Un Angel En La Oscuridad

CAPITULO ESPECIAL

HOY ES TU CUMPLEAÑOS

 

-Erick, te veo muy pensativo…. ¿te ocurre algo? – eran las palabras de Emely al ver el estado en que este joven se encontraba, ya que su compañero se encontraba caminando de un lado a otro mientras rascaba su cabeza.

- ¡Oh! Eres tú – sin prestar tanta atención a su compañera, siguió caminando y buscando.

- Solamente eso me dirás – la cara de Emely estaba seria y algo molesta al ver la gran actitud de Erick al no tomarle mucha atención a su misteriosa llegada – a pesar de que soy la única que te habla de manera tranquila y anda preocupada por ti – con los brazos cruzados, su mirada fija en Erick y poniendo una cara de desprecio por el tan mal recibimiento, seguía reclamando - ¿enserio vas a ignorarme? – poco a poco aquella voz iba aumentando de tono.

- Lo siento Emely, no es mi intención tratarte de esta manera – viendo fijamente a Emely con unos ojos tiernos, tratándola de alegrar continuaba hablando – la realidad es que hoy es un día muy especial y por andar de descuidado perdí algo valioso – mientras hablaba continuaba caminando, buscando, levantando cosas y agachándose para encontrar aquello que era muy valioso para él.

- ¿Tú tienes algo valioso? – la cara de asombro de Emely era muy grande – el gran señor de la espada silenciosa, tiene algo valioso – y mientras decía estas palabras, comenzó a reírse de una manera tierna.

- Si que graciosa – parecía que aquel comentario le causaba algo de gracia – mejor ayúdame a buscarlo – y señalando un sitio con su dedo, ambos comenzaron a buscar aquella valiosa pertenencia de Erick.

El tiempo transcurría, y aquella pertenencia no aparecía por ningún lado.

- Llevamos más de tres horas buscando y no encontramos nada – con la cara larga, algo amargada y sentada en el suelo, Emely parecía haber tirado la toalla - ¿Cómo es posible que perdieras algo tan valioso? – era la queja de Emely, quien parecía querer golpear a Erick por ser tan descuidado.

- ¿Se me habrá caído mientras volaba hacia acá? – eran los pensamientos que cruzaban la mente de Erick - ¿Por qué ser tan idiota? – tirado en el suelo boca abajo, resignado, triste, era la situación en la que se encontraba este personaje que parecía haber tirado la toalla al igual que Emely.

- Erick, trata de recordar el último lugar donde te encontrabas antes de llegar aquí – le decía Emely que parecía tratar de darle la ultima ayuda a este joven.

- Mira, la situación fue la siguiente… – comenzó la explicación de Erick – encontré una hermosa flor en el trayecto hacia el cuartel y pensé voy a cortarla ya que dentro de dos días alguien muy especial para mi estará de cumpleaños – la cara de asombro de Emely era muy notoria, ya que al escuchar la palabra cumpleaños, comprendió que Erick no era tan antipático como parecía – y cada año siempre he tratado de darle un obsequio aunque ella no tenga ni idea de que soy yo el responsable de ese regalo – una sonrisa broto y un rostro que jamás Emely había visto en Erick, la dejo totalmente cautivada y al mismo tiempo pensativa.

- Pues qué manera de cuidar esa flor – con tono algo arrogante, exclamaba aquellas palabras – pero al final no has dicho donde fue el último lugar donde estuviste – ahora con mas ánimos, trataba de hacer recordar a Erick.

- Bueno, bueno… corté la flor, la convertí en semilla, la puse en una caja pequeña, y la metí en la bolsa derecha de mi traje y de allí partí hacia el cuartel – ya sentado, con las piernas entre cruzadas y dando suspiros a cada rato, terminaba su explicación.

- Erick – la cara de Emely estaba seria y su mirada muy fija en el – ya te dio por buscar en la bolsa de tu abrigo para ver si se encuentra allí esa cajita – su cara lo decía todo, al parecer tenia la leve sospecha de que su compañero era algo distraído y muy menso.

- Emely, como va ser posible que yo tenga eso en mi traje – y mientras decía esto, metió su mano en el bolsillo y de pronto sus ojos se abrieron más, observo fijamente a Emely que parecía comprender la situación y esta con una ceja levantada y con lo que parecía un pequeño rayo en su mano, estaba marcando el destino de este pobre joven.

- ¿Cuánto tiempo me das de ventaja? – decía Erick que comprendía la situación que lo esperaba.

- Tienes 30 segundos de ventaja, yo que tú los aprovecharía al máximo – y ese pequeño rayo cada vez se hacia mas y mas grande, y en un abrir y cerrar de ojos Erick salió volando ocasionado un gran alboroto y detrás de el Emely que parecía dispuesta a ejecutarlo.

- Oye, me dijiste que tenía 30 segundos, eso no es justo – decía esto mientras se acomodaba su traje en pleno vuelo y evitaba los ataques de Emely.

- Me hiciste perder tres horas de mi tiempo, crees que voy a perder 30 segundos más contigo – y mientras lo atacaba se fueron alejando poco a poco de aquel lugar hasta que llegaron a su destino.

Y ya estando en aquel lugar, la noche les hacía compañía y la luna estaba en su máximo esplendor.

- Crees que vale la pena hacer esto – decía Emely ya calmada – sabes que nos pueden castigar por estar aquí sin permiso – sentada al borde de lo que parecía un pequeño corredor y observando a Erick que, colocando la semilla en una rama, se sentó en el mismo corredor y comenzó a ver la luna junto a Emely.




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