Un descendiente para la bestia. [#5 De La Saga Heredero]

Capítulo 33: Jugada maestra.

Itzel.

—Mami, papá dice que te quiere mostrar algo en al cochera.

—Dile a tu padre que en este momento estoy ocupada.

—¡Pero mamá…! Papi dijo que es muy importante.

Me levanté del sofá con desgana y empecé a caminar.

—Kael.

—Dime mami.

—Tengo una misión para tí. -tras decir estás palabras los ojos de mi hijo brillaron con intensidad. —Necesito que me ayudes alegrar un poco a pablo, hijo.

—Esta bien mami.

Kael extendió una de sus manos hacia mí y yo la tomé sin dudar.

—Hijo.

—¿Si, mami?

—Me gustaría que investigues con tu padre un par de cosas por mi. -ante esta petición Kael ladeo la cabeza. —Solo tendrás que preguntarle que hará para…

Antes de terminar Mail compareció ante nosotros, muy sonriente para mi gusto.

Algo ha de estar tramando este loco. Y por la sonrisa que lleva no a de ser nada bueno.

—¿Qué tramas?

—¿Por quién me tomas mujer?

—Te conozco muy bien Mail, así que suelta la sopa de una vez por todas antes de que te saque la verdad a guantazos.

—No a la violencia, Itzel. ¿Es que no vez que entre nosotros se encuentra un niño?

Entrecerré mis ojos observándolo.

Nada bueno puede salir de Mail Salvatierra.

—¿Qué deseas Mail?

—De tí por ahora nada pero de Kael todo.

—por nada del mundo dejaré que lleves por mal camino a mi hijo.

—Tu hijo esta en el camino del mal desde que nació porque es un Salvatierra.

Tras esas palabras detuve mi andar para encarar al pecador. —Mail…

—¿Sí?

—Quiero que…

Antes de poder terminar escuché el llamado de un niño.

—Kael, Marcos no llama.

—Vamos, tío. Vamos a por ese helado.

Kael deshizo nuestro agarre para prácticamente correr a los brazos del pecador.

—Mail.

—Nos vemos en un rato, Itzel. Disfruta mucho la sorpresa que te dare.

Antes de preguntar a que se refería Mail se encargó de desaparecer de mi vista.

Ya sabía yo que algo estaba tramado…

—Te sacaré los ojos, Mail Salvatierra. Haré contigo pure de patatas.

Seguí mi camino hacia la cochera con bastante desgana.

Si es una broma de parte de Kirk, le arrancaré todo el cabello.

Cuando me encontré al frente de la cochera, solté un pequeño suspiro para después entrar a la misma.

—Kirk, más te vale que no sea una tetra.

—¿Dé que hablas?

El mencionado compareció ante mí, con el tordo descubierto y unas bermudas de hacer ejerció.

Mis ojos recorriendo el torso de Kirk y me fue inevitable no desear acaricar a mi antojo su pecho.

Trague saliva, y sacudí mi cabeza.

—¿Qué es lo que querías mostrarme?

—El que tengo que preguntar eso soy yo.

Luego de recibir esa respuesta empecé a retorcer pero lastimosamente ya era muy tarde por que la puerta de la cochera estaban cerradas.

—Mail Salvatierra te voy a matar.

—Despues me lo agradecerás, Bella.

Golpeé el suelo con fuerza y solte un fuerte grito de frustración.

—Mail nos encerró aquí.

—Lo haces ver como si no es obvió.

—¿Qué quieres que haga?

La bestia dió varios pasos hacia mí, y yo tuve que apartar mis ojos y retroceder porque el deseo de que él me tomé entre sus brazos me está ganando.

—Primero aléjate de mí, segundo, busca una forma de salir de aquí.

—Primero, no tengo porque alejarme cuando te he tenido entre y sobre mi cuerpo tantas veces. Segundo, ¿Qué pretendes que haga?

—¿Entre y sobre tu cuerpo?

La bestia me dió una mirada, para luego sonreír.

—¿Cómo piensas que creamos a nuestro hijo? ¿Rezando?

—Alejate de mí, Kirk.

—No quiero y tampoco me da la gana de hacerlo.

Trague saliva cuando él dio varios pasos hacia mí.

Me mantuve tranquila, pero dicha tranquila se fue a la mirada en cuanto sentí los brazos de Kirk rodeándome al cintura.

—No me detendré hasta verte caminando hacia mí vestida de blanco con uan gran sonrisa en tus labios.

—Eres despreciable.

La bestia me pegó más a su cuerpo y ante eso yo trate de no sucumbir ante las gana de manosear a mi antojó el maravilloso cuerpo de mi hombre.

¿Dios, porque hiciste a este hombre tan perfecto? ¿Por qué lo hiciste un seductor nato?

—La naturaleza de los Salvatierra es así, cariño.

La bestia se atrevió a dejar un beso en mi cuello y como esa es una de mis partes herogenas, sentí una especie de corriente eléctrica recorrer mi cuerpo.

¿Por qué soy ran débil ante él?

—Kirk.

—¿Qué quieres?

—¿Podrías dejar de invadir mi espacio personal y concentrarte en sacarnos de aquí?

Ante esta petición la bestia me pegó más a su cuerpo. Y en está ocasión sentí sus partes nobles rozar mi vientre.

Oh, Dios.

Si este encierro sigue lastimosamente no podré cantar victoria mañana.

—No quiero salir de aquí, no cuando tengo entre mis brazos lo que más amo de afuera. -Kirk coloco sus ojos en mí. —Te amo, Itzel.

Tengo que admitir que en situaciones como en la que estamos nosotros no ayuda para nada confesiones de esa índole, más bien. Lo que hace es incrementar los deseos altamente sexuales. Y más cuándo una de las partes se niega a entregar, como yo estoy intentando hacerlo.

Estoy bastante jodida, porque si permito que la bestia se salga con la suya saldré de aquí bien cogida.

Intenté alejarme de Kirk pero este ejerció más fuerza en su agarre impidiendo que me separara de él.

—Espere tanto tiempo para tenerte entre mis brazos, que hoy me parece un gran sueño. En esos mil noventa y cinco días que nos mantuvimos separados no hubo un solo momento en que mi mente no trajera a recuerdo tus besos, caricias y gemidos mi amor. Me mantuve en celibato por tres años esperando que volvieras porque nadie más que tú despierta mis más locos deseos.

Después de verbalizar esas palabras Kirk empezó acariciar mi cintura.

—Tenerte entre mis brazos es un sueño hecho realidad, mi amor. Eres lo más hermoso que nunca imaginé tener.




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