Sinopsis

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Maximiliano: Buen hijo, buen vecino y buen amigo. Un chico sumamente dulce y amable qué ha tenido que enfrentar las adversidades de la vida con una gran y hermosa sonrisa.

Kara: Malgeniada, histérica y grosera. Una chica colmada de rencores y tristezas, con una vida llena de desilusiones y recuerdos tormentosos.

Sin duda alguna, juntarlos sería tomar una decisión poco convencional, pero cuando del destino se trata, no podemos intervenir, sin importar, que esta unión cause estragos en el futuro.

Ambos, comprenderán qué la felicidad no es infinita, qué el tiempo es el peor amigo existente y qué cada segundo valdrá la pena vivirlo. Juntos, sentirán en carne propia el dolor de una separación, el amor correrá por sus venas, pero, ¿Será suficiente para sobrevivir en medio del caos?

Lo cierto es que Max y Kara son como un cielo, un cielo azul rebosante de estrellas, un cielo nublado y despejado Como en las mañanas. A veces tranquilo, a veces lluvioso. La diferencia radica en qué Kara no es una estrella ni mucho menos un atardecer pacífico. Kara es como un rayo en medio de una tormenta eléctrica estruendosa, pero también puede ser como una noche solitaria, silenciosa y enigmática. Entrelazar sus corazones, sería como formar a un hermoso cielo estrellado con rayos relucientes y relámpagos sin cesar, cubierto de unas magníficas y curiosas nubes negras.

Claramente, el destino sabe lo que hace, no podemos subestimar su capacidad y mucho menos pensar que esta historia será como cualquier otra, para nada.

El destino es imponente, grotesco y seguro, aunque eso signifique ser un poco cruel, porque el pasa por encima de todo y de todos, el no perdona ni ofrece segundas oportunidades, la triste verdad es que el destino no da tregua ni esperas, el solo sigue su rumbo, sin titubeos, sin recelo y vilmente arrasa con todo lo que le impide cumplir su objetivo.

¿Será que solo el amor podrá salvarlos de éste despiadado enemigo?