yo mismo con Celeste, sin máscaras, sin segundas intenciones, solo soy Owen y ya.  

—¿Seguro? ¿o estás cayendo por la pequeña Beckett?—me trago el nudo y forzo una sonrisa en mis labios mientras trato de mirarlo. 

—No, solo es parte del plan—papá me observa en silencio antes de asentir y pasarme unos documentos, sé que debo ponerme a trabajar, pero quería venir a verlo—¿cómo sigues? Mamá me dijo que no te has estado sintiendo bien—papá sonríe algo desgastado y niega. 

—Tu madre se alarma ante cualquier pequeñes, estoy perfectamente bien—me regala una sonrisa—espero que tú no descuides tu salud—me levanto entendiendo que ya debo marcharme—pásate el jueves por la casa, hagamos algo solo nosotros, hace mucho no paso tiempo de calidad contigo hijo, disculpa si te he descuidado mucho o sientes que pongo sobre tus hombros algo que no mereces—lo miro confundido. 

—¿Qué quieres decir con eso?—papá me observa fijamente. 

—Pronto lo entenderás, pero si vale la pena, lucha, hasta contra mí—parpadeo confuso y asiento dándole una sonrisa. 

—Entonces nos vemos el jueves, no pienses que porque estás algo viejo tendré piedad de ti—papá se ríe y se levanta quedando frente a mí, palmea mi hombro y me mira. 

—Te quiero hijo, tu madre y tú son todo lo que tengo en este mundo—besa mi frente y asiento, dándome un último golpe en el hombro con sus palabras, se aleja y vuelve a su lugar. 

A veces siento que él me habla en códigos y no puedo seguirle, pero quizás más adelante si entenderé lo que me quiso decir, cuando al fin me revelé contra mi padre. 

Cuando puse lo que sentía por encima de su deseo de venganza, solo que lo hice muy tarde. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.