Un bebé para el Rey [#7 de la Saga Heredero]

Capítulo 26: Adiós, Kurt.

Kurgan.

Llegó el día tan ansiado por mí.

El día de rendir cuentas con Kurt y Elizabeth.

—Papi.

—¿Sí, mi amor...?

Kimberley se levantó de su silla y se acercó a la mía.

—¿Cuándo veré a mamá?

—Pronto cariño, pronto. -Kimberley entrecerró sus ojos. Y ladeo la cabeza. —¿Qué pasa? ¿No me crees?

—Eso mismo dijo el abuelo y ha pasado mucho de eso. Así que no puedo confiar y dejarme llevar como las olas del mar arrastran la arena.

¿Les había dicho que Kimberley a su edad tenían un IQ bastante alto?

¿No...? Pues ya lo saben.

—Quiero ver a mi mamá, papi.

—Te prometo que te llevaré con ella lo antes posible, princesa.

Kimberley asintío no muy convencida y poco después alzó sud brazos para que la levantara del suelo.

—¿Papi...?

—¿Sí? Hija.

—El abuelo me dijo que tú eres un rey, mami una reina y yo una princesa, ¿Eso es cierto?

—Sí, cariño. Yo soy un rey.

—¿Qué un rey? -pregunto mirándome fijamente.

—Un rey es un hombre que cuida a las personas, les ayuda a solucionar los problemas que se representen y cuida de su país porque lo ama y porque siempre quiere verlo prosperar.

Kimberley ladeó su cabeza.

—¿Yo seré un rey?

—No, mi amor. Tú serás una reina, la más hermosa que pueda haber tenido la corona. Ahora vamos a terminar de desayunar porque papá tiene que irse a rescatar a la princesa.

—¿Puedo ir contigo?

—Amor... no puedes acompañarme, pero te prometo que estaré de vuelta lo más pronto posible.

—Te esperaré papi. -tras esas palabras Kimberley dejo un beso en mi mejilla. —Pero no dures tanto porque el señor barriga me pidió conocer a mamá y ya está enojado porque no le he cumplido. Y una promesa debe cumplirse siempre.

—Te lo prometo mi princesa.

Kimberley asintío.

Pinché un pedazo de fresa y un pedazo de uva verde y se lo tendí a Kimberley.

— Son mis favoritas, papi.

—Lo sé, mi amor. -inquirí. —También son las favoritas de mamá.

—¿De verdad? -pregunto. —El abuelo me dijo que soy idéntica a mamá. ¿Es verdad papá?

—Sí, amor. Eres idéntica a tu madre, verte es como verla a ella.

—Cuando la vea le daré muchos besos y las cartas que le escribí. ¿Crees que le van a gustar?

—Sin duda alguna las va a amar.

Mi dulce princesa sonrió y posteriormente me quito el tenedor para seguir desayunando.

La observé comer con bastante ánimo y me fue imposible no sonreír.

Kimberley De Asturias Salvatierra es lo mejor de nosotros dos.

—Kurgan, es casi hora de partir.

Aparte mis iris de Kimberley para colocarlos en mi padre. Quién sonrió al ver a la princesa.

La niña de sus ojos tenía que ser.

—Kimberley, mi amor.

Mi pequeña le lanzó un beso a papá y este hizo la mímica de recogerlo.

—Esta niña es mi vida.

—Abuelo, no dejes que papá se pierda. Porque tiene que volver para que vallamos a ver a mamá.

—Eso es una orden mi bizcocho, traeré a papá en una sola pieza y juntos irán a buscar a la reina.

Malena, mi amor. Lo haré por ti, por ella, por nosotros.

—Te amo. Kimberley. Te amo princesa.

(***)

Despedirme de Kimberley no fue un drama como pensé que sería, más bien fue todo tranquilo, sin llanto ni nada.

Kimberley a du edad es una niña muy inteligente y para nada caprichosa... bueno eso tengo que reservármelo porque ha decir verdad eso de ser un poco caprichosa le corre por la sangre gracias a su madre. Porque Malena cuando quiere algo. Lo obtiene a como dé lugar.

—Hijo, estamos listos para descender. ¿Estás listo para lo que viene?

—Sí, padre. Estoy listo.

—Kurgan, con respecto a Kurt...

—No tocaré a tu hijo, padre.

—No es eso, Kurgan.

—¿Entonces qué?

—Exiliare a Kurt de Italia.

—Padre...

—Para que pueda perdonarlo tendrá que pasar mucho tiempo, porque algo como lo que él hizo se cobra con sangre. En el mundo de la mafia la traición se paga con sangre.

—No quiero saber lo que harás con él porque bastante pecado tengo con saber que te entregaré a Elizabeth.

Karter enarcó una ceja.

—Pensé que tú...

—A pesar de todo es mi madre. No podría arrebatarle la vida, por ello te la entregaré a ti y tu harás lo que mejor te parezca con ella. Volví para hacer justicia y para liberar al pueblo gitano nuevamente. De Kurt y Elizabeth, se encargarán, el ángel de la muerte, David Rissi; Luciano Zampogna, la dama y la tal Medusa de la que no me quieres contar más que su alias.




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