Un Angel En La Oscuridad

CAPÍTULO II (Parte tres)

CAUSAS Y CONSECUENCIAS

 

Un momento tierno se llevaba a cabo en aquel huerto, aquellos misteriosos ángeles que partieron de la línea delantera, llegaron a la retaguardia.

- ¿Dónde está ese infeliz? – la voz de aquel que exclamaba estas palabras estaba furioso y su presencia se hacía notar.

- Zalathras, cálmate… bien sabes cómo es el – otra voz y está también sonaba enojada -Probablemente este durmiendo por allí, ya lo encontraremos – mientras se expresaba, un pensamiento cruzaba por su mente - ¿Qué estabas pensando estúpido? – no comprendía la situación.

- ¿Quieres que me calme Emely?, ¿Acaso eres estúpida tú también? – Su mirada era penetrante, en sus ojos se podía notar una llama. Su respiración era pesada y sus dientes rechinaban al ser apretados tan violentamente, contenía su rabia.

- Ustedes, par de idiotas, ¿Acaso quieren provocar otra guerra? – ahora la que hablaba también estaba enojada, su presencia era fuerte…  - miren a su alrededor – todos los ángeles que se encontraban en la retaguardia inspeccionando a los cadáveres y el personal médico, estaban totalmente asustados, al sentir las presencias de Emely y Zalathras. Estos siete ángeles no eran cualquier cosa.

-Lo siento Naivy, este idiota me insulto. – su tono de voz era mas leve, pero una cosa era segura, todos estaban ENOJADOS con el desobediente.

- ¿Y tú?, ¿No tienes nada que decir, Agamael? – le preguntaba Naivy con tono fuerte. Aunque este parecía no importarle ni un poco lo que esta le decía.

Una hora después de su llegada…

- Nada de esto tiene sentido – decía Emely, mientras pasaba sus dedos por su frente para relajarse. - ¿Por qué desobedecería una orden directa? – estaba confusa, no podía llegar a ninguna conclusión.

- Te atormentas porque quieres Emely – con una cara altiva, miraba a su compañera que se encontraba sentada en el suelo. - Erick es un idiota desobediente, tu mejor que nadie lo sabe – de brazos cruzados, con su aura de superioridad pronunciaba estas palabras duras pero reales.

- Lo sé, no tienes que recordármelo Na – i – vy –. Su cara lo decía todo, estas chicas no eran compatibles.

- Agamael, te noto demasiado pensativo, ¿Qué sucede? – la cara de Agamael no mostraba ningún signo, su mirada estaba puesta en un solo lugar.

- Solamente, quiero preguntarles algo – su voz era intensa y profunda, todos se quedaron viendo al oír estas palabras tan serias. - ¿Alguno de ustedes trajo comida? – todos cayeron al suelo y comenzaron a reír por estas palabras tan sin sentido.

Pero, ¿Quiénes son estos ángeles?, ¿Por qué su fuerza es superior? ....

Cuartel General del Angel Superior Miguel.

- Zanemi, ven aquí un momento – se escucho una voz tan amorosa que solamente el oírla tranquilizaba.

- Dígame, Angel Miguel, ¿En qué puedo servirle? – otra voz tan amorosa, solo que esta era un poco más débil que la primera, también se escuchaba y este hacia una pequeña reverencia al primero.

- Escuche que tu escuadrón logro retomar la línea delantera y que gracias a ellos ganamos, ¿Es eso cierto? – ambos brazos estaban colocados sobre algo parecido a un escritorio y sostenía su mano derecha con la izquierda y en ellas apoyaba su barbilla y su mirada estaba fija mientras el escuchaba.

- Así es Angel Miguel, aunque solo tuvimos problemas con la retaguardia, no pudo ser salvada, los demonios lograron obtenerla. – Su cara al pronunciar estas palabras mostraba pena y dolor, se sentía culpable por no poder rescatar a nadie de la retaguardia.

- Es una pena muy lamentable, hay que dar aviso a … -

- Angel Miguel y Arcángel Zanemi, disculpen mi intromisión, traigo un reporte de la retaguardia – ambos quedaron asombrados al oír todo el informe que llevaba aquel mensajero y de como había un solo sobreviviente y que un solo angel logro defender toda la retaguardia derrotando a todos aquellos demonios que se encontraban allí.

- Zanemi, este chico acaso ¿no es aquel de hace cinco años? – una sonrisa muy placentera y contenta brotaba del Angel Miguel al saber que al final había un héroe y que habían ganado totalmente la batalla contra los demonios.

- Ese mismo chico es Angel Miguel – otra sonrisa brotaba de aquel arcángel al saber que todo había marchado bien.

- Quiero que lo traigas ante mi lo más pronto posible… quiero ver su progreso – la paz regreso y aquello que parecía una causa de desobediencia para algunos, para otros eran las consecuencias de un largo y riguroso entrenamiento que estaba dando sus frutos a su debido tiempo.

- Como usted ordene Angel Miguel – agacho su cabeza en señal de reverencia y se marcho para reunirse con su escuadrón. Aunque un pensamiento lo agobiaba, ¿Qué será lo que piensa?

Habían transcurrido muchas horas después de aquel evento tan caótico, los reportes estaban dados, los heridos de batalla estaban en tratamiento y aquellos que habían caído en batalla estaban siendo quemados como un último adiós, mientras muchos lloraban al ver a sus amigos, hermanos, irse lejos para no volver. La noche caía lentamente y mientras llegaba la luz del fuego era la única alegrarse de verla.




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