Un Chico Llamado Amor

CUARENTA Y CUATRO

 

Kyle y yo hemos pasado mucho tiempo juntos.

Bueno, no solo nosotros. Hemos salido con los demás y ha sido muy divertido. Penny y Jared se llevan tan bien con los chicos como yo con ellos. Ya es normal que nos veamos por las tardes y aunque pasemos el rato en el parque, es muy divertido solo estar con ellos.

Le he ido perdiendo un poco el miedo a encontrarme con Max. Durante la primera semana sí me sentía nerviosa de volver a verlo pero creo que mis padres se han encargado de mantenerlo lejos. Papá discutió una vez con el señor Richards y eso me hizo sentir un poco culpable, ha perdido a su amigo por mi culpa.

Pero Kyle me ha recordado que no es mi culpa, esto sucedió por culpa de Max. Él me recuerda que no tengo culpa de lo que me hizo ni de las consecuencias de sus acciones y estoy agradecida con él, como siempre.

Aun no les hemos dicho nada a los chicos sobre lo que sea que hay entre Kyle y yo, aunque no intentamos ocultar nuestros sentimientos. Kyle suele colocar su brazo sobre mis hombros algunas veces y los demás solos nos miran con rostros sospechosos.

Penny me ha preguntado si Kyle es mi novio y le he respondido que no hemos hablado de eso. Solo le admití que sí me gusta Kyle y ella piensa que yo también le gusto a él. No, me corrijo, ella asegura que le gusto.

No sé porque no le he dicho, creo que es parte de ir lento. Aun no lo anunciamos porque no ha pasado gran cosa entre nosotros y nada ha cambiado. Nos enviamos correos como siempre solo que ahora él suele llamarme por las noches y aunque algunas veces me quedo dormida mientras estoy al teléfono, disfruto mucho esos momentos hablando con él.

Acompañé a Kyle al concierto que había en una iglesia. Fue entretenido, él cantaba algunas canciones y yo disfrute de la música. Incluso nos regalaron una camiseta gratis a cada uno.

También fuimos al festival de cine, fue genial. Hay tantas películas que existen que yo  jamás había visto y gracias a Kyle, ahora tengo interés por seguir descubriendo más.

Los días pasan rápido y pareciera que el tiempo no es suficiente. Penny y Jared también han pasado casi todos los días por aquí y se divierten junto con Oliver. Es genial estar rodeada de personas que te quieren, estoy muy agradecida con todos ellos.

Mis padres me tratan diferente ahora, pareciera que tienen miedo de hacer o decir lo incorrecto. Me han dicho varias veces de lo mucho que se arrepienten por dejar a Max entrar a nuestras vidas y de cuanto lamentan no haberme protegido de todo eso.

Yo quiero perdonarlos pero me es difícil. Se suponía que ellos tenían que estar de mi lado, creerme y no acusarme ciegamente como lo hicieron. Cuando pienso en como personas desconocidas me creyeron antes que mis propios padres, me rompe el corazón.

—Hola Lily, te traje algo —Kyle tiene una bolsa de papel negra en una mano—. ¿No estás sola, verdad?

Le he pedido a Kyle que no se sobre preocupe de mi pero no puede evitar hacerlo, él me cuida y se asegura que esté bien. Sonrío, estoy feliz de verlo hoy aunque lo he estado viendo a diario.

A veces se aparece cuando Penny y Jared ya están aquí y ellos no dejan de darme miradas cómplices. Intento que no sean tan obvios pero no dejan de hacer comentarios como “Kyle, deberías llevar a Lily a cenar” “¿Quieren que nos vayamos?” “Kyle, ahora vienes todos los días, ¿te gusta Lily?”

Kyle solamente ríe.

—No, mamá está arriba y mi hermano está con Mac. —Penny y Jared aún no han venido, seguro lo harán en un rato.

Ahora sí, me muestra una sonrisa más relajada. —Genial, um, ¿Nos quedamos aquí?

Tomo su mano. —Vamos a mi habitación.

Ya hemos estado ahí. — ¿Segura?

Asiento. —Sí, vamos —su mano es suave.

Sé que a mi mamá no le importará ver a Kyle por aquí y no me regañará si se entera que fuimos a mi habitación. Mamá confía en Kyle, no como confiaba en Max sino diferente. Kyle no es una persona que intenta ganarse a nadie con palabras sino con acciones genuinas.

Kyle siempre está dispuesto a ayudar sin que nadie se lo pida, ayer ayudó a mi hermano a bañar a Macaroon a pesar que intenté convencerlo que no lo hiciera. Kyle está lleno de bondad.

Cuando llegamos, cierro la puerta y me giro para abrazarlo. Él me rodea con sus brazos y me acerca a su cuerpo. — ¿Cómo estás? —pregunta.

Cierro los ojos. —Mejor ahora.

—Eres tan tierna —afirma—. ¿Quieres ver lo que tengo para ti?

Nos separamos y nos sentamos en el borde de mi cama. — ¿Por qué me trajiste un regalo?

—Porque sí —acerca la bolsa a mí—. Ten, espero te guste.

La tomo, quito la cinta adhesiva del medio y noto que hay un cuaderno adentro. Lo tomo y es justamente eso, es de unos veinte centímetros, con espiral rosada y de tapa dura.

Al frente tiene las palabras: “Un futuro y una esperanza”

—Ahí puedes escribir lo que quieras —afirma—. Pero estaba pensando en que escribieras una historia, te gusta leer, creo que podrías escribir tu propio libro pero a mano, como en los viejos tiempos.

Abro el cuaderno y paso la mano por la primera hoja en blanco. —Eso es muy buena idea, siempre me pregunté si yo podría escribir un libro, quizás debería intentarlo.

Kyle asiente. —Si podrás.

Lo cierro y lo dejo a un lado de mí. —Hoy es el cumpleaños de Daniel, ¿no? ¿Hará algo en la tarde? Solo me pidió que mantuviera mi agenda libre

Estira su mano para acomodar un mechón de mi cabello. —Sí, iremos al parque de diversiones pero no tienes que ir si no quieres, tal vez no te sentirás cómoda estando con todas esas personas.

Bajo la mirada y exhalo. —Quiero acompañarte, quiero volver a ser como era antes de todo esto y me he sentido mucho mejor.

Aunque a veces recuerdo que volveré a verlo cuando regrese a la escuela y eso me hace sentir nerviosa.

Kyle estira su mano y acaricia mi cabeza. —No te fuerces a nada, eres suficiente y no tienes que volver a ser como antes o ser diferente.




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