Tus Lemas

Capítulo 53

El par de días que le siguen me mantengo al margen con toda mi intención en demostrarlo y dejarlo en claro. Me quedo en la habitación, bajo para comer algo con mi familia y apenas muevo los pies fuera de la casa. Estuve evitando a toda costa a la familia Jones, agradeciéndole a Erin por lograr apartarlos de mi vida esos días. Mi tercer ojo, mérito del golpe que recibí por entrometerme en una pelea que apenas frené, se esfumó casi del todo. No estoy adolorida físicamente, pero siento a través de las venas cada sensación nefasta y amarga penetrándose.

Trato de descifrar todo lo que siento, y lo que aún se revuelve en mi.

El hecho de que Aaron haya decidido ocultarme las cosas es peor de lo que pensaba. Siempre se había mantenido sincero, y lo consideraba una de sus mejores cualidades. Ahora, con éste lío entre manos que decidió omitirme, no tanto. Me pregunto por qué, luego de tantas conversaciones y promesas, no se atrevió a hacerlo.

Intento evitar la sensación que me aterra, aquella en la que se ha transformado en una idea escalofriante que recorre gran parte de mi últimamente. ¿Es que había formado parte de su juego, al menos el último tiempo? Intento que predominen los recuerdos en los que él me protegía de James, y me defendía de sus comentarios. ¿Y si esa fue su forma de seguir atrapándome? En vez de frenarlo, me mantenía apartada.. pero no del todo.

Porque, al final, seguí siendo parte de su rivalidad.

Pienso en cada instante en la que no ha frenado los comentarios de James, si no en la concentración para contraatacarlos. ¿En dónde quedo yo, entonces? Siempre me aparté, si bien a veces demostraba mi disgusto. Podría habermelo dicho, podría haberme contado toda esta mierda, y tal vez ahora no estaría tan confundida. Tan dolida.

Revoloteo, ya sin saber qué pensar con exactitud.

Aún estoy confundida, pero eso no evita que esté frustrada. Decepcionada. Y es ilógico, considerando que si bien la vida había traído consigo esa emoción, jamás en cuanto al amor se trate. Esa decepción que te invade con ferocidad, como si olvidara los momentos alegres que he atravesado para terminar concentrándote en sentir la desgracia y pena. Aaron logró demostrarme cosas que jamás descubrí en nadie, y fue la primer persona a la que quise aferrarla conmigo para tenerla y ser exclusiva. Rompió mis lemas, los cuales temían ser apartados.

Querer a otra persona de forma tan arraigada y sentimental resulta ser placentero, y entiendo por qué me había costado tanto hacerlo y encontrar con quien lo haga. Querer a alguien resulta más complicado una vez que te adentras en la sensación fresca que nace por primera vez, pero no se compara con las sensaciones simpatizantes y gustosas que eso trae. Sin embargo, el querer no solo conlleva emociones admirantes.

Ahora me he percatado.

Había llegado a pensar en que podría sentirme de esa forma para siempre, pero estaba equivocada. El amor, una vez dijo mi hermana, puede romperte como cualquier cosa. Solo que esto no solo logra romperme. Me penetra, me recorre, y se instala en mi cuerpo sin compasión. El dolor se esparce, y no puedo hacer nada cuando la hora llega y todo se quiebra.

No hay forma de levantar los pedazos rotos que quedan tirados de a poco, porque es tarde para hacerlo.

Y eso Erin había olvidado mencionarlo.

—¿Aud, te importa si paso? —escucho detrás de la puerta del baño. La voz de mi madre hace presencia, y su aura relajante cargada de simpatía hace que sonría con solo escucharla. Abro la puerta, y ella me observa divertida, con el toallón colgado en mi cabeza—. Iba a decirte que esta noche nos juntaremos para despedir nuestra última noche de verano en familia..

La frase queda ahí, y cierro mis ojos.

—Incluye a los Jones, ¿verdad?

—Sabes que sí —suelta con cierto apego—. Hija, ellos nos han invitado aquí para empezar, y por eso pasamos el tiem..

—Lo sé, no hace falta que digas más. Sé separar las cosas, y no soy desagradecida —admito, porque lo que dice mi madre es cierto. Mi dolor no puede confundir las cosas. Ellos han sido amables en invitarnos, y respetuosos con cada uno de nosotros—. Iré.

Por última vez.

La familia Jones nos ha hospedado desde un principio, y no mantengo diferencias con ellos como para rechazar una última noche en forma de agradecimiento. Debía separar mis emociones, y quizá no podía lograr ocultarlas, pero al menos podía intentar evadirlas un rato.

Sé que Aaron estará allí, como también sé que debo enfrentar la situación. Éste par de días él intentó verme, pero estaba enfurecida y dolida todavía como para hacerlo. La próxima charla que tengamos definirá en parte, o quizá todo, lo que vendrá a continuación.

Y debía tenerla encontrándome lo más calma posible.

—Entonces, ¿a las ocho vienes con nosotros? —me distrae ella.

—De acuerdo —confirmo una vez más y eso le saca una sonrisa a mi madre. Antes de irse, se voltea. Por la forma en la que sus facciones se le marcan, me preparo para una de sus simpatizantes frases.




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