Un Destino Prometido

*8*

Se llegó el día del baile en honor a su padre y con ello la presentación de su nueva imagen ante la sociedad, ella sabía que no era temporada y que muchas jovencitas lo tomarían a mal, pero no podía privarse de eso, estaba nerviosa caminando de un lado para otro por el cuarto; como era costumbre cada que se llenaba de nervios, además, estos eran dobles, ayer había zarpado el barco que llevaría a Emma y le preocupaba la salud de ella en ese barco, se podía ir también por tierra, pero el viaje seria más largo y no sería bueno para ella.

—Nina estoy aterrada, que tal y me quede muda, peor Nina, ¡que tal y caiga bajando por las escaleras por tropezar con este vestido! —exclamo, ante lo dicho su doncella no dejaba de reírse imaginando a isabelle cayendo escaleras abajo.

—No te preocupes mi niña, todo estará bien, solo no pienses en ello. — la miro con dulzura y coloco el vestido que se pondría en el sillón a los pies de la cama. —ahora ven, que te voy a dejar más bella de lo que eres.

—Pero no muy hermosa, hay muchos ladrones afuera. —bufo, las dos soltaron una gran carcajada, haciendo que a isabelle se calmara un poco.

Se demoraron dos horas para que Isabelle estuviera lista, su padre ya estaba impaciente por verla y llevarla apoyada en su brazo. Los invitados ya estaban llegando y poco a poco el gran salón se llenaba, a pesar del poco tiempo que tuvo para organizar el baile, todo estaba reluciente, la música fue escogida pensando en los gustos de su padre, la zona donde estaba el banquete había añadido unos postres que pudo probar en su viaje a parís, el ambiente era agradable y los invitados se estaban divirtiendo.

—Ya está lista señor —se acercó la doncella hasta donde estaba el marqués.

— ¡Por fin, esta niña me va hacer dar un ataque! — exclamo dibujando una enorme sonrisa en su rostro.

Subió rápido las escaleras y al final de ellas estaba ella caminando de un lado para otro, tratando de controlar los nervios. —Estas...estas hermosa, —la tomo por las manos y la contemplo, sus ojos se humedecieron —Eres igual a tu madre.

—Padre, para, me vas a hacer llorar. —sonrió dulcemente y se abanicó con sus manos, hacía mucho tiempo no veía a su padre tan sentimental.

—Como tú digas, hoy mandas tú —le extendió el brazo para que se apoyara y comenzaron a bajar las escaleras.

Al verlos bajar se hizo un cambio en la melodía y todos voltearon a mirar a ver a la joven que acompañaba al marqués, fue inmediato que empezaron los murmullos, pero ni el marques ni Isabelle repararon en ellos. Tuvo ciertas miradas aprobatorias por parte de los caballeros y damas, también algunas miradas reprobatorias por las madres que veían opacadas a sus hijas ante ella.

Su elegante figura y hermoso rostro no fue pasado por alto por el conde de Waterford quien llego en el momento perfecto, su vestido azul oscuro, tan oscuro que parecía la noche misma, dejaba al descubierto la piel de sus hombros, dejando ver también ese ligero escote que no podía pasar desapercibido, y le daba un aire de sensualidad que de seguro ella no había notado, de lo contario estaba seguro que no lo hubiera usado, era la primera vez que la veía tan hermosa, de inmediato quiso acercarse, pero su padre la condujo por todo el salón presentándola a todos sus conocidos quedándose el en un rincón esperando el momento adecuado.

Llevaba ya más de una hora con su padre dando vueltas por el salón y se sentía cansada, miro a su alrededor y a la distancia pudo observar a Christine que se veía impaciente por saludarla, desde que habían llegado a Londres no había podido hablar con ella; el asunto de la fiesta y la enfermedad de Emma la habían mantenido distantes, lo mejor era ir y explicarle que no había cambiado de mejor amiga, espero que su padre se descuidara y se acercó a su amiga.

— ¡isabelle! Que hermosa estas. —exclamo eufórica, varios invitados voltearon a mirarlas haciendo que las dos se sonrojaran y soltaran una pequeña sonrisa.

— Oh, Christine siento haber estado tan alejada de ti estos días — su suplica pareció tener efecto, ya que Christine no dejaba de sonreír. —Te prometo que te contare todo lo que ha pasado.

—No te preocupes Bell, el enojo se me paso al verte — la tomo de la mano y se la llevó hasta donde estaban las bebidas. —, dime ya has visto algún caballero que te atraiga.

—Nada interesante, creo que esos no han venido o ya los han cazado. —bufo haciendo una mueca, tomo dos copas de vino de la bandeja y le dio una a Christine.

—No creo que a todos, —sonrió con malicia y se llevó la copa a la boca. —al menos allí hay uno que no ha dejado de mirarte.

Isabelle no pudo contener su deseo de mirar y saber quién estaba tan interesado en verla, giro rápido su cabeza y se encontró con la miel mirada del conde, quien le levanto la copa e inclino la cabeza para saludarla, hay pudo notar como la luz de las velas hacían que los ojos de él brillaran de una manera muy peculiar, noto lo apuesto que estaba esa noche, ¿acaso hasta ahora se fijaba en él? Ella le devolvió el saludo con una sonrisa y de inmediato el dejo su plática con los caballeros y se dirigió hasta ella.

— ¡hay Dios! Christine el conde viene para acá. — exclamo con nerviosismo a una Christine que no le estaba colocando cuidado.

— ¿Qué te pasa? — miro al frente y vio que se acercaba el caballero que había estado mirando a Isabelle segundos atrás a pasos lentos, como si quisiera que el momento perdurara

—Es el conde de Waterford, amigo de William, — Christine alzo la ceja y miro al conde nuevamente.

—oh, ya veo y no has pensado que sería bueno, que tu... —y sin Christine poder decir más nada, el conde ya estaba junto a ellas.

—Señoritas buenas noches, ¿interrumpo? —le hizo una venia y tomo la mano de Isabelle y le dio un dulce beso en el dorso, hacía ya varios días que siempre la saludaba de la misma manera, luego tomo la mano de Christine presentándose.

—Para nada Lord Browning, al contrario. —dijo Christine, Isabelle no dejaba de lanzarle miradas a amiga para que se callara, pero ella no hacía caso a eso.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.