El inspector James se asombró con la inmensidad de la “Fortaleza Holloway”. Así es como algunos llamaban a esta prisión, y con justa razón. Sus muros ladrillados recordaban a un castillo de una época extinta; sumando sus torres que terminaban en coronillas, daban más razones para referirse de esa manera a lo que se manifestaba delante de él.
Después de un momento de asombro, el inspector continuo su paso hacia las instalaciones, en donde lo recibía un policía novato.
— Buenas tardes Inspector James, soy el oficial Guy Winter ¿Cómo ha estado su viaje?
— Buenas tardes señor Winter, el viaje ha sido lo de menos, ahora estoy preocupado por otra cosa. Y está dentro de la fortaleza.
— Comprendo Inspector, sígame, por favor…Será mejor que no se separe de mí.
Pasaron el gran portal de granito fino, y sumándose a la oscuridad que ofrecía el lugar, hasta que la vista se acostumbrase. El inspector James por fin pudo distinguir la espalda de su ahora compañero de este letargoso viaje hacia el inframundo, el pasillo se hacía largo y más largo mientras caminaban hacia el infinito oscuro, en donde se escuchaba sollozos de criaturas que no se podían ver por la poca luminosidad del lugar.
— ¿Por qué no hay luz? — preguntaba el inspector, y continuaba— Las leyes básicas, y las del sentido común, dictan que haya una buena iluminación en el recinto, tanto para los vigilantes como los prisioneros.
El oficial Winter no se detuvo ante su pregunta, entre tanto seguía su marcha parecía pensar en su respuesta por un rato, y finalmente habló.
— Como sabrá las instalaciones ya tienen antigüedad, y el director ya mandó un plan para que los ventanales sean puestos en sitios estratégicos. Empezando por la parte del techo — A pesar de la penumbra, se pudo distinguir el dedo índice del oficial— que empezará este fin de semana. Pero de momento, hemos instalado un luces a lo largo del recinto. Sin embargo, debo pedir permiso para encenderlo. No contamos con el presupuesto para mantenerlo encendido por mucho tiempo.
A pesar de que el oficial Winter supiera que el Inspector deba su titulo a su trabajo, fue sincero en todo lo mencionado. James tomaba nota mental de lo que decía.
— Notifícale a su superior, que, por orden del Inspector James, enciendan esas dichosas luces, necesito ver las instalaciones correctamente.
— No habrá problema con ellos, ahora mismo nos dirigimos a ver a mis superiores. Quienes están en el centro de monitoreo.
Después de la tortura psicológica que supuso andar casi a ciegas y escuchar ruidos de seres infernales, casi guturales, finalmente llegaron a la sala iluminada y tranquila, del centro de monitoreo. Aunque no era tan grande como se hubiese imaginado el Inspector james, se sentía más cómodo rodeado de oficiales azules. Sentado al frente de los enormes monitores estaba el Director, quien lo miraba con una mirada compasiva y una mueca curiosa.
A su lado estaba su subalterno, con una mirada fría y una mueca de disgusto; al parecer no gustaba de invitados especiales. Lo curioso que notó James antes de acercarse a saludar, fue que el Director sostenía en su diestra una esfera metálica que lanzaba hacia arriba tanteando su aterrizaje de nuevo a su mano; en cambio, su subalterno, bebía café de un vaso de porcelana con una diseño que decía: ”The best” y la parte inferior no se podía distinguir bien que era lo que decía, debido al constante uso. Asimismo, por lo visto se daba a entender que era zurdo. El Director se paró de su asiento y guardó su esfera en el bolsillo de la chaqueta.
James se acercó con sutileza y se presentaron debidamente, este le pregunta:
— Señor Steel, he notado en mi recorrido que sus instalaciones son un desastre, y me gustaría que hablásemos de ello.
El Director no parecía molestarle lo que decía, es más, no cambiaba de mueca ni de mirada.
— Ya veo, ya veo… Por favor sígame a la cafetería — Indicándole el lugar a donde tenían que ir con su cuerpo—.
Una vez llegaron al lugar, que parecía ser la cafetería del lugar. Empezaron a dialogar.
— ¿Qué le ha molestado de nuestro lugar, Inspector? —su mirada había cambiado ligeramente, y el Inspector james lo sentía—
— En primer lugar, durante mi recorrido pude distinguir las instalaciones, aunque no haya habido mucha luz. La limpieza es precaria, alcancé a ver manchas de sangre y tal vez heces. Las cañerías están destruidas, lo pude escuchar a pesar de los ruidos de sus prisioneros mientras venía con el oficial Winter, al parecer en un piso superior hay una fuga de agua rauda, brota semejante a los ríos y eso explicaría el por qué del sonido de goteras; es mejor mandar a alguien pronto a verificar su estado. —Hizo una breve pausa para ver la reacción de su interlocutor, no cambio de expresión— Por otro lado, quiero que enciendan este lugar lo más antes posible, según el oficial Winter, tienen planeado instalar ventanales para este fin de semana, les sugiero que se apresuren a esto y lo notifiquen a mis superiores lo más pronto posible; caso contrario, puede que esta sea la última vez que usted y yo pisemos este lugar.
El Director Steel tardó en responder al Inspector, sintiéndose el peso en sus palabras. El Inspector debe de confesar que sintió un poco de temor frente a él.
— Inspector james, gracias por su colaboración, hablaré con mis subalternos para que realicemos los preparativos para empezar lo más pronto posible, en cuanto a las luces que hemos instalado para la vigilia nocturna, acepto por medio de su opinión constructiva que activaremos el encendido programado por su visita y su comodidad, para una inspección más efectiva. Acompáñeme por favor.
Asimismo, como lo dijo, así se hizo en lo pronto. En lo alto del balcón que daba el centro de monitoreo, se podía ver como las luces se iban encendiendo de poco a poco por sectores desde lo cercano hasta la cercanía que daba el portal de la salida.
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Editado: 20.10.2025