Abrí los ojos y estaba encadenada a la cama de la habitación blanca, de nuevo.
Me giré y vi a Nicolas, también encadenado, durmiendo con un gesto de preocupación.
Lo arropé, le di un beso en la mejilla y me levanté, para dirigirme a una puerta blanca que tiene un cartel que dice "baño", en el que ingresé para hacer mis necesidades y volver. Por suerte la cadena es larga y me permite desplazarme.
Volví con mi pareja, lo abracé y seguí durmiendo.
(...)
-Ixa... Mi reina...- me llamó y desperté.
-¿Qué pasa?- pregunté, con sueño.
-Tengo que irme. Trataré de hablar con mi hermano y luego nos iremos. Ve duchándote si quieres, está todo lo necesario en el baño- dijo, para luego darme un beso.
-Está bien- dije y me levanté-. Suerte.
Él desapareció en una puerta que se abrió cerca del suelo y lo succionó, como si fuera que el suelo se lo tragó.
Fui al baño, me bañé, jugando con el tibia agua.
Al terminar, me sequé bien y me coloqué el mismo vestido, ya que no hay otra cosa.
Mientras me peino con un peine que encontré en el baño, me puse a pensar en quién me habrá puesto esta vestimenta mientras estaba inconsciente. Ese pensamiento es muy turbio, por lo que me recosté boca abajo, intentando olvidarlo.
El sueño empezó a invadirme junto al aburrimiento, pero ahora no es momento de dormir.
La ventana explotó y de allí pasó alguien, con paso apurado, para acercarse a mí.
-¡Vamos!- gritó.
Nico me sacó la cadena al presionar de una forma algo extraña cinco puntos diferentes.
-Ven- dijo, agarrando mi mano.
Fuimos por el agujero que quedó, hacia un pasillo, de mala iluminación y con gran humedad. Salimos de allí en poco tiempo.
-Natasha nos espera- dijo y nos dirigimos a un edificio muy gigante, del que salen y entran muchas criaturas de todo tipo.
-¿Quién es Natasha?- pregunté, con un poco de celos que disimulé con una sonrisa.
-Ya la verás- dijo y me abrazó, para luego ingresar al lugar.
-¡Niclaus!- gritó una chica de enormes pechos y de una larga cabellera plateada, que corrió para lanzarse haca mi novio, quien la abrazó.
-Nat, ¿Cuánto tiempo sin vernos, verdad?- dijo él, sonriendo.
-Eres muy malo- dijo ella, cruzando los brazos.
Natasha es de la altura de Nico, delgada y de grandes curvas.
Me crucé de brazos, enojada, mientras esa desconocida le coquetea a mi novio y Nico le corresponde.
Vi como algunas criaturas de diferentes alturas y formas, vestidas con armaduras, se acercan, con Adrien delante de estos.
-Nico...- dije, tocándole el brazo para llamar su atención.
Ambos me miraron.
-¿Tu eres la pequeña Aixa?- dijo, agachándose un poco, para verme-. Te sigues pareciendo mucho a tu madre.
-¿Qué?- dije confundida y la ignoré-. Adrien viene hacia aquí.
-¡¿Qué?!- exclamó esta.
-Por favor, Niclaus Raimondo, ve a la recepción de forma voluntaria- dijo una voz por los parlantes.
-Natasha, ya sabes que hacer- dijo Nico y esta asintió con la cabeza.
-Como ordenes, mi señor- dijo y se diriguió a un lado, para transformarce en un enorme y hermoso dragón plateado.
-¿Qué...?- dije, pero no llegué a terminar de preguntar, ya que Nico me tomó en brazos y nos subió al dragón, para huir por el techo abierto que lentamente se está cerrando.