Nico
—Nunca sabe lo que pienso es muy ingenua a pesar de ser mayor que yo, supongo que nadie tiene mi intelecto — dije riendo, Mery había caído en una de mis bromas de nuevo.
Ella se enojaba por las cosas más simples y eso alegraba mi día, ella me agradaba un poco, sin embargo era inevitable demostrar mis habilidades molestándola. Reí durante unos segundos y luego observé mi brazo vendado y di un suspiro.
Hace dos días, al llegar a casa, me habían regañado como nunca, mi madre por poco se había desmayado al verme, todo fue un completo drama repleto de gritos y algunos insultos, Alba trató de apoyarme al inicio, sólo que mi padre se molestó y la envió a su habitación, mi padre continuó regañándome mientras yo lo miraba con indiferencia, hasta que finalizó cuando obtuve una bofetada al decir: "Ellos se merecían que les ganara."
Fue algo estúpido, pero soy estúpido, luego de sentir el golpe actué como si no sintiera nada y fui directo a mi habitación, no solté ni una sola lágrima y traté de no expresar dolor. Me encerré poniendo seguro a la puerta y tomé mi celular por supuesto, para poder molestar un poco a Mery.
Mientras recordaba esto pensé en aquella chica que me había ayudado en la parada de autobús, no había cambiado mis vendajes desde entonces, era probable que debía de hacerlo cuanto antes.
Al día siguiente era lunes y esperaba que mi novia no se pusiera como loca al verme luego de mi entrenamiento de baloncesto, yo insistía en que no era necesario que ella fuera a verme, sin embargo ella no escuchaba y era demasiado insistente, ni siquiera sabía por qué había aceptado estar con ella. ¿Para mantener mi popularidad? ¿Mi reputación? Ambas cosas eran tonterías y habían dejado de importarme hace dos días, en aquellos momentos me sentía como un idiota, y bueno lo aceptaba, muchas veces lo era. Descargaba mi furia de vez en cuando viendo como Mery caía en mis trampas y bromas.
Vi la pantalla de mi celular, al parecer acababa de notar que había caído en una de mis bromas nuevamente.
El día anterior, por casualidad, había descubierto que Mery amaba escribir y me pareció interesante, por lo que le propuse crear una historia juntos y gracias a esto tenía una nueva manera de molestarla, creando situaciones desfavorables para sus personajes o metiendo drama innecesario de vez en cuando. No lo hacía siempre, solo cuando la ocasión lo amerita y a veces sólo era dar ideas, por molestarla, debía admitir que me gustaba escribir con ella, era realmente entretenido como un juego.
Mery
Di un largo suspiro luego de leer la conversación que había tenido con Nico y notar que había vuelto a caer en sus bromas.
— Tan idiota y odioso como siempre. — ¿Cómo podía gustarme alguien así? Siento que nunca lo entenderé, pero cada día me gustaba más y lo odiaba más, también odiaba a Alba por no dejarme conocerlo, sabía muchas cosas de él o eso creía en aquel momento.
Sabía sobre algunos de sus problemas y por esto sabía que quería ayudarlo y protegerlo, sabía que quería que él fuese feliz, aunque fuese con esa tal Jessica de la que había escuchado mucho últimamente, aunque según Alba saltaba a la vista que aquella chica era del tipo de persona que se cree mejor que los demás, sólo por su posición económica, ni siquiera sabía como su hermano terminó estando en una relación con esa "rubia oxigenada", se podría decir que yo tenía más puntos a favor, pero no creía que Nico pudiera llegar a considerarme de esa forma.
Mi celular vibró y volví mi vista hacia él, al parecer me había llegado un mensaje.
— **Oh lo siento, te enojaste?** — escribió Nico, obviamente disfrutaba molestarme, siendo un completo idiota.
— **No, en absoluto...vamos...no tienes nada mejor que molestarme??* *— respondí enseguida luego de leer su mensaje.
Estuvimos escribiéndonos el resto del día, por el momento solo escribíamos ideas para nuestra historia, la trama y los personajes, quería creer que ambos nos tomábamos en serio aquel asunto.
Pasaron un par de semanas en las cuales lo que empezó como un juego ocupaba la mayor parte de nuestras conversaciones, a veces teníamos desacuerdos de verdad y otras veces Nico simplemente quería molestarme un poco, pero ya me había acostumbrado.
—**¿No crees que Li debería morir?** — escribió él en cierta ocasión, mientras discutíamos sobre uno de los capítulos de nuestra historia.
— **¿Morir? ¡Pero sabes que es uno de los personajes que creé! Además no hay razón para que muera.** — respondí, sabía que a él no le gustaba el tierno Li, lo veía como un rival para Do, personaje 100% creado por él, sin embargo no había razón lógica para matarlo.