Los dos enamorados se encontraron en el árbol que sellaron su amor por primera vez ocho años atrás, eran las ocho de la tarde y faltaban once horas para que su amigo los recogiera, tenían que encontrar un sitio donde pasar la noche que se esperaba fría.
Encontraron una casa de aperos que usaban los que trabajaban en el campo para guardar las herramientas, una vez dentro encendieron una lámpara de aceite. Esperanza sentía mucho frío, pero no podían encender un fuego para entrar en calor, la pequeña casa no tenía chimenea, ni estufa por lo que Manuel puso una manta en el suelo y abrazó a su amada con toda su fuerza, para transmitirle calor corporal. Ella se quedó dormida, el despierto toda la noche atento a que nadie se acercara donde estaban, sin quitarle la mirada a su amor que dormía profundamente, el mismo se decía, eres más de lo que merezco.
A las seis y media de la mañana Manuel con mucho amor despertó a Esperanza, ella le dijo que se dio cuenta de que él no había dormido, él le respondió que viéndola a ella a su lado no lo necesitaba, ella le dijo siempre te amaré mi vida.
Se dispusieron a salir al punto de encuentro con su amigo Patricio, escondidos entre las viñas que estaban a la salida del pueblo, esperaron hasta que vieron llegar un camión que se paró a la altura de ellos. Manuel, para prevenir le dijo mi amor no te muevas, esperemos un poco, a los pocos segundos escucharon el claxon del camión, entonces fue cuando Manuel se dio cuenta de que era Patricio.
La pareja enamorada se dirigió al camión, cuando llegaron a la puerta de al lado del conductor. Manuel abrió la puerta y ahí estaba su amigo Patricio que con un gesto los invitó a subir, después de varias horas de viaje, llegaban a Madrid con la ilusión de cumplir sus metas.
Patricio se despidió de ambos, deseándoles mucha suerte y les recomendó una pensión en la calle Gran vía de Madrid, solo contaban con dinero para un par de meses, así que tenían que mirar en qué gastaban su dinero, preguntando consiguieron llegar a la pensión. Dónde pasaron su primera noche en habitaciones separadas, pues en aquel entonces te pedían el libro de familia o certificado de matrimonio para que una pareja pudiera dormir en una misma habitación,
A la mañana siguiente, él salió a buscar trabajo pero no tuvo mucho éxito, ella lo esperó en la pensión a que regresara, cuando él entró por la puerta de la pensión, ella se dio cuenta de la preocupación que Manuel traía. Ella se le acercó y le preguntó ¿cómo te ha ido mi amor?, el muy serio le dijo, mi vida empiezo a dudar si voy a poder ofrecerte lo que te mereces después de hoy, ella muy enfadada le dijo. Mira mi amor, no importa lo difícil que se ponga la situación porque juntos vamos a salir adelante, no te preocupes mi vida.
Manuel, sorprendido por la reacción de su amada, le dijo, qué afortunado soy de tenerte a mi lado, solo espero no decepcionarte nunca, ella le respondió, no voy a permitir que nada ni nadie pueda con nuestro amor. Yo confio en ti y contigo estaré mientras esté viva no te rindas mi vida ten paciencia, él con lágrimas en sus ojos le respondió, contigo a mi lado soy capaz de lo imposible.
La primera semana transcurrió con mucha necesidad, ya que gastaban lo mínimo por la incertidumbre de cuándo empezaría a trabajar Manuel.
A los dos meses tuvieron que abandonar la pensión, se habían quedado sin recursos para vivir, buscaron un sitio donde pasar las noches, con un trozo de pan de varios días, un trozo de queso y un poco de fiambre que tenían recorrieron Madrid en busca de un lugar donde descansar. Terminando en un parque lleno de árboles y césped, donde había un puente que pasaba por encima del parque. Manuel le propuso a su amor instalarse bajo del puente, por lo menos si llovía evitaría que se mojaran, con dos mantas que llevaban únicamente para protegerse del frío, pusieron unos cartones en el suelo y usaron las mantas para cubrirse, a los dos días siguientes sin nada que llevarse a la boca, no les quedó otra que pedir en la puerta de la iglesia a ella, mientras él insistió en encontrar trabajo.
Manuel estaba muy deprimido, pues estaba reviviendo lo que él había pasado la primera vez que llegó a la Capital, lo que más le entristecía era ver como pasaban los días y Esperanza no tenía nada que comer. A él le rompía el corazón esta situación, así que decidió a hablar con ella, sentados bajo un árbol de un parque a la luz de la luna le diría, tenemos que hablar mi amor, le dijo a Esperanza.
Ella le preguntaría ¿qué pasa mi amor?, él le diría, llevamos varios meses aquí en la Capital, hasta hace poco esperaba conseguir trabajo para darte todo lo que necesitas, pero estamos viviendo en la calle, pasando hambre, frío y sinceramente creo que lo mejor sería que tú te regresaras al pueblo, tenía razón tu padre, no te merezco, Esperanza mirándolo a los ojos lo abrazó y le susurro al oído, escúchame mi amor, no me importa pasarlo mal si te tengo a mi lado, créeme si te digo que nunca te voy a abandonar, vamos a salir adelante mi vida, nada es para siempre, menos el amor que siento por ti, si tú no estás a mi lado moriría de tristeza.
Manuel impresionado por las palabras de su amor sin soltarla de su pecho, le respondería, eres más fuerte que yo sin ninguna duda y te pido perdón por lo que te estoy haciendo pasar aquí. También te agradezco que estés conmigo pase lo que pase, ella llorando respondió, mira mi amor yo vine voluntaria porque quería estar contigo y no casarme con un hombre mayor, por el cual no solo no sentía nada por él, además había pagado a mi padre para casarse conmigo. Yo elegí estar aquí, no tengo nada que perdonarte, sabes que te amo, después de esto, se acostaron a dormir con las estrellas brillando en el cielo en una noche de invierno.
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Editado: 10.12.2024