Trato de mantenerme estable y mostrarme segura para aliviar el tenso ambiente que se ha formado de camino a la puerta del lugar en donde cenaríamos. Aaron está a mi lado sujetándome algo débil por la rígida situación mientras que James camina con suficiencia delante nuestro. Había dos posibles opciones ante esto, y esperar una buena sería milagroso.
—¡Oh, han llegado! —saluda la madre de Aaron al vernos entrar.
Por desgracia, quiero murmurar.
Él apenas se inmuta porque logra una mueca insuficiente que no llega a transformarse en sonrisa. Ellos, en cambio, nos reciben alegres y con la exaltación creciendo. Me aclaro la garganta a la hora de saludar a los padres de James, quienes se acercan risueños.
—Ella es.. —intenta hablar mi suegra antes de verse interrumpida.
—Audrey, nos la hemos cruzado una vez en la cabaña —habla el padre de James, temerariamente similar a su hijo que está a tan solo metros—. Un gusto, linda.
—Lo mismo digo —respondo sonriéndole falsa. ¿Desde cuándo lo logro con tanto éxito?
Los pades de James están vestidos de traje mientras que él usa una camisa con las mangas arremangadas y con su sonrisa intacta, tan cínica que si pudiera olerse lo haría enseguida. Y lo reconocería. Sin embargo, los Jones mantienen su buena vestimenta sin llegar al punto de ser extremistas y con sus personalidades cálidas todavía. No debía ser genia para notar la clara diferencia allí mismo.
Si la vez anterior los había visto al pasar, apenas había notado su aura altanera, claramente notoria al escucharlos hablar. Me pregunto por qué los Jones lograron familiziarse tanto con ésta gente. Porque, a decir verdad, no pasa desapercibido las diferencias entre ambas familias. Basta con solo escuchar la forma suya de hablar y expresarse para percatarse de ello.
Procuro sentarme al lado de mi novio y así evitar lo mejor posible lo que se avecinaría. Unos segundos después mi hermana, tomada de la mano de Brad, entran joviales por la puerta del restaurante. Le hago una seña enseguida para que se sienten en frente nuestro y ella nota mi grito de ayuda a metros, lo que la hace fruncir el ceño en mi dirección a medida que se acerca. Al principio obedece, pero sin entender del todo. Es cuando camina que lo nota.
Hasta reconozco la tensión que le provoca a Brad al imitarla.
—Estaba por preguntar por la otra hermana Bell —dice la madre de James.
Quizá estaba predispuesta a esperar lo peor en esa familia, pero aquel tono que había usado me hace pensar en si nos trata como objetos que no cuentan con su vanidad.
—No sabía que vendrían —empieza Brad mirándolos, cauteloso.
—Nosotros tampoco —parece hacerle gracia, porque sonríe de forma irracionalmente exagerada mientras sigue explicándose—. Pero queríamos saludarlos antes de irnos mañana.
—A las Bell en particular —murmura James cerca nuestro, y desearía que su comentario fuera en voz alta para que todos conozcan lo repugnante que puede lograr ser.
Aaron gruñe y yo respiro con fuerza. Mi hermana levanta una de sus cejas, sin entender a qué iba eso, pero al notar cómo reaccionamos se advierte. Brad no está tenso como antes, al parecer se ha aliviado un poco mientras se acomoda en su lugar, pero pone en claro con su reacción que parece darle igual su comentario, casi como si hasta lo esperara. Al parecer ellos tenían por sabido la personalidad de James y su aura soberbia e idiota.
Mi mente recuerda aquel día en el que estaba en su cabaña y ellos se habían aparecido casi al finalizar la noche, en donde Brad demostró su descontento al verlos. Sobre todo a James, a quien no pareció darle mucha importancia, y poca relevancia. Es certero el desprecio de los hermanos Jones ante él, solo que a Aaron no parecía darle tan poco crédito a la situación como lo hacía Brad. Sin embargo, algo aún no cuadra del todo.
Por más abominablemente detestable que reconozca a James.
—Bueno, ya que estamos todos presentes —levanta la copa la madre de los hermanos Jones, quien mira a nuestra dirección—. Un brindis por la reciente pareja.. y la próxima a casarse.
Detesto la atención, pero no me queda más opción que seguir manteniendo la sonrisa falsa, ya a esta altura pegada a mi cara menos de lo que me gustaría.
Alzamos las nuestras chocando entre sí mientras chocan con las del resto, mientras siento a mi corazón latir con ferocidad a medida que la cena comienza. Me siento en una instancia en donde no iría comunmente, y estoy segura que Aaron lo nota. Debajo de la mesa él me agarra de la pierna mientras reposa su mano y sus dedos me acarician esa zona. Me reconforta, pero no tanto el hecho de estar sentada con gente desconocida a mi alrededor.
Se suponía que sería una cena de parejas junto a los padres Jones, pero aquí estamos. Con la familia de James un tanto elegante y esparciendo su aire presuntuoso. Intento que no me moleste aquello, pero es imposible cuando sé que las circunstancias debían ser diferentes a las presentes. Aaron debería estar relajado, mi hermana y yo menos tensas y Brad sereno.
—Así que, ¿cuándo se casarán? —pregunta sin rodeos James.