Un Caso Perdido

TREINTA Y TRES

CONRAD

De pronto Amalia parecía odiarme y eso me da ganas de estrellar mi cabeza contra un muro.

Ella no me habló el siguiente día, ni el siguiente. No contestaba mis llamadas, ignoraba mis mensajes y cuando pasaba a mi lado volteaba el rostro. Sé que unos meses atrás ella y yo no hablábamos así que no debería hacerme tanta falta, tengo mi día ocupado con la escuela y los entrenamientos pero, lo hace. La echo de menos todos los minutos y me hace desear regresar el tiempo al verano que pasamos juntos solo para poder sentir todas esas sensaciones de nuevo.

Con Amalia durante el verano, todo se sentía bien. Me divertí bastante, las noches se me hacían eternas pues esperaba que amaneciera y así poder volver a verla. Quería quedarme a su lado por más tiempo cuando las películas terminaban y rogaba que los caminos que recorríamos no se acabaran nunca, pues nunca me sentía listo para dejarla ir.

No tenía idea de cuán grande eran mis sentimientos por ella hasta que dejó de formar parte de mi vida. Pero es temporal, aun puedo revertir esto. No quiero que algo tan mágico termine tan rápido, lo mío con ella no fue solo una experiencia de verano, fue mucho más que eso y sé que ella siente lo mismo.

Por algún motivo, Jessica Lenox era su nueva amiga y ella no se despegaba de Amalia. No sé porque pero Jessica parecía que cuidaba a Amalia de los demás, por lo menos alguien la está cuidando.

Jessica formaba parte de la sección de “los inofensivos” entre las personas populares. Hay otras chicas más odiosas sin embargo, sigue sorprendiéndome que ella y Amalia estén pasando tiempo juntas. No tiene sentido.

Matthew no ha llegado a la escuela tampoco, no tengo idea porque pero no me interesa que pase con él. Puede que después del golpe que le dio Amalia se haya tomado unos días para recuperarse o puede que sienta vergüenza. Se lo merece, es un idiota por hacer eso. No digo que no puede salir a beber o lo que sea, pero ¿Cómo pudo haber hablado de Amalia sin siquiera considerar su sentimientos?

Ahora sé lo que le hizo a ella, ahora comprendo porque siempre hay tensión entre ellos pero según la versión de Amalia, Matt fue quien la abandonó. ¿Qué hizo Amalia contra él? Dudo que hiciera algo peor de lo que él le hizo.

La verdad, no podía concentrarme en nada. En los entrenamientos el entrenador no dejaba de gritarme para que reaccionara correctamente pero no podía. He estado intentando que Amalia me hable pero no lo hace.

Pensé que mi último año sería diferente luego de conocer a Amalia y de convertirnos en amigos pero nada está sucediendo como lo había imaginado en mi cabeza. No estamos almorzando juntos, no estamos caminando de la mano por los pasillos y ella no está esperando luego de los entrenamientos. Ahora todo parece caos y apenas es la primera semana.

Así que después de cuatro días de no hablarme, he optado por medidas desesperadas. Normalmente le daría su espacio, dejaría que las cosas se acomodaran en su lugar o incluso simplemente renunciaría a todo esto. Mi orgullo no me deja rogarle a nadie, dar un paso por nadie que no de la misma cantidad por mí pero eso era antes de ella.

Ahora podría caminar kilómetros con tal de volver las cosas como antes.

Golpeo a la puerta cinco veces. Tiene que hablar conmigo, tiene que estar en casa, no hay forma que esto termine de esta forma. Le dije que la amaba, nos besamos. ¿Eso no significa nada para ella?

¿Por qué le molestó tanto que la considerara “mi chica”? digo, nunca use esa frase, salió de los labios de Gregory pero no le veo nada malo. Si alguien se hubiera referido a mí como “el chico de Amalia” me hubiera sentido muy feliz.

Quizás ella y yo no sentimos lo mismo. Quizás yo no soy quien ella ama, quizás me quiere pero no de la misma forma. Soy tan estúpido.

Es solo que no puedo evitar sentirme de esta forma por ella. De veras lo intenté, durante el verano me recordaba que lo mejor era quedar solo como amigos, que si la perdía por un error, nunca más me sentiría tan cómodo con otra persona como me sentía con ella pero no pude detener la dirección que estaba tomando mi corazón.

Cuando me acercaba a ella, cuando reíamos, incluso cuando me molestaba con su sarcasmo y chistes, me enamoraba más y más de ella. No sé quién era antes de acercarme a Amalia, no recuerdo quien me gustaba o con quien planeaba ir al baile. Solo pienso en ella.

Solo importa ella.

Pero nadie abre la puerta y me arrepiento de haber venido hasta su casa, no sé en qué estaba pensando. Si no quiso hablarme en la escuela, si no ha contestado mis llamadas, no me dejará entrar a su casa. Me arrepiento de haber pensado que este plan funcionaría así que giro y cuando iba de regreso a mi auto, la puerta se abre.

No es Amalia.

Es su hermano.

Lo observo y a diferencia de la última vez que lo vi, hoy lleva una camisa formal blanca, unos pantalones grises y el cabello peinado hacia atrás. Me costó reconocerlo. Se ve decente, como un adulto. Bueno, supongo que sí es un adulto.

— ¿Si? —Levanta las cejas esperando a que me presente.

Él y Amalia no se parecen a primera vista pero si lo observo fijamente, su nariz es la misma y la forma de sus cejas. Quizás lo sé porque he observado bastante el rostro de Amalia, es un poco vergonzoso admitirlo pero supongo que eso haces cuando estás enamorado de alguien. Apreciar cada centímetro de su existencia.

Aclaro mi garganta. —Ah, hola… soy Conrad Hall.

Volteo mi mirada hacia la casa de al lado cuando un perro ladra. Hay una barda que divide la casa de Amalia con la de sus vecinos pero puedo distinguir una figura entre los espacios que se encuentran entre las tablas de madera. Parece un perro grande.

Regreso la mirada a su hermano que se ha quedado en silencio y él asiente sin haberme reconocido, me alegra que no lo haga. — ¿Buscas a Amalia? —asumo que pregunta pues soy de la misma edad que su hermana.




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