Un Cielo Para Mi (libro 2)

Capítulo 23

Valeria 

Me quedo en la sala con Manuel mirándome fijamente, en su rostro se ve confusión y tristeza

- Val… - me dice Manuel

- No sé qué decirte, ahora mismo en todo lo que llevo casada con Julián, nunca me había pedido que lo dejara solo – le digo con tristeza.

- No pudimos proteger a nuestra hermana, es normal que sienta así!

- Lo sé..

- Papa no puede enterarse de esto.

- Nadie dirá nada..

- Ve con Julián, te necesita lo conozco.

- Gracias manu

Subí como pude las escaleras, se dónde está Julián pero estos zapatos no me ayudan así que cuando voy por la mitad de la escalera me los quito para poder subir tranquilamente y no matarme en el intento.

Llego a la habitación que era de Avril y toco tímidamente, nadie responde espero unos segundo y vuelvo a tocar, al no obtener respuesta decido entrar y allí está mi hombre sentado en el ventanal que da hacia los rosales.

- Hola – le digo tímidamente sentándome a su lado.

- No pude proteger a mi hermana.

- Como lo hubiésemos hecho si ella no nos dijo nada.

- Aun asi… mi deber es protegerla.

- Lo se

- Vi cosas.. de niño que prometí cuando Avril nació que a ella no le pasarían, rompí mi promesa, son recuerdos vagos… en algún momento trate de hablarlo con mama pero me dijo que eran productos de mi imaginación, pero sé que no era así, se porque se separó de mi papa y fue porque él la golpeaba, a veces tengo pesadillas con esos recuerdos es por ellos que en ciertas temporadas me da por… 

- Comer helado! Lo se… - termino su frase, voltea a verme.

- Como lo sabes?

- He estado enamorada de ti desde los 5 años, crees que no sabía de tus pesadillas o de que para controlar la ansiedad, las preocupaciones comes helado.. lo sé.. – Lo veo sonreír - disculpa amor por no decirte lo de Avril ayer mismo, es que tenía miedo a tu reacción y con todo lo que está pasando quería buscar el momento perfecto para hablarlo tranquilos.

- Te entiendo amor, créeme que te entiendo.

- Yo no estas molesto conmigo?

- Jamás estoy molesto contigo, eres mi criptonita. – eso me hace reír.

- Te hago débil??

- Es ciertas partes de mi cuerpo, porque hay un en particular que más bien lo que logras es ponerla muy fuerte y dura! – eso me hace sonrojar.

- Y en estos momentos esta dura?

- Podrías averiguarlo tú misma. – me dice con esa sonrisa que me mata.

- Vamos a nuestra habitación, creo que es momento de que le hagas el amor a tu bella esposa…

- Mañana mi bella esposa no podrá caminar…

 

 




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