Andrés
Al entrar al apartamento, Andrés Fernando Benavides Maldonado, de 24 años de edad, de ojos gris-verdosos y cabello castaño, que en estos momentos lo lleva un poco largo, ya que no ha encontrado el tiempo y el humor para ir a cortárselo; un cuerpo de infarto, como dirían las mujeres que lo miran con mucho deseo y admiración, es bastante alto, mide 1.80 cm, cierra de un portazo y tira su maletín de herramientas en un rincón del comedor. Sigue de muy mal humor, todo se le vino encima, con todos los problemas que tiene en la familia, sobre todo de su hermano mayor Julio, que su novia sigue desaparecida, está embarazada de gemelos y no quiere verlo ni en pintura, él por el mismo problema y la falta de ella, se ha puesto enfermo; su hermana menor, está enojada conmigo, por haberme acostado con su dama de honor y amiga, que, además; es también mi mejor amiga de la infancia, por supuesto que amo con toda mi alma y nunca se lo he dicho. Se preguntarán, ¿por qué estoy así?, pues, ella ha desaparecido también, ya que no me ha respondido mis llamadas desde ayer. Parece que es una epidemia, o como esa película que se llama “La novia fugitiva”. En fin, no sé a dónde fue. Entra a la cocina y abre la nevera para sacar una lata de cerveza, va hacia la sala y se sienta en su sillón preferido, toma un largo trago de su cerveza y suspira profundamente y comienza a pensar en la mujer que lo tiene loco desde hace mucho tiempo. Tita, cariño; ¿dónde estás? ¿Por qué te fuiste? ¿qué pasó con nuestros planes? Queríamos ser una pareja que lo hiciéramos todo juntos, crear nuestra empresa de construcción y restauración. ¿Por qué me abandonaste? – se toca el pecho, porque siente una opresión fuerte, que lo deja sin respiración; en ese momento tocan la puerta, sale de la sala, aún, con la mano en el pecho, caminó tropezando, llegó y abrió sorprendiéndose al ver quién estaba en frente de él. Una chica hermosa con el cabello rizado, ojos gris-verdoso con pestañas largas y espesa, piel trigueña y una sonrisa impresionante.
- Hola mi querido hermano el “galán” hermoso – lo abraza y le pone la mano derecha en el pecho y cierra por unos segundos sus ojos – ya está pasando, no te preocupes, ya el dolor pasará, porque yo estoy aquí.
- Oye, ¿Cómo supiste? – le pregunta asombrado y a la vez aliviado, ya que siente que se le está pasando esa opresión de su pecho – definitivamente tú y Fer dan miedo – dijo sonriéndole. Laura Sofía es gemela con Lucía Fernanda, de diecisiete años; ellas son las princesas de la casa, las bebés, pero Sofi es la mayor por tres minutos que Fer – princesa, te agradezco que vinieras; estaba asustado, porque nunca me había dado ese dolor – la mira muy preocupado…
- hay que preguntarle al abuelo, que es lo que pasa con nosotros – Laura Sofía camina hacia la sala y se sienta en el sofá – y trata de no preocuparte por Tita, para que no te pase como a Julio – le advierte – manéjalo de otra manera y canaliza esa preocupación visualizando la imagen de ella, ¿vale? – lo mira seriamente – tú tienes el don de clarividencia, me extraña que no lo hayas utilizado.
- Vale, cariñito – la abraza y le dice – te amo, mi princesa, espero que Fer no lo haya percibido, porque me va a gritar, como ella sabe hacerlo – Sofi, se carcajea – lo sé, princesa, pero no quería utilizarlo, esperando que ella regresara y arreglemos lo que sea que le preocupa.
- La verdad, todos les tenemos miedo a Fer – y sigue riéndose – cariño, sé que lo arreglarán, además, esperemos que todos estemos en casa reunidos para celebrar la navidad.
- Es que nuestra hermana es una cascarrabias y malgeniada – él también se ríe imaginándose el momento cuando su hermana pequeña se enterara de sus sufrimientos.
- anda, cierra los ojos y relájate para que pueda percibir y calmar ese dolor – Andrés le hace caso y se tumba en el sofá, Sofi pone su mano en el pecho de su hermano y cierra sus ojos concentrándose en él y en Stella - ¿te sientes mejor? - Le pregunta
- Sí. Ya está pasando. ¿Cómo lo haces? Se asombra porque sus hermanas están desarrollando sus poderes demasiado rápido.
- No lo sé. Hace unos días comencé a desarrollar ciertos cambios en mí y que también percibo en Fer, pero ya ella los tiene desarrollados, los ha completado en el momento que se casó – se levantó del sofá – bueno ya me voy, solo vine porque presentí tu situación y estado, Andy, como ya te dije, canaliza el dolor que sientes por la huida de Stella y utiliza ese poder que tienes para rastrearla, cuando la encuentres, trata de pensar en lo que vas a hacer, ¿me explico? – esto lo dijo en un tono de voz más fuerte.
- sí, señorita, ya te escuché – y gruñe – además, no me grites que soy tu hermano mayor – dijo riéndose – te pareces a Lucía Fernanda.
- ¡Claro! Es mi gemela, tonto – ella se carcajea en el momento que se dirige a la puerta después de darle un beso en la mejilla y luego se marcha.
Bueno amigos, ¿Cómo están todos? Aquí les dejo el primer capítulo de esta tercera entrega de la Luz del Destino y su poder. Espero que le den una oportunidad y comenten, compartan y opinen.
Un abracito en la distancia.
Zenyas (Dalgy)
PD. Queridos amigos lectores, quiero decirles que estoy editando esta novela, ya que le hacía falta algunas cosillas para que tuviera un poco de sentido, así que vuelvan a leer este capítulo.