Itzel.
Observé a Kirk caminar de un lado hacia el otro mientras despotricaba en contra de Ann.
—¿Cómo se atrevió a intentar robarse el anillo de bodas de mi madre?
—Se te olvidó que fuiste tú quién le dió entrada a la casa. -él derivo su andar oara darme una mirada fulminante. —Tú fuiste quién permitió que ella tuviera acceso a todo. Así que mantén la boca cerrada antes de que me de por cerrartela a mi manera.
Kirk hizo una mueca antes de volver a despotricar en contra de Ann.
Yo por mi parte me acurruqué en el sofá e intente cerrar mis ojos.
El cansancio me está pasando factura de una forma terrible, pero Kirk no quiere cooperar con mi ansiado descanso.
—¡KIRK…!
Como era de esperar Mail ingreso a la casa gritando como un verdadero demente.
En este momento odio con todas mis fuerzas a ese pecador.
Ganas no me faltan de arrancarle la cabeza.
—¿ES QUE NO ME PUEDEN DEJAR DESCANSAR LA VISTA AUNQUE SEA UN SEGUNDO?
Tanto Mail como Kirk me brindaron una mirada temerosa, para después retroceder.
—Kirk, creo que es mejor marcarnos de aquí porque estoy seguro de que si no lo hacemos nuestra sangre correrá en esta casa.
—Esas son las palabras más inteligentes que te he escuchado en años, pecador.
—Nos quedaremos aquí y punto. -fulmine a Kirk. —Asi que di lo que tengas que decir.
Mail alterno sus ojos entre la bestia y yo, y luego de suspirar habló.
—Tengo una noticia buena y la otra no tan buena. ¿Cuál quieres primero?
—La mala. -dijo mi amado.
—La loca de Ann encontró un final trágico en manos de un hombre.
—¿Qué le paso?
—Según testigos un hombre intento raptarla y en medio del forcejeó el hombre le revano el cuello y cuando Ann estaba a punto de morir escucharon al hombre exclamar varias palabras a gran voz. “MI REINA HA SIDO VENGADA. LARGA VIDA A LA REINA.”
Kirk desvío sus ojos hacia mí y yo aparte la mía.
—¿Cuál es la buena noticia, Mail?
—El anillo de tu madre fue dejando en la puerta de tu casa con una nota que decía: “Ann tomó lo que no le pertecia y su merecido final.” -tras esas palabras Mail introdujo una de sus manos en los bolsillos y de allí sacó el anillo.
Kirk lo tomó entre sus manos y soltó un suspiro de alivio.
—Pense que no podría cumplir la promesa que le hice a mi madre en su lecho de muerte.
—¿Cuál es esa promesa?
—Entregarle el anillo que fue símbolo del inmenso amor que mi padre y mi madre, al amor de mi vida. -los ojos de los dos se colocaron en mi. Y si que no era para menos. —Mi madre que en paz descanse en su lecho agónico me hizo prometerle que Itzel Kemers de Salvatierra luciría este anillo en su dedo anular hasta su lecho de muerte.
La bestia inicio su andar hacia mí, y yo me encargue de tragar en seco.
—Tú Itzel, eres lo mejor que me pudo pasar en esta vida, eres lo que siempre había soñado. -Kirk se postró sobre sus pies cuando llego a dónde me encuentro. —Por amarte como lo hago cometí el error de hacer que te marcharás atravez de mentiras, se que te heri de la forma más cruel que puede existir pero hoy estoy aquí tres años después para pedirte que me perdones y que consideres la idea de quedarte a mi lado por toda la eternidad. ¿Itzel Kemers, te quieres casar conmigo?
Mi corazón empezó a latir desenfrenado luego de escuchar esas palabras, pero no le daría el gusto a Kirk de verme caer a sus brazos tan fácil.
Primero tengo que hacerlo sufrir un poco…
—No. -dije tajante y tanto Mail como la bestia abrieron sus ojos como platos.
—¿Acaso escuché, lo que pienso que escuché? -pregunto Mail. Y yo asentí.
—Sí, pecador. Escuchaste un no por respuesta. Así que no me jodan más porque estoy dispuesta arrancar cabello y repartir guantazos.
Kirk trato de hacer contacto visual conmigo pero yo aparte mis ojos de los de él.
Si llego a mirarlo todo el teatro que he montado se ira a la misma mierda. Así que cerré mis ojos r intente dormir una siesta en el cómodo sofá.
—Nunca pensé en decirte estas palabras a tí Kirk, pero lamentablemente eres un soldado caído.
—Por lo más sagrado que tengo que es mi hijo, te prometo que hare todo lo que este en mis manos para que Itzel me acerqué nuevamente.
La bestia tras esas palabras golpeo mi trasero con bastante fuerza.
Y antes de que pudiera levantarme a darle batalla se marchó colo el gran cobarde que es.
—¡Te voy a matar, Kirk Alexander Salvatierra…! -grite con fuerza, para después darle una mirada fulminante a Mail.
—Mucho cuidado con tratar de desquitar tu frustración conmigo porque yo no tengo anda que ver en su batalla.
—Entonces apartate de mi vista.
—Como guste, mi señora.
El pecador giro sobre sus pies y empezó a caminar con rapidez.
Solté un fuerte grito de frustración cuando masajee mis nalgas.
—Esta me la vas a pagar muy caro, Kirk Salvatierra.
—¡M-mami…!
Todo rastro de enojo se marchó en cuanto mi pequeño caramelo ingreso a la sala totalmente lloroso y con lodo en su rostro.
—Kael, ¿Qué sucede hijo?¿Qué te pasó?
Kael corrió hacia mis brazos y se refugió en estos mediante un fuerte abrazo.
—¿Qué paso, cariño?
Antes de que él pudiera contarme lo que sucedio, Pablo ingreso a la sala mientras traía a rastras a la no tan pequeña Paola.
—Yo te explicaré lo que sucedió, Itzel.
—Pablo… -el hombre me brindo una pequeña sonrisa, la cual se borró inmediatamente al escuchar las dolorosas palabras de la niña.
—No quiero estar contigo… ¡Quiero ir con mi mamá…! No te quiero.
Los ojos del hombre se cristalizaron.
—Paola.
—No quiero volver a verte nunca más… ¡Quiero a mi mamá…! -la niña se removió hasta lograr que Pablo soltará el agarre que mantenía en ella. —Deberia darte vergüenza vivir de la limosna que te dan, o ser un simple chófer. Estoy avergonzada de tí. Es una vergüenza ser tu hija.