Luego de agarrar algunas galletas, volví a donde estaba antes, viendo a Nico colorado.
-¿Alguna otra pregunta?- dijo Bruno, riendo de la cara de su hermano.
-¿Bruno y Nico son hermanos de verdad verdad?- pregunté.
-Por desgracia, si- dijeron ambos.
-Yo soy mayor- dijo Bruno, con una sonrisa burlona-. Pero pensé que si me trasformaba en alguien de tu edad y soy tu compañero de clase, ocurría como en las novelas de romance adolescente y te enamorarías de mi, pero de vuelta tocó el idiota de mi hermano. Aunque vuestro destino es estar juntos.
-Por cierto, yo no era tu padre- dijo papá y lo miré confundida-. Eramos amigos, pero luego de tu muerde mi pareja se quedó embarazada y resultaste ser tu, por lo que decidí cuidarte.
-¿Por que tengo el mismo apellido que Nico?- pregunté-. ¿Mamá es familiar de ellos?
-Como siempre fueron pareja, pensamos dejarte el apellido de él, ya que siempre afirmabas que ese te gustaba más- dijo papá-. Aunque nunca se casaron oficialmente.
-¿Qué pasó con mi mamá?- pregunté-. ¿Dónde está?
-Ella te abandonó, nunca te quiso en la anterior vida. Me dio a elegir entre ella y tu. Mi deber fue cuidarte y lo seguiré haciendo siempre- dijo padre-. Y ella murió luego de un tiempo por confiar en un antimagia.
-¿Qué es eso?- dije, mientras un escalofrío cruzó por todo mi ser, por lo que Nico me colocó en su regazo, abrazándome.
-Son seres que se encargan de "limpiar"- hizo comillas con los dedos-, el mundo de aquellos que se portan mal o no cumplen las leyes. Ellos te mataron, porque estabas con el próximo rey.
-¿Qué le pasó al rey?- dije.
-Dejó su puesto y buscó a su amada- dijo Nico.
-¿La encontró?- pregunté emocionada-. Me encantan las historias donde el príncipe encuentra a la princesa.
-Si que la encontró- afirmó-. Y ahora mismo le dará un beso a su princesa.
Él me dio un besito en la cabeza y sonreí.
-¡¿Tu eras el rey?!- dije sorprendida.
-Si, aunque no valió la pena. Es mejor estar a tu lado- dijo y sonrió-. Pero bueno... ¿Quién quiere comer pizza?
-¿De piña?- pregunté, sonriendo.
-Si tu quieres, si- dijo él.
-¡Yeeiii!- exclamé y rió.
-Yo voy- dijo padre y se dirigió al teléfono fijo.
-No puedo creer que te gusta esa cosa- dijo Bruno-. Pizza con piña.
-¡Es deliciosa!- dije.
-Si, si. Lo que digas- dijo y se fue a encender la televisión.