Un Chico Llamado Amor

VEINTIUNO

Terminé castigada con detención por tres días con Max.

No solo eso, esas tres chicas de quienes no sé sus nombres se encargaron de esparcir el chisme sobre como Max se estaba besando con la callada del salón, es decir, yo.

Interesante que así me conozca, “la callada” supongo que lo soy con la mayoría de las personas. No es que no quiera hablar con ellos es solo que no siento que tenga temas interesantes para hablar con ellos. Ahora lo único que preguntarán será sobre lo que estaba sucediendo con Max.

Penny me acompaña a mi casillero cuando el día termina, no podré salir con ellos a ninguna parte. Max de nuevo arruinándolo todo. —Lo siento tanto, quería que “celebráramos” juntos.

Penny niega dándome unas palmadas en el hombro. —Oye, no es tu culpa. El idiota te llevó en esa situación, lo odio tanto.

Muerdo mi labio. —No he visto a Jared, ¿crees que esté molesto conmigo?

Penny sacude su cabeza de un lado hacia el otro. —Jared sabe qué tipo de persona es Max, por supuesto que no te estabas besando con él, besarlo te hubiera envenenado o algo. Lo siento tanto, Lily, lamento que tengas que soportar a ese idiota.

Yo también lo lamento.

Llegamos a mi casillero, me recuesto sobre él. —Y ahora tengo una hora de detención con Max —cierro los ojos—. Seguramente Jenny me odia, sé que ya escuchó los rumores y con todas las otras mentiras de Max, todo está arruinado con ella.

Penny hace una mueca. —Hay que mostrarle a Jenny que tipo de persona es Max, tú eres su amiga, tiene que creerte.

—Es inútil —suspiro—. Dudo que vuelva a hablarme, jamás nos habíamos peleado por un chico y ya se ha decidido por su lado, lo está defendiendo a él y no me cree.

Penny acaricia mi cabeza. —Lo lamento Lily, encontraremos una solución.

Sonrío por un segundo, al menos tengo a personas como Penny y Jared, si es que no se ha molestado por los rumores. Los falsos rumores. Miro mi teléfono y sé que tengo que ir a detención. —Bien, supongo que te veo mañana.

Penny entorna sus ojos. — ¿Es una hora, verdad? ¿Quieres que nos veamos después? Podemos esperarte o algo.

Niego. —No quiero molestar, será mejor que vayas a tu casa o podrían salir ustedes dos.

—Bien, supongo que será otro día —responde con poco entusiasmo—. Te veo después.

Penny se aleja de ahí, yo giro para abrir mi casillero y guardar todo antes de ir a mi castigo. Coloco mi mochila a un lado de mis pies y mientras ordenaba las cosas dentro, alguien me tocó el hombro y escuché una voz decir: —Se te cayó algo.

Giro hacia la izquierda, ahora mismo varios estudiantes están saliendo en la misma dirección así que cuando volteo a la derecha para ubicar a quien sea me haya hablado, no distingo quien puede haber sido.

Junto mis cejas, ¿Se me cayó algo?

Bajo mi mirada y noto una nota verde sobre mi mochila. Un momento, ¿la persona de las notas acaba de pasar a mi lado? Estoy segura que esa nota no estaba ahí, la colocaron o la dejaron caer sobre ella.

Vuelvo a ver hacia la derecha, no reconozco esa voz.

Me inclino para tomarla está es un poco más grande porque está doblada en cuatro.

Sigo sin saber quién es la persona que las escribe y deja dentro de mis cosas. Al principio pensé que era Max pero sin duda, no lo es. Luego consideré a Jenny pero ella no es así, no hace ese tipo de cosas. Penny y Jared tienen la letra diferente y no he visto que tengan algún bolígrafo de gel con brillos.

Y ahora, esa persona. ¿Quién me avisó que se me había caído algo es quien las deja o solo alguien que estaba pasando? No, debió ser él. Creo que es un “él” porque esa voz era masculina aunque también está la posibilidad que le haya pedido a un amigo que la dejara sobre mi mochila.

Aunque si es así, ¿Por qué me envía tantas notas?

Decido dejar de pensar tanto y desdoblo la nota para leerla.

“Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza, siempre está dispuesto a ayudar en tiempos de dificultad. Por lo tanto no temeremos cuando vengan terremotos y las montañas se derrumben en el mar” –A.

¿A? no conozco a nadie que su nombre empiece con A, deben de haber muchas personas con esa inicial pero yo no les hablo, podría ser cualquiera.

Leo la nota otra vez, esa persona debe ser religiosa o algo así. Yo creo en Dios aunque casi no leo la Biblia, ¿será esto algo de la Biblia? Es probable.

Veo las palabras “tiempos de dificultad” así me siento ahora, estoy en medio de un caos. Es como si “A” supiera qué está pasando en mi vida.

¿A de Ángel?

Me río, claro, eso sería divertido. Un ángel dejándome notas en mi mochila.

Guardo la nota dentro de mis cosas para que al regresar a casa, la coloque junto con las otras que he recibido. Termino de guardar mis cosas mientras me pregunto si Dios puede ayudarme con todo lo que me está sucediendo con Max y Jenny.

Supongo que sí, espero que lo haga

Ahora camino mientras algunas personas que están pasando a mí me dan un par de miradas, aunque podría ser solo mi imaginación. O no, pues una chica levanta su ceja cuando pasa a mi lado y se ríe.

No puedo creer que este desastre siga creciendo, es una muy mala broma del universo.

Llego hasta el salón donde estaré una hora entera de mi vida en detención por algo que no hice. Me siento al fondo, colocando mi mochila a un lado de mí, en caso Max quiera sentarse en ese lugar vacío. Lo quiero muy lejos.

Él llega unos minutos después, no me mira pero camina hasta el asiento frente a mí. Yo me levanto, tomo mi mochila y camino hasta el frente, no estaré un segundo más cerca de él.

La maestra encargada de cuidarnos entra con dos chicos más jóvenes y les pide que se sienten en silencio. Ella no dice nada, asume que sabe lo que tenemos que hacer, permanecer callados y ya. Max no se movió de lugar eso es algo bueno.

Después de un rato levanto mis ojos al reloj, aún quedan veinte minutos. Tengo sueño y podría quedarme dormida en cualquier momento pues no hacemos nada más que quedarnos en silencio mientras ella lee una novela que conozco. No la he leído pero sé que es sobre un asesinato.




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