Un descendiente para la bestia. [#5 De La Saga Heredero]

Capítulo 13: Venganza.

Itzel.

—Bestia…

—Pagaras caro el hecho de meterte en mi casa y doblemente caro que mi madre esté de tu lado, mujercita.

Antes de que pudiera gritar, el muy maldito coloco un paño en mi nariz con algún sobnifero.

Luche por no respirar, pero lastimosamente termine siendo vencida por la malvada bestia.

Maldición.
Esto me pasa por apartarme de todo

Pestañee varias veces, hasta que mis ojos de adaptaron a la luz.

—La bella durmiente, despertó.

Kirk se colocó delante de mi, y sonrió con malicia.

Trate de levantarme de la silla, pero no puede hacerlo porque el malvado hombre me había atado las manos y los pies.

—Saldré de tí de una vez por todas, mujercita.

—¿De verdad lo piensas? -pregunte tratando de sembrar cizaña.

Lo cual funcionó porque mi esposo entrecerró los ojos.

—Eso juegos absurdos no funcionarán conmigo.

—¿Dé verdad lo crees? -pregunte sin dejar de sonreír.

—En lo que si creo es que a partir de mañana seré un hombre libre y tú seras una mujer presa en una isla desierta.

—¿Me vendiste? -tras él escuchar esa pregunta el sonrió. —Dime que por lo menos lo hiciste por muchos millones.

—No, mujercita. Más bien fue una especie de donación para un gran amigo.

¿Una donación?

¿Cómo el se atreve hacer tal barrabasada?

—Te dare donde más te duele, bestia.

—Para poder llegar hasta mí tendrás que nadar muchos kilómetros, mujercita. Y ni aún con eso podras llegar a mí.

Él muy maldito me brindo una mirada de burla, antes de llevarse a los labios una botella de cerveza.

Lo observé fijamente, y la belleza con la que anteriormente lo observaba se fue disipando para darle paso a una bestia horrenda.

La bestia además ser un monstruo es una rata inmunda, un araña ponzoñosa, un adefesio mal hecho y una serpiente pitón ultra venenosa…

—Mañana seré un hombre libre y víctima en todo lo que concierne a tu desaparición. Y lo mejor de todo es que tengo una cuartada perfecta.

—Tienes un excelente plan hijo de tu madre, pero espera a que tenga las manos desatadas para que veas todo lo que soy capaz de hacer.

—Te quedarás con las ganas de matarme.

—No cantes victoria porque David aún siendo un indefenso mató a Goliat el hombre más fuerte de esa época.

—En esta época no tendrá la misma suerte que tuvo David, frente a Goliat.

El muy imbécil volvió a llevarse la botella a los labios.

—Dime que por lo menos que el hombre al que me cediste es un sexi millonario, más cliente que el mismísimo sol.

La bestia soltó una carcajada para luego contestar.

—Si consideras a un anciano de ochenta años de edad un hombre sexi, entonces no tendrás ningún problema en lidear con él.

En estos momentos desearía arrancarle la cabeza y colocarla en su propia casa.

—Te prometo que mi amigo sera condescendiente contigo.

—Vete al mismo infierno, maldita bestia.

—No tengo irme al infierno, porque tengo a la reina del infierno de esposa.

—Estupido.

—Mujercita.

Hice silencio.

Cuando lo vi burlarse de mí abiertamente.

Maldito bestia.

—Te dejaré a solas para que tengas tu glorioso momento de silencio. Antes de que venga por tí.

—Te odio.

—Yo también lo hago mujercita.

Kirk se levantó de la silla y se acercó a mí.

—Antes dejarte tengo que comprobar algo.

—¿Quieres que yo sea tu conejillo de indias para comprobar si te gusta el sadomasoquismo?

Kirk rodó los ojos.

—Para tu información, ya yo he probado ese mundo del amo y la sumisa. Y no me gusto para nada…

—Más te vale porque yo no estoy dispuesta a que marches mi culo de azotes solo por placer.

—Ni en mis sueños más locos pensaría en tí como opción para ser una sumisa.

—Eso es lo mejor que haces…

Kirk luego de estas palabras dichas por mi, se acercó a paso lento hacia donde me encuentro.

—¿Qué es lo que quieres comprobar? -pregunte en voz baja porque la imponente presencia de él me hace sentir como una diminuta hormiga.

La bestia alzó una de sus manos y la coloco en mi rostro.

—Quiero comprobar una duda que tengo.

Cerré los ojos ante su tacto, pero poco después lo abrí abruptamente tras confirmar que el tacto de Kirk logra desestabilizarme.

Maldito cuerpo traicionero.

—Haz lo que tengas que hacer y lárgate de una vez por todas.

—Si así lo quieres así sera.

Mi esposo luego de verbalizar esas palabras coloco su mano en mi mentón y me obligó alzar mi rostro hacia él.

Y cuando nuestro ojos se encontraron, todo lo que está alrededor de nosotros desapareció.

Solo existíamos él y yo.

Sus ojos y los míos.

Agrandé mis ojos en cuanto vi a la bestia acercarse levemente hacia mi boca.

¿Será lo que estoy pensando?

Antes de poder darle una respuesta a esa pregunta, la bestia colocó sus labios sobre los míos. Y empezó a moverlos con maestría.

Le devolví el beso con la misma intensidad con la que le me está besando.

Ese beso… joder, ese beso quedará en mi mente para toda la vida.

Porque es el más candente y demandante que he recibido en mi vida.

Con este beso he de confirmar que entre Kirk y yo hay un volcán inactivo loco por activarse para arrasar con todo a su paso.

Cuando el beso estaba s punto de terminar mordí levemente el labio inferior de mi esposo.

Es ante eso la bestia soltó un pequeño gemido.

Este condenado hombre, logra que quiera sacar la puta que guardo en mi interior.

Kirk Salvatierra logra tanta cosas en mí, que tengo miedo de lo que pueda llegar a ser capaz de hacer.

La bestia dió por finalizado nuestro beso cuando se separó de mi.

—A pesar de todo tú y yo hubiéramos funcionando en la cama, pero lastimosamente no llegaste a tiempo, mujercita.

—Todavia es temprano para darnos una buena revolcada.

—No, gracias.




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