Ahí está, en todas partes: soy la nueva novia embarazada de Fox Farley.
Y yo pensando que mi mayor drama de la semana sería si comenzar a cuidarme con la comida para no subir más de peso o estirar eso unas semanas más.
Todavía no entiendo cómo sucedió eso si no hablé con nadie. Solo mencioné mi embarazo cuando alguien me ofreció algo que me dio mucho asco y le dije que eran náuseas, para que no se sintiera mal por el rechazo. Alguien debió oírme, me vio llegar con Fox y sacó sus propias conclusiones, que terminaron en internet.
Fox, en una entrevista, dijo que yo era alguien especial que estaba conociendo, y pidió privacidad.
—No es para que entres en pánico —dice Viper—. Fox no es del tipo que aparece todo el tiempo en público ni lo siguen reporteros a cada paso como a los del espectáculo. Pronto lo olvidarán.
La miro, con un nudo en el estómago.
—El problema no es ese, Vi. El problema es que sus padres van a verlo, y también todos nuestros conocidos.
—¿Y qué dijo Fox?
—Se disculpó y me pidió que no prestara atención, que en unos días ya nadie recordaría nada.
—¿Ves? Te lo dije. Además, esto es buena publicidad para ti.
Hago una mueca.
—Ni siquiera mencionan mi nombre. Solo soy “la novia misteriosa y embarazada”. —hago comillas con los dedos.
—Al menos saliste bien en las fotos.
Cierro los ojos, negando con la cabeza e intentando ser tan positiva y neutral como mi amiga.
—Yo estaba tranquila trabajando, sin pensar en nada, y tuvo que llamarme Sky para decirme que aparezco en internet.
—Relájate. No te van a reconocer en la calle, a menos que sean fans de Fox o de los autos. Esto fue noticia solo porque él no suele mostrarse con mujeres y mucho menos con alguien embarazada. Según parece, no solía llevar compañía femenina a sus eventos.
—En eso tienes razón.
Cierro la pestaña de la noticia y me dejo caer en la silla. Viper se sirve café como si estuviera en su casa, y sonríe mirando el celular.
—El abogado guapo me invitó a salir este viernes.
—¿El mismo que quiere meter preso a tu cliente?
Se encoge de hombros.
—Mañana se resuelve eso. Y, terminado el juicio, también lo estarán nuestros clientes. Lo que pasa en la corte se queda ahí; fuera de ella, es otra historia.
—¿Vas a aceptar?
—Le dije que si yo gano, él paga. Y si gana él, yo invito.
Asiento con una sonrisa.
—Buena estrategia de guerra—miro la hora y me levanto—. Debo ir a casa de Fox.
Viper alza una ceja con expresión divertida.
—¿Te invitó a su casa?
—Sí. Quiere prepararme la cena para compensar todo este lío. Y bueno, no puedo rechazar una cena.
—Cierto. ¿Y va a pasar algo más?
Suspiro.
—No lo sé. Quiero disfrutar mientras el embarazo me lo permita, pero tampoco quiero apurarme. Veremos cómo se da la noche.
Ríe bajito.
—Amén —dice, alzando su taza en mi dirección.
Mientras termina su café, yo me visto rápido. Es una cena informal, así que elijo un pantalón ancho, suelto y fresco de verano, color blanco, con una camisa a juego. Me pongo unos tacones —todavía puedo usarlos— y dejo el cabello suelto. Hoy no me maquillo.
Cuando regreso a la sala, Viper me observa con atención y asiente con aprobación.
—Simple, fresco y cómodo.
—Perfecto.
Se pone de pie con elegancia, deja la taza en la cocina y toma su bolso. Me despido con un beso y un abrazo, agradecida por su visita. Antes de irse, me pide que escriba los detalles de la cena con Fox en el grupo del trío dinámico. Por supuesto que lo haré, como si tuviera elección.
Durante el trayecto a casa de Fox, los nervios me atacan poco a poco. No es por estar a solas con él —ya hemos estado en mi casa y jamás se ha sobrepasado—, es un caballero.
Lo que me inquieta es la situación entera. ¿Qué pensarán sus padres cuando vean que su hijo está saliendo con una mujer embarazada? ¿Lo juzgarán? ¿Me juzgarán?
Sé que no debería proyectarme tanto. Apenas estamos empezando algo. Y Fox no parecía preocupado por la noticia; su mayor inquietud era que yo me sintiera abrumada y decidiera alejarme. Pero eso no va a pasar.
Si alguna vez me alejo, será por algo entre él y yo, no por lo que diga un periodista tras escuchar una conversación a medias.
Muchos creen que él es el padre del bebé porque no lo imaginan saliendo con alguien embarazada de otro hombre. Y como lleva más de un año lejos del foco mediático, no les sorprende que haya iniciado una relación. Otros, en cambio, dicen que no estoy embarazada y todo es un invento. Algunos incluso afirman que soy una más en su lista.
Siendo sincera, mientras esto no me afecte a nivel personal o profesional, me da igual lo que diga gente que no me conoce.
Editado: 06.08.2025