Un amigo extraordinario

El regreso de papá

CAMINANDO con Manuel mientras comíamos una nieve de limón, sin querer choqué con un hombre que llevaba una gabardina negra encima.

–Qué raro hombre–Dijo Manuel señalándolo.

En eso, el hombre volteó; era papá.

Al ver mi expresión Manuel preguntó:

–¿Acaso lo conoces?

–¡No! Es decir, sí. De hecho, es mi padre…

–Oh, esa no me la veía venir. Lamento haber dicho eso…

–Está bien, no importa.

–De igual manera, ¿por qué rayos lleva gabardina si está haciendo tanto calor?

–Es lo mismo que me pregunto yo. Vamos a investigar.

Manuel y yo nos escabullimos y seguimos a mi papá que caminaba a paso veloz rumbo a mi casa.

–Mis abuelos le prohibieron volver a pisar nuestra casa…–Pensé, pero me alivié un poco al ver que ni siquiera volteó a verla.

Manuel rompió mi estabilidad cuando me zarandeó y me dijo:

–¡Oye, Miguel! ¡Mira! ¿No está tu papá con otra mujer?

–¿Mi papá? No, no podría… Él es muchas cosas, pero nunca ha roto promesas. ¡Él le prometió a mi madre que ella era su única princesa! – Dije lleno de frustración mientras me limpiaba mis lágrimas con las mangas de mi camisa.

–Calma, Miguel. No puede ser algo tan grave…

–¡Pero papá no puede salir con otra mujer! ¡No puede!

–Okey, tranquilízate. Vamos a tu casa ¿de acuerdo?

Manuel y yo nos regresamos a mi casa, Rodríguez ya estaba allí esperándonos para jugar la oca cuando de repente llamaron a la puerta:

“Toc, toc”

–¡Ya voy! –Gritó la abuela.

Al abrir la puerta se asomó el rostro de mi padre, mi abuela reaccionó de manera asertiva y abrió un poco más descifrando otro rostro, esta vez uno femenino.

–¡Eduardo! ¡Hola! ¿Cómo has estado?

–¡De maravilla, Conchita! Gracias por preguntar.

–¿Quién es, Conchis? –Preguntó mi abuelo saliendo de su alcoba.

–¡Oh, Alejandro! Es… Eduardo…

–¿Qué? ¡Dile a ese idiota que se marche! ¡Ya no es bienvenido en esta casa!

–Calla, Alejandro, veamos a qué viene…

–Está bien, estaré en mi cuarto si me necesitan–Dijo y se marchó.

Rodríguez, Manuel y yo quedamos ahí, expectantes, mi hermana Claudia estaba fuera con tía Elena por suerte, si no, el encuentro se hubiera vuelto más tenso de lo que ya era.

–¿Y mis niños, Conchita? Quisiera presentarles a alguien–Dijo mirando con ternura a la nueva mujer.

–Bueno, Claudia salió, pero Miguelito está aquí con sus amigos. Deja le digo que venga.

–Gracias, Conchita.

Rápidamente me paré de la cama en la que estaba sentado y me fui a esconder detrás de la base.

–¿Qué haces, Miguel? –Preguntó Rodríguez.

–No quiero ver a esa mujer, ¡no la quiero ver! ¡No la soporto! ¡Díganle que se vaya!

–Vamos, Miguel, sólo te van a presentar y te marcharás en menos de lo que te des cuenta.

–Rodríguez tiene razón. Nadie te va a obligar a convivir con ella si no quieres.

En eso, la voz de mi abuela por el pasillo interrumpió:

–¡Miguelito! ¡Ven m’ijo! ¡Hay visitas!

–Bueno, llegó la hora de mi muerte– Pensé.

Fui hacia la dirección de donde venía la voz de mi abuelita, después me dirigí al comedor donde ella me condujo.

–¡Hola, hijo! –Me dijo mi padre de manera entusiasta.

–Hola–Dije desanimado.

–¡Oh, Lalo! ¡Que hermoso crío tienes!

–Gracias, Carmen–Dijo mi papá dándole un beso en la frente.

Estaba que me llevaba el diablo. Casi se me escapa decirles lo mucho que los odiaba.

–¿Y bien? ¿Ya me puedo ir? – Dije girándome.

–¡No tan rápido, jovencito! –Dijo papá sujetándome de la gorra de mi chamarra–. ¿Qué les parece si vamos a comer a algún lado sólo nosotros tres? –Continuó.

–Uy, papá. Fíjate que eso no se va a poder.

–¿Por qué no?

–Mis amigos están aquí, no los puedo dejar aquí solos, sería muy poco cortés de mi parte.

–Oh, en ese punto el chaval tiene razón, ¿por qué no van también ellos? –Dijo Carmen hincándose hacia mí.

–Bueno, si eso quieres, amor, también podemos llevarlos…

–Eres el mejor, Lalo…

Estaba que me moría de tanta cursilería. Era incómodo ver como lanzaban sus indirectas amorosas y se babeaban la cara.

Rodríguez, Manuel y yo terminamos apretujados en el chico auto de papá. Todos íbamos callados menos mi papá y su pareja que iban cantando todas las canciones de Hombres G que aparecían en el playlist.




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