Axel tomó el mando, suprimiéndose el instinto guerrero. Elián se encontraba junto a Laia, mientras que Milos y Aisha se desintegraban en sus vicios. Acfred era constantemente atormentado en los caminos para que no encontrara a Laia por el demonio babilónico. Axel creo una comunidad que se regía por el orden y la armonía, la naturaleza de Axel poseía un equilibrio. Su consigna era tner pleno control sobre el plano espiritual, psíquico y nervioso. Alineación de cuerpo, mente y espíritu. Por orden de Elián, Acfred se volvió la burla de todo Huesca, haciéndole desdenes y humillaciones, lo veían como a un leproso. Por todos lados se veían los carteles con la cara del nuevo partido encabezado por Axel. Con todo el pueblo apoyándolo. Acfred tomo el lugar de un santo como Santa Filomena, Laia continuaba su camino de glamour junto a sus nuevas amigas. Pero había algo en su interior que la reclamaba a escuchar a su renunciado Jesús. "A los tibios ni Dios los quiere" les repetía el Reverendo, pero... ¿y si hubiera un atajo, un camino diferente del convencional? Un camino propio que pudiera transitar Laia? Siendo glamurosa y la mismo tiempo llegar a Jesús. Si era una mujer compasiva. Sentía compasión hacia los mismos demonios, verse perdidos por toda la eternidad, en ese atrevimiento de rebelarse y aún sabiéndolo continuar. Con miedo, temblando a cada instante. El Reverendo le había enseñado a conservarse en estado de gracia pero al mismo tiempo cuando veía venir algún chico que le gustaba la hacía salirse de su misma amargura y saltar a la vida. Sus ojos lanzaban destellos espectaculares, salía de ella ese ser lleno de vida y pasión, le gustaban esos chicos dulces y bellos, como Adonis. Su sexualidad se revelaba, deseaba besar a esos chicos y hacerlos suyos. Laia seguía siendo una niña tierna y radical. Como Santa Teresa del Niño Jesús. Laia no quería crecer, pero para ser inmadura, de hecho se había vuelto mujer a muy temprana edad, en ese sentido era una anciana venerable. Pero su niñez refulgente, se renovaba al admirar aquellas bellezas apolíneas. Era una perversa sexual. Elián preparaba decapitar a Acfred, con él Elián buscaba burlarse de Jesús, de su esposa la Iglesia. Que viniera Él mismo y rescatara a su mártir Acfred, ¿o acaso no podría?
Axel observaba todo como el ojo todo avizor, sentíase un dios mismo. Si se acordaba de lo aprendido, lo que bien se aprende nunca se olvida. Pero asimismo depuraba todo el tiempo sus pensamientos, para crearse su propia realidad. Su nueva visión. ¿Dios podría perdonarlo por ser un cabrón? Por crearse sus propias leyes y modus vivendi. El modo de operar de Elián igualando al mismo Satanás lo hacía mirarlo con benevolencia hacia decidido su camino infernal. Laia lo acompañaba y temblaba al mismo tiempo que seguía por ese mismo camino. Elián había cometido el atropello de comentarle a Axel que envenenaría a Laia en cualquier momento. Axel era un pequeño Dios, un receptáculo de imágenes e ideas luminosas y malignas. Contenía el bien y el mal como Abraxas. Acfred era todo un beato de la Iglesia. De acuerdo con este relato, Elián tentó a Acfred era hijo de un príncipe cristiano. Su padre lo había abandonado ante El Emperador, pero Acfred se resistió, diciendo que su vida y su castidad le pertenecían a Jesús. Furioso, Elián ordenó encadenarlo y encerrarlo en prisión. Posteriormente sería torturado y flagelado públicamente. Laia quiso interceder con Elián pero no obtuvo un buen resultado. Acudió con Axel, el soberano.
-Has ganado un gran poder en Huesca Axel, tú no eres como Elián "maligno", tú eres más imparcial, tienes el don de conocer el bien y el mal y por eso te admiro Axel. Intercede por mí y libera a Acfred. Suplica Laia
-¿Para huír después con él Laia? ¿Osas abandonarnos? Pregunta Axel
-Libérame junto a Acfred, no puedo vivir sin amor Axel. Estaré hueca toda mi vida y siento que me arrepentiré. Ha sido delicioso compartit este tiempo con ustedes pero al mismo sé que todo lo que no se me dio a mí, estoy dispuesta a darlo con la persona que yo ame, en este caso Acfred.
-Me hablas con llaneza Laia y te lo agradezco, pero bien sabes que podría hundirme al abismo, ante tal traición. No soy bueno Laia pero soy el mejor. No será tal fácil convencer a Elián, él no tiene escrúpulos, nunca ha tenido miedo.
-Elián todo te lo consulta Axel, no toma decisiones impulsivas. Hasta el ser más vil necesita un consejo de vez en cuando. Lo tienes todo Axel, siempre supiste lo que querías.
Laia "la que habla bien" hizo reflexionar a Axel que había pasado a ser como Poncio Pilato.
-Después de todo Elián te mataría por envenenamiento, así que adelantaré tu muerte, le diré a Elián que tengo el veneno perfecto para ti y que te lo dé a beber, has pasado a ser un estorbo para la causa. Elián dio a beber el veneno mortal a Laia, tras consultarlo con Axel. Como la creyeron muerta, fue arrojada a un río atada a un ancla. Donde la esperaría Acfred milagrosamente salvado por unos ángeles, quienes también lo curaron. Por orden de Axel, lo atacaron con flechas y posteriormente lo dejaron ir. Acfred se encontró con Laia que yacía como muerta, Acfred sufrió una gran congoja al ver su amada muerta. La tomó en hombros y salió de Huesca para enterrarla. Había cavado ya un foso y dispuesto a Laia dentro cuando de pronto abrió los ojos y dijo a Acfred la paz sea contigo, Acfred.