Un Destino Prometido

*1*

¡Queridos lectores!

Espero y les guste esta maravillosa historia, es mi primera novela, aún le falta un poco de edición, pero fue hecha con mucho cariño para ustedes.

No duden en dejar sus comentarios haciéndome saber que les pareció.



 

Londres, Inglaterra

Isabelle daba vueltas por la habitación nerviosa, se le notaba tanto la angustia que su doncella decide salir de la estancia y traerle un poco de té para calmarla. Le habían dado la noticia de que el duque de Windsor había fallecido hace pocas horas, No es que le importara su muerte, aunque le daba cierta nostalgia, su verdadera preocupación era que según el acuerdo que el duque había firmado con su padre, el día que el falleciera, su hijo tomaría posesión del ducado y herencia, para eso tenía que contraer matrimonio con ella.

-Toma un poco de té Isabelle¸ te hará sentir mejor - dijo tranquilamente su doncella acercándole la taza a sus manos temblorosas.

-Gracias - dio un sorbo y añadió - ,no me quiero casar, tú lo sabes Nina.

-Lo sé Isabelle, pero sabes que no puedes hacer nada al respecto, además... fuiste sin duda la única mujer en todo Londres que no tuvo que dar un dote para contraer matrimonio - replico con cierta ironía -a pesar del mal porte que aparentas.

-Tantos años ocultándome en las sombras, para que nadie se fijara en mí ¿y de que sirvió? - pregunto con rabia y levantándose del sillón dejando a Nina con el cepillo en la mano.

-No puedes esperar toda la vida a un hombre que nunca regresara, han pasado cinco años desde que te prometió que volvería por ti y mira, crees que regresara, no mi niña, no te hagas ilusiones el ya tendrá familia, hijos y tu acá ocultando tu belleza, tu gracia, solo por esperarlo... y en vano.- expreso con enojo - Además, si no hubiese sido por el duque, tu nunca te hubieras comprometido, aun estarías en las sombras.

A Nina le dolía hablarle así a su pequeña isabelle, ella había sido su doncella desde que nació, la conocía bastante, incluso más de lo que su madre llego a conocerla estando en vida, pero tenía que hacerla caer en cuenta que estaba cometiendo un error al actuar de esa manera y ocultar su belleza solo porque el hombre de quien ella se enamoró le dijo que lo esperara tres años que el sin duda la vendría a buscar, pero ya había pasado más tiempo de lo que él le prometió y nunca supo nada de el.

-y lo seguiré estando, voy a ser la esposa del duque, pero nunca su mujer, seguiré entre las sombras toda la vida. - expreso con voz entrecortada.

Isabelle sin duda se casaría, además no tenía otra salida, pero seguiría siendo la sombra Chaney, como la llamaban en la sociedad de Londres.

-De pronto cambies de opinión cuando conozcas a tu prometido. - dijo esperando que isabelle tomara ánimos.

-Lo dudo Nina, -murmuro entre dientes
 

El funeral transcurrió con calma, allí conoció a la hija del duque, nunca la había visto, ella era una rubia muy hermosa, sus ojos eran azules, azules como los de hombre a quien había esperado por años, sacudió su cabeza en represaría por su pensamiento y siguió mirando a la joven, le intrigo su tono de piel muy pálido, ella era blanca, pero ese no era un tono de piel normal, por más que echo cabeza para recordar a que venía ese tono de piel no se acordó, trato de acercarse a saludarla pero las demás mujeres se aglomeraron a ella así que prefirió no molestarla y decidió mejor irse a casa, después de todo cuando se casara con el hermano tendrían mucho tiempo para hablar.

pasaron dos semanas de la muerte del duque, isabelle se había calmado nuevamente y se la pasaba en su estancia de té leyendo sus queridas novelas de romance, soñando que algún día ella también tendría su historia de amor, pero un golpe en la puerta la saco de su sueño.

-Señorita Isabelle, le ha llegado esta carta. - dijo su mayordomo y le entrego la carta.

-gracias Jacob, le puede decir a Nina que la necesito. - le indico a su mayordomo.

Tan pronto como salió Jacob de la sala de té, se levantó y comenzó a caminar por la habitación, siempre hacia eso cada que estaba nerviosa, ella sabía que esa carta era para indicar la fecha para la lectura del testamento del fallecido duque.

-dime Isabelle, ¿te sucede algo? - pregunto cuando la vio caminando por toda la habitación.

Isabelle le alcanzo el sobre ­-Léelo por mí, dime cuando es la fecha de la lectura.

-Nina es... mañana - dijo alterada.

- ¿Cómo? ...Es muy pronto Nina, - expreso y se sentó de golpe en la silla.

-Mañana es el día, mañana conocerás a tu prometido, debes ponerte hermosa. -coloco la carta sobre la mesa

-Pues no. - Dijo engreída -su padre pago por una mujer fea, y eso es lo que va a tener.
 




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