Itzel
Los sueños y la realidad.
Un cuánto diferente una de la otra.
Un dúo que te pueden llevar al cielo, pero que también te pueden llevar al lugar más recóndito y lleno de dolor que pueda existir.
Cuando piensas estar cerca de cumplir tus sueños de princesa. La vida te da sorpresas que superan con creces el mejor de los sueños.
Mi bestia, ese hombre que al principio no quería tenerme a su lado, es ahora mi amor, mi corazón, mi marido, mi Kirk Salvatierra. Me alegro de haber llegado a su puerta, me alegra de él abriera las puertas de su corazón. ¡Sí, vencí…! Logré que la bestia se enamora de mí, a pensar de no querer compartir ni la respiración conmigo. Llegue a su vida, lo dominé y vencí.
Ahora nos espera una larga vida llena de sorpresas, disputas e incansables noches de pasión. Nuestra bonita historia de amor continua, porque por nada del mundo dejaré que Kirk Salvatierra se aparte de mi lado.
Tres manzanas cayeron del cielo, una para el narrador, una para el lector y la última para el que lo vive.
—Te quiero con todo mi ser, Kirk Salvatierra.
—El sentimiento es mutuo Itzel Kemers.
Me acurruqué contra el pecho de Kirk, y mi bestia me atrajo más hacia él.
Cerré mis ojos y cuando estaba lista para dejarme caer en los brazos de Morfeo escuché la horrible voz de Mail.
—¡Kirk…! Salvence quién pueda.
—¡Ven acá Mail Salvatierra…!
Abrí mis ojos y los coloqué en Kirk. —¿Ahora que habrá hecho?
El susodicho trago saliva antes de responder. —Itzel amor… -antes de que pudiera terminar mi bestia fue interrumpido por Aurora.
—¡TE VOY A CORTAR LAS BOLAS Y LAS COLGARÉ DONDE TODO EL MUNDO PUEDA VERLAS…!
—¡ALEJATE DE MÍ…! -luego de escuchar esas palabras Mail ingreso a la habitación que Kirk y yo compartimos. —Kirk, necesito que me ayudes a desaparecer por siete meses.
—¿Qué hiciste en esta ocasión?
Mail coloco sus ojos en mí y después trago saliva.
—I-Itzel…
—¡Cariño, yo…! -Aurora interrumpió a Kirk tras ingresar en la habitación.
—Itzel, tengo que contarte lo que estos dos hacieron…
—Vete Aurora. No arruines a este matrimonio.
Me removí en los brazos de Kirk, y antes de que pudiera deshacer el abrazo la bestia ejerció más fuerza.
—Mail, levanté a tu esposa. Antes que se nos arme la grande.
Escuchar esas palabras desataron en mí el deseo de saber lo que esos dos hicieron.
—Aurora, dime de una vez por todas lo que estos dos hicieron.
La mujer del pecador coloco sus ojos en su futuro esposo y sonrió.
—Amor, por favor… guarda silencio.
—Mail, ¡Llévate a tu mujer de aquí…!
—¡Aurora, habla…!
Antes de soltar la sopa ella entrecerró sus ojos.
—Lamento arruinarte la luna de miel con lo que te voy a decir, Itzel. -mientras más mínimo pasan, el deseo de arrancarle la cabeza a los dos hombres Salvatierra va en ascenso.
—Reina, habla…
—Nuestros esposos se dejaron sonsacar por un estúpido, y fueron a pasárselo de lo lindo en un club de strippers. -después de escuchar esas palabras coloque mis ojos en la bestia, y no dude en darle una mirada fulminante. —Y lo más grave del caso es que…
—¡KIRK…! -antes de que ella pudiera terminar, solté un gran grito de frustración luego de imaginar todas las barbaridades que habrán podido hacer esos estupidos con esas mujeres.
—Itzel, puedo explicarlo…
—No me toques los ovarios Kirk Salvatierra…
Me volví a remover en sus brazos y en esta ocasión logre deshacer el abrazo.
La bestia al verme libre abrió sus ojos como platos y se colocó sobre sus pies con bastante rapidez.
—Amor…
—Reina, convoca por favor a Fades.
Los dos hombres al escuchar esas palabras abrieron su boca en una perfecta O.
Oh sí chicos. ¡Hoy les toca…!
—No, eso no. -dijo Mail mientras se pasaba las manos por su rostro.
—Itzel.
—Lamento tener que tomar la violencia entre mis manos, pero tú te lo buscaste, Kirk.
Me levanté de la cama y di varios pasos hacia él.
—Déjame explicarte, Itzel.
—Vete al carajo con tus explicaciones, Kirk.
—Aurora, por tu culpa estamos en esta situación… -Mail le reclamo a su futura esposa y ella hizo una mueca. —¿No te basto con dejarme en vergüenza delante de todos mis conocidos?
—¿Y a ti no te basto nada cogerme un fin de semana completo y dejar tus niños dentro de mí? Tú muy bien sabes que soy una mujer fértil, pero eso te valió madres, y lo más grande de todo esto es que ahora me quieres echar la culpa de que esté esperando cuatro niñas.
Mail se colocó más blanco que una hoja de papel luego de escuchar esas palabras salir de la boca de su prometida.
—Necesito tranquilidad por algunos meses Kirk.
La bestia negó. Pero al ver como Aurora sacaba el teléfono de su bolso, asintió.
—¿Qué tienes planeado?
—No te atrevas Kirk Salvatierra, porque te encontraré a donde quieras que vayas. Porque de la
federación aliada de esposas nadie se escapa, y Mail y tú no serán la excepción.
—Solo nos queda una cosa por hacer, Kirk.
—¿Qué?
—¡Correr…! -después de verbalizar esas palabras el pecador empezó a correr hacia el balcón de la habitación, y Kirk le siguió los pasos. —¡Salta…!
Corrí hacia ellos para impedir que ambos cometieran una locura. Pero llegué tarde porque los dos locos se habían lanzado desde el balcón.
—¡Kirk.…! ¡Mail…! ¿ESTÁN BIEN?
—Quiero a mi madre. -inquirió Mail mientras se movía en el pasto.
Kirk por su parte se mantuvo quieto en el suelo. Y eso logró alertarme.
¿Y sí se murió?
No.
No.
—¡Kirk…!
El mencionado no me respondió y eso logró alertarme todavía más.
Con total desesperación gire sobre mis pies y en cuanto camine hacia la habitación entre a Aurora mirando su teléfono.
—Itzel…
—Cometí un pequeño error.
—Aurora, tu prometido está gritando del dolor mientras que mi Kirk ni siquiera responde.