La bestia, así le decían al enigmático millonario después de esa fatídica noche.
Una bestia.
Él se siente como un monstruo, como un hombre que con solo verlo perturba, infunde temor, y repugna. Un hombre que solo sigue viviendo por ella, por su madre.
—Te casaras y me daras un nieto hijo. -el hombre se levanto de la silla como si le quemara y empezó a negar con la cabeza.
—No, lo haré madre. No condenara a ninguna mujer a verme todos los días. ¿¡Es que no sabes como me llaman!? LA BESTIA, la maldita bestia.
—Ya la decisión esta tomada hijo. -el hombre observó a su madre colocarse sobre sus pies. —Mañana llega tu bella, hijo mio. Mañana llega ella, tu bella.
El hombre sin poder creerlo tras su madre salir del despacho, lanzó todos los objetos contra el suelo.
—Una esposa para mi. Un descendiente para la bestia.
Murmuro cegado de ira mientras seguía lanzando los objetos contra el suelo.
Un grito ahogado se escucho por toda la casa y todos los empleados temblaron de miedo.
—¡LA BESTIA HA DESPERTADO……! ¡SALVESÉ QUIEN PUEDA…!
Próximamente.
Kim C. 💚