Itzel.
La bestia abrió sus ojos como platos luego de escuchar estas palabras. Para después negar.
-No necesito que nadie me defienda. Y mucho menos tenerte embrujada, mujecita.
El estupido de Carter soltó una gran carcajada. Y yo no puede contener el deseo de golpearlo.
-A quién deberías golpear es al tonto de tu esposo. No a mí.
-Es mejor que hagas silencio si no quieres que te envié en un vuelo de primera clase al infierno, Carter.
-¿Incluirás a una linda rubia en el viaje?
Le di una mala mirada a la rata para después ejercer más fuerza sobre la navaja.
-Atrevete hablar algo más y mañana será tu funeral...
Carter tragó saliva.
-Según lo que escuché Carter del diablo. Quieres arruinarme la vida a como de lugar.
-Tú arruinaste la mía primero, bestia inmunda.
-¿Consideras que te arruine la vida luego de confesarle a tus padre sobre tus vicios? Porque yo veo esa azaña como tu salvación.
-Traicionaste mi confianza, y por eso debes pagar con lagrimas de sangre.
-Si traicionar tu confianza al hacer lo mejor lo consideras como malo haya tú, pero esto tiene que terminar. Porque no permitiré que te inmiscuyas en mi camino.
Carter negó. Para luego colocar sus ojos en mí.
-Te tengo lastima preciosa, porque la bestia no te quiere y nunca te amará como a ella. Ann es la dueña del corazón de la bestia, la única a la que él ama. Deberías considerar la idea de alejarte de él por tu propio bien, porque la única que saldrá lastimada con todo esto eres tú.
Las palabras de Carter aunque tenían el objetivo de dañarme, contenían gran parte de la razón.
La bestia no me quiere y nunca lo hará.
-¿Te puedes callar maldito?
-No. -contesto Carter sin dudar.
Debería ponerle fin a mi matrimonio... pero pensándolo bien deseo torturar un poco más a Kirk.
Así que seguiré siendo la señora Salvatierra y el que no soporte que se saqué los ojos y se arranque las orejas.
Porque hay señora Salvatierra para largo.
-Tus intentos de que mande todo al carajo, se fueron por el escusado porque un par de palabras no harán que quité los ojos de mi objetivo, rata miserable. Así que ríndete si no quieres que tu vida de mierda se vea empañada por toda la asquerosidades que puedo inventar de tí... -Vince negó. -No me hagas perder la paciencia y el preciado tiempo en el que podría utilizar para manosear las nalgas de mi marido.
-Señora Salvatierra, he de admitir que tienes los ovarios bien puestos. Pero no vale la pena defender a quien dice que es su esposo.
-¿Qué quieres para dejarme en paz?
-Tu lengua, en una caja.
-Lastimosamente no podrás obtener la lengua de mi macho... porque, ¿cómo piensas que mi bestia me hará orales?
Vince hizo una mueca de asco.
-Quiero que salgan de mi casa.
-No hasta que te comprometes a dejar a mi bestia en paz.
Carter suspiro.
-Me comprometo a dejar a tu maldita bestia inmunda en paz.
-Tus palabras no me bastan así que tendrás que firmar un documento.
-¿Pará que quieres que firme un maldito documento?
-Para dejarte adorar tu preciosa letra... -me mofe de él -¡Que tonto eres rata de alcantarillado...! Cómo para que quería tu firma, si no fuera para undirte en la miseria.
-Me gusta la idea de quitarle lo que una vez fue mío. Por primera vez concordamos en algo mujecita.
Posterior a esas palabras le guiñe uno de mis ojos a Kirk y ante esto él hizo una mueca de fastidio.
Así me gustan fieros para después tenerlos a soga corta en la cama.
-¡Nadie firmará nada...! -grito el mayordomo haciendo acto de aparición con dos pistolas, una en ambas manos. -Suelte al señor antes de que le vuele la cabeza a Salvatierra.
Dude en necesitar a Mail, pero para mi desgracia en este momento lo necesito.
Toqué mi pendiente derecho disimuladamente.
Esperó que Mail entre en acción rápidamente. Porque si ese pecador no llega hacerlo estamos más que jodidos.
-Deja de apuntarle a Kirk.
-No le hagas caso Reinaldo, ¡mata a ese maldito...!
-Como ordené mi señor...
El mayordomo sonrió Y esa sonrisa se vio como una sonrisa malvada.
-Nos vemos en el otro mundo, Salvatierra del diablo.
Abrí mis ojos como platos al escuchar el arma del hombre ser activa.
No.
-¡Bestia...!
Kirk coloco sus ojos en mí. Y después todo fue oscuridad para mí.
(***)
Sentí una mano calida colocarse en mi mejilla.
Y tras removerme incómoda abrí mis ojos.
-Bella, hija.
-Kristen... ¿dónde está Kirk?
Kristen aparto sus ojos de los mios.
Algo anda mal.
-¿Qué le sucedió?
-No se sabe si él sobrevivirá, Bella.
-¿Qué...? -susurre con voz entrecortada. Y las lagrimas empezaron a salir de mis ojos.
No, él no.
-El doctor dijo que las condiciones de Kirk eran extremadamente delicadas... y que si sobrevive hasta mañana es mucho bella.
Kristen se quebró en inmediatamente yo también.
Él no puede morir, me niego a dar que se marché.
-Necesito verlo, Kristen.
-Estas delicada, hija.
-Me importa un comino estar delicada...
-Bella -susurró ella, y yo negué.
-Quiero verlo, deseo estar con él para pedirle que no nos deje krisk. Kirk no puedes dejarnos.
Kristen se hecho a llorar y yo me trague las lagrimas y aproveche para quitarme la vía intravenosa.
Cuando me la retire, me apresure a colocarme sobre mis pies. Caminé con rapidez hacia la puerta y justo cuando iba abrir la puerta se abrió dejo que mis ojos se colocaran en Mail.
-Bella, todo esto es mi culpa...
-Mail, quiero verlo.
El pecador asintió. Para después tomar entre su mano la mía.
Ambos empezamos a caminar.
-Ese hombre...
-Los maté, Bella.
A pensar de que escuchar esas palabras me llenan de alegría, en este momento no puedo brincar y saltar porque mi bestia se está debatiendo entre la vida y la muerte.