Tu eres mi todo

Capítulo 37

Ha pasado una semana este es el p*** infierno, y más con el sargento de cuarta ese.

Nuestra rutina diaria es levantarse a las cinco de la mañana, tenemos como máximo cinco minutos para ducharnos, además debemos ponernos el asqueroso uniforme que es dos tallas más grandes, damos 10 vueltas al la escuela y no es para nada pequeña, luego hacemos 50 cuclillas, 50 abdominales y 100 lagartijas. Los ejercicios los vamos terminando, a las siete, pasamos al comedor, desayunamos (Si a eso se le puede llamar comida) y luego clases, cuando se acaba la jornada escolar, pasamos nuevamente al comedor, y luego a los bloques que es unisex, no se tiene privacidad. 

He de admitir que los ejercicios no se me han hecho complicados, ya que el pelear en peleas clandestinas requiere de un buen estado físico, cosa que tengo. 

El sargento es un completo hijo de... De su madre, lo odio más que a Tifany y no creí que pudiera pasar. 

Las chicas están en su lecho de muerte sin exagerar, no se han movido todo el día de la cama, y eso que el colchón es una mierda, es demasiado duro. Mi hermano murio el primer día, en este momento debe estar cumpliendo su castigo numero 15, que no es nada agradable, Matías y Gabriel están... La verdad no los veo desde esta mañana. 

Y yo estoy, aquí viendo a la mayoría con sus padres, si hoy es día de visitas, nuestros padres no pudieron venir al parecer la prensa quiere respuestas, y hasta en el baño los siguen, así que no pudieron venir. 

El sargento Matthew, tiene 23 años es demasiado joven, es bastante guapo pero la belleza se pierde con sus carácter de mierda que carga. 

Mi "Pelotón" no es para nada agradable, esta la consentida del sargento, los chismosos, los malotes, los holgazanes, los atléticos, los drogadictos y claro que no pueden faltar los problematicos, osea nosotros, no llevamos ni una semana y ya hemos tenido más castigos que todo el pelotón junto. Limpiar el baño no es nada agradable. 

-¿La niña mimada no tiene visitas? - Y cómo odio esa voz. 

-¿Y usted no tiene nada mejor que hacer Sargento? 

El primer día nos "Bautizaron" con apodos ridículos, Hera es la Princesita , Antonella es la hormiguita ( por su estatura) , Hades es Terremoto, Matías es Sr. Sexi (escogidos por la mujeres) y Gabriel es cerebrito, y yo soy la niña mímada. 

Ridículo ¿verdad? 

-¿Quiere otro castigo? - Maldito mil veces maldito. 

-No -Me limitó a contestar

-¿No que? - Dice alzando una ceja con sus brazos cruzados. 

-No mi sargento -Respondo entre los dientes estoy cansada, y no quiero castigo alguno. 

-¿Acaso los padres de la niña mimada no van a a venir a verla para ella poner quejas? - Su tono es burlon, no sabe ni siquiera quién soy. 

-Mire sargento le he tolerado bastante, si no lo he enviado al infierno es por dos razones, una ni quiero desepsionar a mis padres más de lo que ya están y dos no quiero echar todo a la mierda y que por mi culpa lo chicos y yo terminemos llendo a la cárcel, ha si que le pido amablemente que se retire y me deje sola. 

-¿Por qué iriran a la cárcel? - Acaso vive en otro planeta. 

-Por qué fuimos arrestados por difamación, secuestro, en la corte de enteraron de otros delitos, Matías y yo partcipabamos en carreras y peleas ilegales, todos salió a la luz, a demás nos culparon por ingresar a la base de datos de la policía Nacional y eliminar información de un caso. Ahora si no queremos ir a la cárcel, teníamos que venir a una escuela militar lo que restaba de año, y todo fue mi culpa si yo tan solo...si tan solo me hubiera mantenido alejada de Adam no estaríamos aqui. 

Lo suelto todo, no se en que momento empecé a llorar, o en que momento estaba rodeada por lo fuertes brazos del sargento. 

-Yo lo siento, no sabía nada. 

-Da igual ya el daño esta hecho solo queda remediarlo. 

Me safo de su abrazo y huyo, dejando al sargento ahí, cuando entró al bloque, veo a Antonella jugando ¿Cartas? Desde cuando juega cartas. No importa. 

Cuanod llegó a mi "Cama" me tiro boca abajo, y al hacerlo quedó sin aire, definitivamente extrano mi cama. 

-¡On your face Bitch! -Oigo que grita Antonella. - Bueno fue un placer haber jugado con ustedes y ganar, pero el deber me llama. 

Las chicas con las que jugaba, se retiran a lo lejos se escuchan los ronquidos de Hera, me compadezco. 

Mi colchón se unde y se que alguien se ha sentado, estoy demasiado cansada para voltear y ver quien es, pero tengo una idea de quien pueda ser.

-Nariz roja, mejillas sonrojada pero no de algo vergonzoso y ojos rojos, señales de que o has estado llorando o has estado fumando quien sabe que. - Su voz es Serena, no se como me conoce tan bien. Creo que ella y Matías son los únicos en poder leer a través de mi. 

-No fumaria en una escuela militar, sería casi un suicidio. 

-Tienes razón -Hace una pausa - ¿Por qué llorabas? 

-Es extraño nuca le había contado a nadie lo que me pasaba y ahora simplemente explote y dije todo. 

-¿A quién? - Su voz sigue igual de Serena no se como puede hacerlo. 

-Al sargento Matthew

Suelta un leve suspiro, hago lo mismo, ella puede ser muy... Muy loca y para nada buena dando consejos, así que debe estar pensando que decir. 

-¿Simplemente explotaste? 

-Sip. - Remarcó la "P" 

-La razón por la que lo hiciste fue por todas tus emociones acumuladas, no le cuentas a nadie lo que piensas o sientes, te lo guardas para ti sola, y eso no es bueno, por que en un momento ese peso cada vez es más difícil de mantener en equilibrio, eres una persona con emociones tienes sentimientos. - Toma un bocado de aire, y piensa que decir

-Explotaste por todo lo que está sucediendo, el accidente, tu separación con Adam, el juicio, el casi ir a la cárcel, la escuela militar, un sargento al cual odias, y nuestros padres quienes están desepsionados. Y antes de esto ya tenías bastantes problemas, en la preparatoria, con tus padres, con el intenso de Axel pero más contigo misma. 



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En el texto hay: amor adolecente humor mentiras

Editado: 12.07.2021

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