Un Corazón para Él Doctor

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Telma

 

Suelto un gran suspiro, mientras soy llevada a una nueva área,  estoy nerviosa absolutamente, mis manos sudan. Siempre quise pasar inadvertida y ahora soy el foco de muchas miradas mientras observo aquel doctor de espaldas, trato de no tropezar y hacer el ridículo. Los murmullos llegan a mi como alertas y sé que esto después puede perjudicarme tanto, mientras trate de tener el perfil bajo todo estar bien. Quiero creer que lo estará.

 

El dolor en mi cuello es tan insistente, y me reprimo por no estar en mi habitación encerrada hasta volver a mi turno, pero…

 

Él se detiene dándose la vuelta para verme me asimila y vuelve a girarse de nuevo, sus labios quieren decirme algo pero callo en el silencio, resoplo con mis labios acto que él se da cuenta y puedo escuchar una pequeña risa entre sus labios sin aun verlo.

 

Inhalo la mayor cantidad de aire, me indica que entre a su oficina, doy algunos pasos el aun sigue ahí sin moverse hasta asegurarse.  Mi espalda se pone rígida siento su mirada fija en mí, hasta que  respingo cuando escucho la puerta cerrarse.

 

Sus pasos son tan firmes que me alteran  hasta que él está enfrente,  donde somos separados por aquel escritorio.  Me indica que tome asiento y la seriedad es la que me carcome cada instante, sin entender como es que estoy ahora aquí.

 

—Tome asiento enfermera D' Ofer —me indica lo cual lo hago instantáneamente.

 

Mis manos se entrelazan con fuerza sin saber que hare, la hora marca las ocho d la mañana. Sé que es la misma hora que estuviera tomando el tren subterráneo, mi rutina es la misma tomarlo  pasar aquella tienda que está a una cuadra de aquellos apartamentos dúplex, y solo paso a  comprar un galón de leche  galletas, lo mas mínimo, no tengo tiempo de cocinar, todo mi tiempo es dormí y estar en urgencias.

 

Es mejor estar oculta y estar con la mente ocupada en no pensar que lo veré, cierro los ojos pero su rostro esta aferrado en mi mente que es imposible quitarlo de mi ser.

 

—La noto tensa enfermera ¿Pasa algo? —su voz me saca del trance mental, mirando sus ojos verdes con curiosidad.

—Solo estoy un poco cansada eso es todo —contesto en pare es verdad.

—Ya veo, seré breve, sé que el turno de la noche es cansado, lo dijo también por mí solo duermo de dos a tres horas, mi trabajo es tan demandante tanqto que si no estoy un día es un caos en pediatría.

—Entiendo. —susurro tan bajo que apenas logro escuchar mi voz.

 

 Se inclina con sus codas sobre el escritorio, observo su espacio de trabajo muy cuidadoso con sus cosas todo está en orden, yo soy un desorden en mi área.  Creo que es un error el contestar con un si programando.

 

—Sé que estas algo confundía, y tu respuesta fue apresurada, es por eso que preferí mejor que me acompañaras y explicarte bien la función, tal vez el director puede ser muy intimidante, pero te aseguro que es un hombre muy justo en lo que hace, ahora sobre lo que te comentó hay algo que estés confundida.

—La verdad un poco, no sé si sea la persona que busca, además yo creo que hay personas  más capacitadas que yo. Sigo sin entender porque a mí.

 

Sus cejas se enarcan veo aquellas líneas sobre s frente,  su cara muestra incredulidad a mis palabras pero es verdad, porque Yo. Solo lo vi una vez.

 

—¿Y porque no?,. No crees que deberías ascender algo mas —su tono de  voz es tan serio que me da miedo

 

Mi cuerpo reacción, y son las cicatrices de todo lo que he pasado despierta. Adalberto me ha dejado muy marcada en mi vida, dejo huellas en mi cuerpo que son difíciles de olvidar. El nota mi reacción así que contesto rápido.

 

—Solo quiero esforzarme cada día, ser mejor en lo que hago y me gusta. —solo necesito una nueva vida que me ocupe mi tiempo.

—Entonces sé que podrás ayudarme, Zoila espero que no te moleste llamarte por tu nombre ahora que estaremos en la misma área.

—No, Doctor Joshua.

 

Muerdo mis labios, necesito estar tranquila.

 

–Me alegro, necesito que lleves mi agenda, el horario tiene sus puntos muertos, mesto alguien las veinte cuatro horas, pero sabemos que eso esta contra el reglamento, solo confiar mi agenda este con alguien pueda  depositar mi confianza, recordarme  mis horarios programados a veces se me a pasa un poco — muestra una sonrisa —las cirugías, las citas con mis pacientes pero sobre todo que no te moleste trabajar con  niños.

—¿Niños? –los recuerdos perturbadores azotan mi mente, mis hijos, aquellos eres que no pude conocer.

—¿Te gustan los niños?, porque ellos son primordiales mis pacientes y debemos darle comprensión amor,  a veces sus padres están en un estado crítico y no ayudan a la situación del menor y es donde debemos entrar….




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