Un Angel En La Oscuridad

CAPÍTULO III (parte dos)

MI NOMBRE ES…

 

Entrada Principal (Fase 1 del recorrido de las almas al morir)

- Siguiente eran las palabras de un hombre de edad adulta, con una barba larga y color blanca, su vestimenta eran unas túnicas del mismo color de su barba y agregando su cabello largo y liso que combinaba totalmente con su túnica, sus zapatos eran algo extraños, parecían el calzado que usaban los romanos hace 2100 años, que mientras sentado en lo que parecía un escritorio atendía a una cantidad de personas (en este caso sus almas) puestos en fila y no parecía ser la persona más agradable de todas.

- Este trabajo apesta, no entiendo porque acepte el intercambio… bueno, estar en el frente de batalla es peor – decía dentro de sí, mientras atendía de una manera algo abrupta. – Vamos, que no tengo su tiempo señores, moveos más rápido y en orden – quería terminar su turno lo mas pronto posible.

- ¿Y tú?, ¿Cómo te llamas? – le preguntaba a una joven que en su rostro se podía notar que no sabia donde se encontraba y el miedo la tenía algo dominada.

- Yo, yo, yo – tartamudeaba, no entendía para nada la situación – me llamo Vanessa, y no sé qué hago aquí – sus palabras eran entrecortadas, sus manos estaban temblorosas y sus piernas la acompañaban al mismo compás.

- Mira muchacha, por si no lo sabias… ESTAS MUERTA, así que deja de balbucear y contesta nada más lo que te pregunte, ¿esta claro? – este tipo no tenía tacto.

- Muerta, yo no estoy muerta – su cara de pronto se puso fría, su cuerpo dejo de moverse y en su mirada se notaba un vacío, parece que de mala forma ya había comprendido la situación en la que se encontraba.

- Si, si, estás muerta… ahora responde, ¿Cuál es tu edad? – el tono fuerte y golpeante era su manera de tratar a todas aquellas almas que llegaban a ese lugar donde se les solicitaba toda su información actual y la manera en la cual fue su muerte.

- Bien, tienes 29 años… ahora una última pregunta, ¿Cómo falleciste?, ¿Cuáles fueron las causas te tu muerte? – no levantaba su rostro, no mostraba ni dolor ni tristeza, no sentía ni la más mínima compasión por aquellos que llegaban de la tierra de los vivos.

- Lo último que recuerdo, es que me encontraba en una discusión con mi pareja y cuando me di la espalda, solo escuché el sonido de una pistola y caí… cuando abrí mis ojos, ya me encontra… –

- Si, si… ya es suficiente, tu muerte fue causada por un impacto de bala en tu cabeza, ya puedes largarte… continua derecho y veras otra persona como yo – de manera áspera detuvo a la pobre joven, pero que se podría decir o exclamar, ESTE ES EL TERRITORIO DE ELLOS.

Mientras las personas eran atendidas y la fila se acortaba poco a poco, dos jóvenes llegaban y comenzaban a platicar mientras esperaban su turno.

- Así que esta es la primera fase, antes de entrar al cielo o ir al infierno – eran las palabras de aquel joven que parecía no estar asustado ni confundido y que parecía entender muy bien la situación que le esperaba.

- Si, tienes que tener mucho cuidado, las cosas han estado muy tensas desde hace un tiempo – contestaba aquella joven que acompaña a este personaje y que a pesar de todo tanto la mano de el como la de ella no se soltaban.

- ¿Por qué la situación esta tensa? – preguntaba aquel joven, interesado en saber el porqué de la situación.

- Bueno, para resumirte… desde hace dos años la guerra entre el cielo y el infierno se ha puesto más intensa – comenzaba a explicar aquella joven la situación – la cosa ha sido demasiada extraña, porque los territorios en los cuales había un punto neutro, es decir, no son para combatir, los demonios les ha importado poco respetar ese acuerdo, y eso que este mismo es desde la creación del mismo cielo e infierno – lentamente avanzaba la historia, mientras se acercaban hacia aquel personaje donde tendría que dar todos sus datos.

- Pero, ¿tu como sabes todo eso?, ¿si, solamente llevas dos años en este horrible trabajo? – eran las palabras confusas de aquel joven que miraba de manera sorprendida a aquella joven que sostenía su mano.

- Bueno, al convertirme en esto… toda la información llego instantáneamente a mi cabeza, y en un abrir y cerrar de ojos, ya lo sabía todo – contestaba aquella joven.

- Otra vez, vuelves a sorprenderme… – decía aquel joven mientras pasaba sus dedos por su frente, tratando de relajarse un poco.

- Bueno, cambiando un tema por otro… quiero hacerte una pregunta, que me tiene muy intrigada la verdad… – eran las palabras de aquella joven que poco a poco iba poniendo su rostro de manera seria y su mirada fija en aquel joven, quien a cuya pregunta tenia que responder.

- Y, ¿cuál es esa pregunta? – en un tono serio, también observando fijamente a la joven de ojos café que realizaría la pregunta.

- Bueno, ¿Por qué, tu…? – de pronto una explosión se escuchó, cortando aquella conversación y al ser esta tan cercana aquellos jóvenes se cayeron al suelo no sabiendo lo que había provocado aquella explosión. Y, mientras que los escombros todavía caían, unas figuras siniestras hicieron su aparición, saliendo de aquella cortina de humo y polvo que la explosión había provocado.




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