-¿Podemos ir?- le pregunté, muy emocionada.
-¿A dónde quieres ir?- respondió.
-Ya lo sabes...- dije y bajé la mirada avergonzada.
-Está bien, vamos a Disneyland- dijo Nico y salté sobre él, abrazándolo.
-¡Yeei!- exclamé y le besé la mejilla-. Te quiero.
-Yo también te amo- dijo, besándome en los labios.
Me escondí en su cuello, levemente sonrojada.
-Tú descansa, yo preparo todo- dijo, mientras me llevaba hasta nuestra habitación.
-Te ayudo- dije pero él me dejó en la cama.
-Duerme- susurró en mi oído.
Caí dormida, a pesar de querer negarme.
(...)
Desperté y me maree un poco.
-Hola, mi amor- dijo Nico, sentado a mi lado.
Por como parece el lugar, creo que estoy en un avión.
-Holiss...- dije y me recosté en su regazo-. ¿Qué hacemos aquí?
-Llegando a Disneyland- contestó.
-¿En serio?- pregunté emocionada.
Él asintió con la cabeza, feliz.
-Y... ¿Por qué no usamos...? Ya sabes, eso- dije, moviendo las manos de forma nerviosa.
-Porque debes experimentar lo que se siente viajar en avión- contestó-. Por lo que se, es tu primera vez.
-He tenido muchas primeras veces contigo- reí.
(...)
Luego del hermoso viaje y llegar al gran castillo donde está el hotel, fuimos a una habitación que estaba en los últimos pisos.
La habitación es de un color amarillo pastel, con un pequeño borde con detalles es color rosa, una cama central para dos personas, un armario de madera con tallados de la cabeza de Mickey Mouse. Todo era muy raro, pero bonito.
-Como siempre estamos juntos, pensé que te gustaría dormir juntos- dijo.
Me lancé hacia la cama y abracé una almohada.
-¿Te gusta? ¿Es cómo pensabas?- me preguntó, un poco nervioso.
-Es genial- dije.
Me acerqué para sentarlo en la cama y sentarme sobre él, abrazándolo con fuerza.
-Es genial, gracias- dije y lo besé.
Él sonrió feliz y me abrazó, para separarse al segundo.
-¿Quieres ir a la planta baja a pedir un mapa? Así vamos a los juegos del parque- dijo y asentí con la cabeza-. Mientras iré guardando toda la ropa y todo lo nuestro en su lugar.
-Okis- dije y salí de la habitación.
Fui hasta el final del pasillo donde están las escaleras y bajé corriendo al primer piso, donde en la recepción pedí un mapa y me señalaron varios juegos para mi edad.
Todos los lugares estaban pintados de colores claros con detalles en colores fuertes contrastando de una armónica manera.
Volví a subir los escalones de los doce pisos, llegando media agitada a la habitación.
-Listo- dije, y vi a Nico saliendo del baño.
Las maletas ya están vacías a un lado del armario y la ropa toda acomodada.
-¿A dónde quieres ir primero?- me preguntó, entusiasmado.