Querid@s Lector@s
Si llegaste hasta aquí, gracias. Gracias por haber caminado las rutas con Martín, por haber sentido el calor de la cocina con Lucía, por haber compartido risas, lágrimas y silencios con ellos.
Amor en la ruta no es solo la historia de dos personas que se cruzan en el momento equivocado; es también un espejo de la vida misma. Porque todos, en algún punto, hemos tenido un amor que parecía imposible, una decisión que pesó más que el deseo, una despedida que nunca terminamos de soltar.
Martín y Lucía nos recuerdan que el amor no siempre gana, pero siempre deja huella. Que incluso lo que no pudo ser tiene la fuerza de transformarnos. Que hay recuerdos que duelen, sí, pero que también nos sostienen en los días más grises.
Mientras escribía esta historia, pensé mucho en esos amores que se viven en silencio, en los sacrificios que hacemos por quienes amamos, y en cómo la vida no siempre nos da la posibilidad de elegir lo que el corazón pide.
Quizás vos, que me leés ahora, también tengas un nombre que todavía late en tu memoria. O una canción que no podés escuchar sin que un nudo te apriete el pecho. Si es así, espero que esta novela te haya hecho sentir acompañado, comprendido, y que te recuerde que esos recuerdos también son parte de tu historia.
Porque, al final, lo que somos se construye tanto de lo que vivimos… como de lo que no pudo ser.
Con cariño,
Johe Martinez