Un amor un poco inusual

Cambios, Palabras y Acciones

Mery

Pasaron algunas semanas, en unos días iría a mi nueva escuela. Aquel día fui con mi madre a la peluquería, mi cabello estaba algo maltratado, así que necesitaba un corte urgentemente, no me importaba, mi cabello no había crecido mucho durante los últimos meses realmente, por lo que pensé que un corte le haría bien. 

— ¿Entonces que tan corto lo quieres? — preguntó mi madre antes de que fuera mi turno, yo me miré en un espejo y decidí lo que quería.

— Más arriba de los hombros, quizá hasta aquí. — dije mientras señalaba más o menos a la altura de mi mentón.

— ¿Segura? — dijo mi madre mirándome con algo de sorpresa. — Bueno es tu decisión, pero recuerda que tu cabello es algo rizado, así que quizá se esponje un poco.

Yo solo asentí, ya sabía como se comportaba mi cabello, así que daba un poco igual, luego de unos minutos esfue mi turno, mi madre le dio algunas indicaciones a la mujer que cortaría mi cabello, esta asintió y comenzó con su trabajo. Vi mimi cabello caer al suelo, luego de unos minutos la mujer terminó y yo sentía mi cabeza más liviana, el cabello corto no me quedaba mal, aunque hace tiempo que no lo llevaba tan corto como en aquel momento.

Mi madre le pagó a la mujer, durante el camino a casa me sentía feliz con mi nuevo corte, algo que siempre pasaba los primeros días, al llegar fui a mi habitación y tomé algunos de mis cuadernos, me había dado cuenta de que los que había utilizado en mi antigua escuela, no estaban del todo llenos, tal vez fue algo que noté cuando vi que mis padres no ganaban tanto dinero como antes, por lo que busqué una manera de ahorrar unos cuantos dólares, separé la hojas en blanco y las dividí formando cuatro cuadernos los cuales forré con papel, pegué algunas imágenes en las portadas y quedaron como si fueran nuevos, no podía creer cuánto papel debía de haber desperdiciado por no haber hecho eso antes. 

Mi sentimiento de vacío se había ido desvaneciendo poco a poco con el paso de los días, al igual que mis ataques o “bombas” emocionales ocurrían con mucha menos frecuencia, es pocas palabras me había estabilizado emocionalmente, aunque aún tenía un ligero sabor amargo, algo así como nervios y miedo causados por estar lejos de mis amigas; mi emoción ya se había incrementado, pero aún así no me sentía del todo segura de mi misma.

Buscaba distraerme, esto era más que obvio, por algo había desperdiciado una hora reciclando cuadernos, pero no tenía razón para quejarme de nada en aquellos momentos, al fin y al cabo mis padres me habían regalado un nuevo celular aquella mañana. Sentí aquel sabor amargo incrementarse un poco, así que para pensar en algo más decidí que podía escribirle a Fran en aquel momento, busqué el papel con su número por toda mi habitación, seguramente si no la hubiera encontrado en seguida hubiera sufrido de otra “bomba emocional”, pero tuve suerte, escribí el número con emoción y lo guardé en mis contactos.

— Por fin sabré de él… luego de tanto tiempo… — dije para mi misma mientras sonreía, cualquiera pensaría que le escribiría a Nico, pero no, si se hubiera tratado de mi príncipe las emociones hubiesen sido mucho más descontroladas, seguramente me hubiera puesto roja cual tomate.

Nico

Mis sentimientos variaban de un día a otro, podría considerarme alguien desafortunado o un imbécil, pero la negatividad no me invadía del todo ¿Qué clase de vida sería vivir siempre amargado? Puede que mi padre haya mentido sobre irse de casa y dejarnos en paz… pero durante aquellos día las peleas no abundaban, buscaba distracciones y pasatiempos, además de vez en cuando jugaba en mis Xbox con Alba, extrañaba a Mery, pero no tenía muchas razones para quejarme de mi vida en aquellos momentos. Editaba videos y jugaba un poco en mi computadora mientras escuchaba algo de música.

— “'Cause I'd rather feel pain than nothing at all…”— tarareaba un poco mientras me concentraba en mis videos, muchos decían que mi voz sonaba tan bien como si fuera parte de la canción, quería ir al conservatorio y mejorar mi técnica, al mismo tiempo que aprender más sobre música, pero a mi padre la parecía niñerías, en fin estaba pensando en eso cuando escuché mi celular, en un principio pensé que era un mensaje de Sasuke, pero luego noté que era un número desconocido, abrí el mensaje y juro que sentí que mi corazón estuvo a punto de salirse de mi pecho en aquel momento.

— **¡Holaaa! Soy Violet, lo siento por no haberte escrito durante tanto tiempo Fran...¡Finalmente tengo un celular! Tengo muchas cosas que decirte... mira corté mi cabello... ¿Qué te parece?** — envió una foto de ella, su cabello lucía hermoso como siempre, se veía suave y esponjoso, un poco rizado y del mismo café oscuro que tanto me encantaba.

— **Pensé que te habías olvidado de mí... pasó mucho tiempo, por cierto luces bien, ese corte hace que luzcas... tierna**— respondí el mensaje y sentía como mi rostro ardía, seguramente parecía un tomate, y en ese mismo instante a mi querida hermana se le ocurrió la gran idea de entrar a mi habitación.

— ¿Qué haces? ¿Con quién hablas? — dijo ella desde la puerta, su mirada me hacía sentir en un interrogatorio y también notaba ese típico tono que usaba cuando se enteraba de que yo estaba saliendo con alguien.

— ¡No es nadie! — me sentí nervioso y fue lo único que pude decir, ella se abalanzó sobre mí y a pesar de que yo era más fuerte, por obvias razones no tuve el tiempo suficiente de proteger mi celular.



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En el texto hay: amor-odio, primer amor, amor adolescente

Editado: 16.08.2020

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