Un Amor Poco Común

Capítulo 23

-¿Segura que quieres hacer esto?- me preguntó-. Es tu primera vez y puede que tengas miedo.

-Ya estoy lista- dije y sonreí segura de mi decisión.

-Inicia cuando quieras- dijo.

Me acomodé el arnés y salté, deslizándome en el aire, en una tirolesa, que pasaba entre montañas, un camino por donde paseaban varios vehículos y muchos árboles que conforman un paisaje perfecto.

Al llegar al final del trayecto, un hombre me atajó y ayudó a bajar de allí.

Al poco tiempo llegó Nicolas, gritando de felicidad.

Fuimos al siguiente tramo del recorrido, que era un puente Colgate, del cual si te caes, mures por la cantidad de kilómetros que hay hasta llegar al suelo.

-¡Amo la sensación de volar!- exclamé, al llegar al final, junto al resto del grupo que realizó la actividad.

Me quité el equipo de seguridad y le agradecí a la mujer que estaba guardando todo.

-Puedes hacerlo cuando gustes- dijo, riendo-. Eres mágica.

-Lo sé, pero así es más genial- dije, muy feliz.

-¿Vamos a comer algo?- prepuso, a lo que asentí con la cabeza.

-Iré al baño un segundo- informé, al llegar al restaurante que está a unos pocos pasos.

Me dirigí hacia el baño y lavé mis manos. Mientras me acomodaba el pelo, unas personas ingresaron al baño, acercándose a dónde estoy.

-¿Tu eres Aixa?- me preguntó una chica de pelo rubio, ojos verdes y hermosa figura.

-¿Le conozco?- pregunté, confundida.

-Tenemos al objetivo A en la mira- dijo por un radio portátil-. ¿Procedemos con la misión?

-Afirmativo- dijo una voz masculina al otro lado del radio.

Me agarraron de las manos, colocándome una especie de esposa que en vez de una cadena tiene una especie de luz que une un lado a otro.

Empezaron a empujarme hacia fuera del baño, haciendo que tropiece varias veces.

-Puedo caminar sola, ¿Sabían?- dijo, con ironía, un poco molesta.

-Tenemos el objetivo bajo poder. Ha salido de forma voluntaria- dijo otra chica, por el radio, ignorándome completamente.

No supe que hacer. Eh visto esto en películas, no quiero que me secuestren.

-¡¡¡NICO!!!- grité, con la mayor potencia que logré tener.

Sentí como si me dieran una pequeña patada eléctrica en el cuello.

Intenté crear una burbuja protectora, pero un pinchazo en el brazo no me ayudó en nada. Sin éxito, todo se empezó a ver de color negro, y caí al suelo, bastante mareada. No vi a Nico, lo cual me asustó.

-¿Dónde estás?- pensé antes de dormirme, con mucho miedo.



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En el texto hay: romance, brujas, sobrenatural

Editado: 09.07.2018

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