Un Chico Llamado Amor

VEINTINUEVE

Después de la escuela revisé mi correo electrónico y tenía una respuesta de Amor.

“No me imagino lo mal que debe ser tenerlo dentro de tu casa, ¿has hablado con tus padres? ¿Les has intentado contar todo? Bueno, por lo que me dijiste sobre que supuestamente le robaste dinero a tu mamá… me imagino que no te creen.

¿Sabes? Nos vimos hoy en la escuela. Te daré una pequeña pista que no será tan evidente, tenemos clases juntos. Bueno eso no lo hace tan evidente, tenemos clases con muchas personas.

Y no, mi nombre no es Love. Gracias al cielo.

ODIO  es un mentiroso y realmente me gustaría saber quién es para poder hacer algo, me gustaría ayudarte. ¿Puedo ayudarte de alguna manera? Lamento que te esté lastimando de esa forma.

Un versículo para prevenir asesinatos… bueno, no se me ocurre uno ahora mismo pero tengo otro que quizás te puede ayudar:

“El Señor mismo irá contigo, nunca te dejará ni te abandonará. No temas ni te desanimes”

¿Te lo he enviado ya? Bueno, siempre es bueno recordarlo. Me dijiste que sí crees en Dios, espero que sepas que ahora mismo está contigo y te cuidará Lily. Oro para que te cuide de ODIO y de cualquier otra cosa. Bien, basta de predicar.

¿Asesinaste a alguien? Espera, no me digas, no quiero ser cómplice. O tal vez si quiero, ¿lo hiciste? No te culparía… (Por razones legales, es una broma)

-Amor”

 

Una sonrisa se forma en mis labios después de leer este correo. Me hizo reír y también me hizo sentir menos sola.

Sigo preocupada por lo que pudo haber pasado con Jared y siento la ansiedad en mi cuerpo acumularse mientras espero la respuesta de Penny. Estoy segura que Max tiene algo que ver con todo eso.

Por otra parte, hablar con este chico me ha ayudado. Él dice que nos hemos visto en clases, yo no tengo idea quien podría ser la persona detrás de los correos pero está bien, conversar con él es suficiente.

También pienso en Jenny, en como ahora somos unas desconocidas. Jenny no me habla en absoluto, no voltea a verme y han pasado muchos días desde que recibí su último mensaje.

Respiro profundo. Una vez más, presiono “responder” y escribo:

“Amor… sí… eso.

No asesiné a alguien pero estuve muy cerca de hacerlo. Hoy se acercó a mí y me tocó la mejilla, ¿sabes cuánto asco sentí en ese momento? Quería golpearlo. Detesto que no entiende que no tiene que tocarme.

No sé cómo puedes ayudarme, o bueno, sí sé. Creo que estos correos me ayudan, me hacen sentir escuchada y me haces sentir mejor por unos minutos. Sigue así, me estas ayudando.

¿Cómo que nos vimos en la escuela? No me imagino quien puedes ser, hay tantos chicos por ahí y ninguno lleva una Biblia bajo el brazo, aunque dijiste que eras todo lo contrario a un chico de la iglesia… ¿Puedes llevar una Biblia bajo el brazo mañana? Será más fácil.

Deberíamos hablar de algo más, no solo de mis problemas con ese demente. Me dijiste que te gusta la música que ya pasó de moda, ¿Cuál es tu canción más escuchada ahora mismo?

Y por cierto, ya intenté muchas veces hablar con mis padres. Nada. Ellos están embobados con él, todos lo aman y estoy harta de eso. No sé qué hacer, creo que es un caso perdido. Debería solo tirar la toalla.

No creo que me hayas enviado ese versículo, gracias. Haré lo mejor para no temer ni desanimarme, aunque ya me siento un poco así.

Lily”

 

La puerta del frente de la casa se abrió y yo corro a cerrar con seguro la mía. Es Max, él me dijo que vendría a ayudar a Oliver. Mi hermano vino hace unos minutos, no voy a salir hasta que se vaya.

Decido hacer un poco de tarea mientras espero que Penny me envíe un mensaje en caso ya haya ido a casa Jared o algo así. Quiero saber que rayos pasó hoy. Espero todo esté bien.

Tocan a la puerta, me quedo en silencio.

Vuelven a llamar, puede ser Max. No voy a abrir.

— ¿Lily? —es mamá.

Me levanto y abro rápidamente. — ¿Qué pasa?

Ella frunce el ceño. —No me gusta que cierres la puerta.

Niego con ganas de poner los ojos en blanco pero me resisto, últimamente me regaña por cualquier gesto que haga. —Mamá, no hay nadie aquí, ¿quieres ver debajo de la cama? No hay nadie.

Ella chasquea la lengua. —Desde que hace semanas actúas de una forma tan fea, Lily, no eras así.

No contesto, me pregunto si mamá me conocía tan bien como creía. Tal vez no me comportaba a la defensiva pero es hasta ahora que siento como he empezado a defenderme, aunque no resulte tan bien como quiero.

Ella suspira. —mira, tu hermano está abajo haciendo tareas con Max, por favor se amable con él. Vamos a comer.

—No quiero comer —digo, tengo un poco de hambre pero prefiero aguantarme hasta que él se vaya.

Niega. —No te estoy preguntando, te lo estoy diciendo.

Trago saliva, ¿Por qué mi propia madre me coloca en estas situaciones? —Mamá, por favor, no quiero estar cerca de Max.

Ella se lleva los dedos a un costado de la cabeza y se masajea. —Hija, por favor, hasta ahora solo has quedado mal —baja los hombros—. ¿Tienes idea de lo vergonzoso que ha sido disculparse con el amigo de tu padre? Dijiste tantas mentiras de Max cuando él solo se preocupa por ti, intentó que te quitáramos el castigo.

Es un caso perdido.

—Mamá, no tengo hambre —repito con la esperanza que se vaya y me deje en la soledad de mi habitación.

Ella reniega. —Lily, estoy cansada que hagas lo que se te da la gana, ¡Vienes ahora mismo a comer!

Lágrimas de nuevo en mis ojos.

Ella entrecierra los ojos. — ¿Estas llorando? ¡Ya no eres una bebé! Has actuado tan inmadura últimamente, ¿te crees tan adulta para meter chicos a tu habitación y fumar? Baja ahora mismo y ¿sabes qué? Te vas a disculpar con Max por todo lo que le has hecho.




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