Un Amor Singular

Capítulo 7 º Pequeños Grandes Detalles

Otra más, era la onceava carta. La despegó de su asiento, revisó el remitente, el cual estaba nuevamente en blanco, aunque era obvio de quien se trataba. Desde ese día, en que Samanta perdió los estribos y le gritó a Andrea enfrente de medio alumnado, ésta no había vuelto a acercarse a ella y, aunque eso podía dejar a Sam más tranquila, el hecho de encontrarse con esas cartas cada día la ponía de los nervios.

— ¿Qué hice para merecer esto? — Se preguntó a sí misma.

Guardó el sobre, por alguna razón no tenía el valor de tirar esa carta, al igual que las anteriores, aunque tampoco había leído alguna.

— ¿Qué es eso Sam? —Una voz, que lograba irritarla con sólo escucharla, le habló — ¿Acaso tienes un admirador? — Se burló.

—Cállate, Nicolás — El chico siempre lograba ponerla de mal humor.

—Vamos, es un país libre, y yo sólo gozo de mi libertad de expresión.

—Metete tu libertad por donde te quepa — Replicó ella, de forma agresiva para darle la espalda y dejarlo hablando solo.

—¡Uy! ¡Qué boquita!

Tras haber molestado a la morena, Nico decidió salir del aula, aprovechando que aún no llegaba el profesor. Era costumbre para él saltarse las clases. Cruzó el instituto, pudo notar una figura cuadrada acercándose, una caja enorme, y de la persona que la sostenía sólo se podían apreciar un par de esbeltas piernas.

— ¿Y eso? — Se preguntó.

Después de unos cuantos pasos pudo reconocerla.

—Es Andrea — Fue rápidamente hacia ella.

Con ambas manos sujetó la caja y la alzó para ver el rostro de quien la llevaba.

—Hola amiga, ¿te echo una mano?

—Ah, eres tú de nuevo — Espetó cuándo lo vio.

— ¡Qué tono!, ¿no podrías mostrar más emoción?

—Lo siento — Se disculpó ella.

— ¿Por qué te disculpas?, ¡vamos, era broma!

—...

—Y... — Rascó su nuca, intentando buscar algo de qué hablar — ¿qué hay dentro de la caja?

—Son algunas cosas — Respondió sin más información.

— ¿Qué tipo de cosas?

—Serpentinas, confeti, globos, un pastel y un regalo.

— ¿Para qué son? — Preguntó sorprendido.

—Son para alguien especial que cumple años hoy.

—...— Él se detuvo — ¡No me lo digas!, ¿es para tu novio?, ¿tienes novio? — Era notoria su decepción.

—No.

— ¿Enserio?, entonces, ¿para quién es?

—Para una amiga.

—Oh, ¡qué padre! — Exclamó, por último, mientras la ayudaba llevando la caja él.

La clase de asesoría escolar no era la más popular entre los alumnos, e incluso muchos decidían saltarla; el profesor era muy anciano y tenía problemas de vista agregando la sordera por su vejez, no era difícil despistarlo. Samanta estaba entre aquellos que, sin arrepentimientos, salían del aula, teniendo cuanto mucho tres clases de asesoría al semestre.

Devin no estaba de acuerdo con que su amiga se saltara las clases, pero estar acompañada de ella le agradaba. Ambas se hallaban sentadas en una banqueta, detrás de los salones de tercer semestre. Sam le mostró las cartas a Dev y se quejó del estrés que le causaban.

—Es la onceava, no sé qué pretende esa niña.

—Wow, esas son muchas cartas, ¿ya has leído alguna? — Preguntó Dev mientras las tomaba.

—No, ni una, no me interesa mucho lo que digan.

—Entonces, ¿por qué las sigues conservando? — Alzó una ceja.

—Como prueba de acoso — Contestó Sam.

—No sé tú, pero a mí me mata la curiosidad, ¿puedo abrir una? — La de cabello color marrón cenizo tomó una de las cartas y comenzó a abrirla.

—Ya lo estás haciendo — Refunfuñó Samanta.

El contenido fue un tanto inesperado, Devin se desconcertó al encontrarse con una "C" expandida en toda la hoja.

— ¿Ce? — Mostró la hoja a Sam.

— ¿Qué? — La morena cogió la carta e hizo una mueca — ¿Qué significa esto?

—Ni idea, ¡abramos las demás!

Todas las cartas fueron abiertas, en cada una encontraron una letra, algunas repetidas.

— ¿Qué carajos es esto? — Samanta no comprendía que pretendía Andrea.

—Mhm.

Devin organizó las letras hasta formar una palabra.

—Fe-li-ci-da-des — Leyó Sam.

—Vaya manera de felicitarte, fue muy creativo — Reconoció Dev— ¡Rayos!, yo creí que había sido la primera persona del instituto en felicitarte — Parecía decepcionada.

—Lo fuiste, aún no leía las cartas — Contradijo Sam.




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