Itzel
Kristen, Elsen y yo estamos a punto de perder la cabeza por Kael.
Porque mi bebé es tan hermoso que nos tiene totalmente enamoradas.
—Mi amor. -susurré con ternura mientras acariciaba el rostro de mi pequeño.
—Él es lo mejor de ustedes dos.
Kristen se colocó a la par de mí mientras sonreía.
—Todo sería más hermoso si él estuviera aquí.
—Itzel, hija…
—Lo se… Kristen, no tienes que recordármelo.
—Hija…
—Olvidemos está conversación, Kristen.
La madre de la bestia negó.
—Ustedes serán muy felices, solo dale tiempo al tiempo, hija.
Trate de darle una sonrisa pero lo que salió fue una mueca.
—No estes triste, hija. -Kristen se coloco al frente de mí y acarició mi rostro. —Este día no debe de ser manchado por la tristeza, Itzel.
—Es inevitable, no sentirme triste, Kristen.
—Lo se, pero…
—Nada de peros Itzel… Tenemos que celebrar como es debido la llegada de mi nieto.
Ante la inmensa felicidad de Kristen, opte por sonreír.
Kael y ella no merecen ver mi tristeza.
—¿Que tienes en mente?
—Organice una bienvenida digna de un rey.
—Creo que en este momento si tuviera a Kirk al frente de tí, serías capaz de besarle los pies.
Kristen negó.
—¿Besarle los pies? No creo, porque desde el principio él se negó a darme un nieto. -Kristen hizo una mueca. —Más bien le daría unos buenos guantazos por privarme de conocer a sus descendientes.
—Yo también le daría un par de guantazos, por ser tan estupido.
Kristen al colocar sus ojos en Kael, estos se llenaron de lagrimas.
—¿Qué sucede, Kristen?
—No podre verlo crecer Itzel. No podre abrazarlo, besarlo y admirarlo cuando plazca. No estaré con él cuando valla por primera vez al jardín de infantes, o cuando pase diga sus primeras palabras.
Le extendí a Kael y Kristen lo tomó entre sus brazos con una gran sonrisa.
—Gracias, por darme el nieto que tanto anhelé, Itzel. Gracias por hacer mi sueño realidad.
La madre de la bestia dejo un beso en la cabeza de mi pequeño, y él se removió entre sus brazos.
—Aunque no estes físicamente con nosotros, estarás siempre en nuestro corazón Kristen. -la madre de la bestia derramó las lagrimas que estaba conteniendo. —Te prometo que Kael te amara con todas sus fuerzas armadas, porque yo le hablaré de la grandiosa mujer que eres.
—Lo mejor que pude hacer fue encontrarte, itzel.
—Fue una dicha para mí que te cruzaras en mi camino, porque gracias a eso conocí a Kirk y ahora tengo entre mis brazos al gran amor de mi vida. Soy yo quien debería de agradecerte porque tú, con esa propuesta aquella noche me diste una nueva esperanza de ser quien anhelo ser. Estaré eternamente agradecida contigo Kristen.
La mujer me brindo una gran sonrisa, mientras que las lagrimas descendían de sus ojos.
—Eres luz en la oscuridad, Itzel.
Extendí una de mis manos hacia ella y Kristen la tomó.
—Se que toda la felicidad de este momento se ve un poco empañada por la ausencia de mi hijo, pero no te preocupes que al final de todo ustedes volverán a encontrarse porque su destino está entrelazado. Ustedes son presas del hilo rojo del amor.
—Kirk se perderá todos los momentos importantes en el crecimiento de nuestro hijo.
—Si documentas esos momentos él no se los perderá.
Asentí. E hice un minuto de silencio.
—Su amor será inmenso, y duradero.
—¿Cómo estas tan segura de eso?
—Por que el mismo sentimiento que experimentaste al tener a tu hijo sola, yo lo experimente hace años. -la mire fijamente. —Pero poco después mi amado regreso a mí y fuimos inmensamente felices, nuestro amor se mantuvo como el primer día, por muchos años. Hasta que él se marchó, pero aún en su lecho de muerte él me expreso lo mucho que me seguía amando. Nuestro amor fue un amor puro, arrollador y sincero. Y con mucho sentimiento te puedo decir el día de hoy que, nuestro amor aún con él muerto se ha mantenido intacto, y lo seguirá haciendo porque yo lo amaré hasta mi último día de vida.
—Gracias por alentarme a no perder la esperanza de regresar con mi amado.
—Nunca pierdas las esperanzas porque los hombres Salvatierra solo pueden amar a una sola mujer en toda su vida.
—Pero yo no fui la primera mujer en la vida de Kirk.
—No fuiste la primera pero si la que más lo marcaste, Itzel. No se porque él te saco de su vida, pero lo que puedo saber es que te convertirás en el gran amor de la vida de mi hijo, porque tocaste una fibra que nadie nunca había logrado tocar, su corazón.
Ante esas palabras una lágrima descendió de mis ojos.
—El linaje Salvatierra sera perpetuado por muchas generaciones y todas ellas amarán de forma intensa. Hombres y mujeres entregaran todo su corazón cuando se enamoren y cuando logren ser correspondidos su amor se mantendrá por el resto de la vida, más allá de la propia muerte. Esta es mi profesia.
Antes de que pudiera indagar más sobre esa profesia Kristen se alejó de mí. Pero parte de las palabras que ella dijo empezaron a rondar mi cabeza.
“Su amor se mantendrá por el resto de la vida, más allá de la propia muerte.”
¿Será que esa profesia se cumplirá?
¿Será que amaré de forma arrolladora a Kirk hasta el último día de mi vida?
Entrecerré mis ojos mientras miraba a Kristen.
Y como por arte de magia, sentí una voz masculina en mi oído.
“El linaje Salvatierra se perpetuará por la eternidad, y sera un amor tan fuerte que arrasará con todo a su paso para lograrlo.”
Sacudí mi cabeza, pero por más que la sacudía las palabras que él misterioso hombre hijo seguían intactas en mi cabeza.
—La profesia de mi amado se cumplirá Itzel, y es Kael, quien le dara más fuerza a la profesia del amor, porque él luchará por su amor imposible incansablemente hasta que ella este en sus brazos.