Mery
Luego de eso volví a casa, al tomar mi celular, noté los más de veinte mensajes que Nico me había escrito, parecía tratar de disculparse de toda forma posible, solté un suspiro y por instante dudé si contestar o no.
—**No vuelvas a hacerlo, yo no soy un objeto para que descargues tu ira.**— envié el mensaje y me fui a dormir.
Seguía algo molesta con Nico y aún me sentía mal por lo que me había dicho, sin embargo sentía que me era imposible el no perdonarlo, luego de unos minutos simplemente me quedé dormida. Luego de unas semanas volví a ver a aquel chico, él de igual forma me reconoció, estábamos en el mismo parque de aquel día.
— Hola... La última vez no te pregunté por tu nombre. — dijo acercándose a mí, también lucía algo nervioso. Por un momento dudé, es decir, aquel chico parecía incluso menor que yo, sin embargo aún no me inspiraba confianza del todo.
Por otro lado, no estaba segura, pero ese chico apareció por primera vez cerca de la casa de Alba y Nico, podría conocer a alguno de los dos o a ambos, no quería que ellos se enteraran de la forma en que conocí a aquel chico — actué de manera extraña — o de la vez que estuve con él en el parque, además no sabría si en el caso de que él contara eso, sería totalmente fiel a la verdad o me causaría malentendidos con mi amiga y su hermano.
— Violet ¿Y tú? — respondí, no era del todo una mentira, ya que ese era mi segundo nombre y mi madre a veces me llamaba así.
— Mi nombre es Fran. — respondió él con una sonrisa, tal vez merecía mi confianza, sin embargo ya había tomado mi decisión y no podía dar vuelta atrás.
Los meses pasaron con relativa normalidad, Nico y yo continuamos escribiendo y yo continuaba amándolo en secreto, mi mayor deseo era poder verlo frente a frente, pero por alguna razón los padres de Alba se habían vuelto un poco más exigentes en cuanto a las visitas, así que parecía que nunca volvería a pisar la casa de Alba en mucho tiempo, por lo cual tampoco podría tener la oportunidad de ver a Nico.
Cumpliría 15 años en unos días, el tiempo había pasado realmente rápido. Aquel día pasé cerca del parque mientras iba a hacer un mandado y sentí que alguien me observaba, pero no le di mucha importancia y me apresuré para ir hacia la tienda. Nico a veces seguía comportándose como un idiota, pero no conmigo tal cual, simplemente me molestaba con algunas decisiones que tomaba para sus personajes y en cuanto a la trama de la historia que escribíamos, ya que habíamos puesto la regla de que él no podía tocar las decisiones de mis personajes y yo no podía tocar las decisiones de sus personajes, así que mi dulce Li no estaba a salvo del todo, ya que si bien no podía tocar las decisiones y la forma en que mi personaje actuaba, sí podía crear situaciones en la trama que pudieran ponerlo en peligro.
Al escribir con él sentía que mis habilidades mejoraban, pero aún así me seguía considerando como una persona sin talento, tal vez muchos crean que es una tontería, sin embargo al vivirlo en carne propia, sabrían a lo que me refiero. Por otro lado, Alba me había contado que Nico había estado algo raro desde hace varios meses, parece que ha estado saliendo con alguna que otra chica, sin embargo no había aceptado más de una sola cita, algo que era poco común en él, según lo que Alba me había contado. Ella creía que se debía a Jessica, yo deseaba que esa no fuera la razón, ya que eso significaba que Nico realmente llegó a quererla y que no era verdad lo que siempre suponía Alba, que Nico solo la había aceptado para mantener su reputación de chico "popular".
— Disculpe, niña ¡Niña! - dijo el señor de la tienda y me sacó de mis pensamientos.
— Ah lo siento ¿Qué dijo? — pregunté y dirigí mi vista hacia él.
— Aquí está su cambio, y gracias por comprar aquí. — dijo de mala gana, yo solo asentí y salí de la tienda. Al cruzar por el parque, nuevamente volví a sentir una mirada sobre mí. ¿Quién era? Esta vez me entró esa duda y me giré hacia el parque para ver si notaba algo raro, pero nada, no alcancé a ver ni a una sola persona que pareciera estar observándome, así que mejor me apresuré para ir a casa.
Nico
Pude ver de nuevo a aquella chica y no una sino varias veces, desde aquella noche yo decidí que ella era la chica de mis sueños, aunque fuera mayor que yo, había algo en ella que me encantaba, en varios aspectos tenía una notable madurez, sin embargo en otros era infantil e incluso más inocente que yo. A veces actuaba como la chica más linda y tierna del mundo y otras veces dejaba ver su lado maduro y sensible. Esa chica simplemente me encantaba de una manera que no podría expresar en palabras.
Cuando me preguntó por mi nombre le dije que era Fran, es mi segundo nombre, pero sentí que si le decía el primero, tal vez podría enterarse por alguien que yo solo era un simple idiota, ya que nuestro primer encuentro se dio cerca de mi casa y supuse que posiblemente conocía a alguien cerca de aquel lugar, creo que fue la primera vez que me importaba que se enteren de eso.
Lo peor es que siempre he odiado mi segundo nombre "Francisco", pero fue lo primero que se me vino a la mente, definitivamente no sabía que me estaba ocurriendo exactamente. Y bueno en cuanto a, la otra dulce chica que conocía, Mery... Aún continuaba hablando con ella definitivamente nunca sabré lo que la hizo perdonarme aquel día en que fui un completo imbécil con ella, pero al final continuamos trabajando en nuestra obra maestra — si se le puede llamar así — así que me daba un poco igual la razón que la había llevado a perdonarme, lo único que sabía es que no debía tratarla así nuevamente, ella no lo merecía. Además de que cada día podía observar más de su talento sin igual, a mi punto de vista no podría decir que había mejorado, sino que simplemente sentía más confianza para dejarme ver de lo que era capaz, sus personajes variaban entre maduros y empáticos a dulces e infantiles, cosa que llamaba notablemente mi atención.