Los muchachos del albergue tenían diferentes actividades, Betsy concordaba con todos, era muy amena, Las mujeres la envidiaban por ese carisma natural. Elián era el mejor de la clase, superaba a Acfred en teoría. Milos era el seductor. Kendra tenía un cuerpo portentoso y llamativo y Jano recibía a todos con un saludo cordial, como abriéndoles las puertas de la amabilidad. Las señora Albert se presentó en El Emperador.
Deseo hablar con el Reverendo Jones, le comenta a Jano que abre la puerta y la atiende. Enseguida señora, digo yo Jano. La señora se sienta, en la sala están Betsy y Aisha, jugando damas chinas. Laia estaba en su habitación estudiando. El Reverendo llega con su parsimonia cotidiana. ¿Cómo está bella dama? digo yo el Reverendo.
-Quisiera armar una fiesta aquí en El Emperador, habrá muchos invitados.
-Como sabrá no estamos acostumbrados a fiestas, además el lugar no es muy accesible.
-De esa logística me encargo yo. Sería una fiesta temática, lo conveniente para ustedes, dirigiéndose a los presentes. Es que habrá una recaudación de fondos para el albergue, tengo amigos.
-Parece una mujer muy influyente. Comenta para sí Betsy.
Esto despertó el interés de el Reverendo.
-Deme tiempo para pensarlo. Usted comprenderá, algunos de mis chicos son muy frágiles para eventos sociales. De hecho por eso vienen a la montaña para encontrar la cura.
Entra Kendra.
-Yo veo a esta chica muy disponilble para una fiesta, ¿no es cierto nena?
-Sí, claro, señora Albert. Digo yo Kendra
El Reverendo se vio vencido por las dos mujeres, su única salida fue ceder.