Un Destino Prometido

*38*

Hacia más de cinco años la vida de la pareja había cambiado y aunque ninguno de los dos se diese cuenta, el destino los había unido una vez con la promesa de volverlos a reunir, está vez para no separarse nunca, o al menos, hasta que la muerte los separase.

William sintió un gran peso mientras esperaba a su amada, tenía que ser sincero consigo mismo, está vez sentía miedo, tendría que contarle a Isabelle toda, absolutamente toda la verdad y le daba pánico el imaginarse que ella lo rechazara y con ello perdiera las dos cosas más importantes de su vida, a ella y de paso su hermanita.

Tendría que ser cuidadoso y escoger muy bien las palabras que iba a usar, no quería que ella se sintiera usada, suficiente con haber sido un canalla en dos ocasiones como para añadir una tercera.

La puerta se abrió dejando ver a Isabelle, la cual estaba aún sonrojada y con unos rebeldes cabellos cubriendo parte de su rostro, aunque no estuviera perfectamente peinada como siempre, su aspecto poco pulcro quizás por haber estado probandose los vestidos, la hacían lucir como una mujer delicada, una a la que debían protejer y ese debia ser él.

—Espero y tenga buena tarde Milord — hizo una reverencia tan pronto entro en la estancia — siento no haberlo saludado como debe antes

— No lo sientas Milady — respondió levantándose y caminando hacia ella — la culpa fue mía por irrumpir en la habitación, pero el mayordomo no me dijo que estabas probandote el vestido, si lo hubiera sabido jamás había entrado así. — sentía candela cada vez que el rosaba su piel y ese beso en su mano la hizo querer quemarse por completo.

Isabelle asintió y dejo que William la guiará hacia el diván.

—¿Sucede algo Milord? — pregunto al notarlo inquieto.

—Lady Isabelle, solo le pido que me escuche hasta el final — Isabelle arrugó su frente aún sin entender —Por favor.

—No veo el porque no escucharlo ¿gusta algo de tomar?

William negó, lo único que quería era un trago de licor y eso era algo que no tomaría delante de ella.

Cuando William empezó a contarle su versión de la historia, Isabelle se desencajo por completo, no quería que él supiera que ya sabía lo del robo y su ruina, eso sin duda sería un golpe a su ego, pero fue algo que no esperaba, jamás pensó que William sería capaz de contarle todo.

A medida que William explicaba los sucesos, Isabelle se sentía más incomoda, una cosa era que Carlos le hubiese contado lo que estaba pasando con los negocios de William, y otra muy diferente que él mismo William relatará los hechos, incluso que inicialmente su acercamiento era solo por Emma.

Ante lo que oía no fue difícil ofenderse y hacer de cuenta que no sabía nada, pero al mismo tiempo se sentía una mujer falsa al engañarlo, pero, como recriminarse si estaban a par, además no podía delatar a Carlos, eso sería acabar con la amistad de ellos y ya no quería que hubiera más motivos para ello.

—¿No pensabas contarme la verdad nunca? — William sintió dagas atravesar su pecho porque a decir verdad, si por él fuera, ella nunca sabría la verdad y todo para que no dudará de el amor que ahora él sentía por ella.

—No, hubiera preferido ahorrarte las dudas que están pasando por tu cabeza.

—¿Dudas? — ahora que William lo mencionaba, no había siquiera pensado en ello, estaba tan preocupada en no delatarse que no quedo espacio para albergar ese sentimiento.

—Entiendo si te enojas, deberías hacerlo lo merezco, pero... eso no cambia lo que siento por tí.

—No... No sé qué decirte, es complicado

¿Que? ¿Complicado? Solo eso, vaya Isabelle qué buena eres no echándote al agua.

—Isabelle perdóname por hacerte pasar por este momento, y justo días antes de nuestro matrimonio, pero entenderas que no podía excluirte de todo eso, debes saber quién es realmente Francis, además no podía decirte quien era el responsable de todo, sin contarte toda la historia. — en un impulso William le tomo las manos mirándola con ternura —¿Me crees? ¿Crees cuando te digo que realmente me enamoré de tí?

—Confío en tí — dijo mientras se soltó de su agarre

Sus palabras lejos de ser comprensivas, sonaron vacías, huecas, pero en esos momentos ella se no sentía de otra manera, no estaba preparada para oír por boca de él, toda la verdad, aunque ya lo hubiese asimilado aún dolía y dolía más no poder creerle totalmente.

William espero algún reproche o algo similar, pero jamás pensó que esa mujer tan testaruda se tomará de lo más tranquila todo lo que había ocurrido en los últimos meses, aunque desde el punto de vista de ella, si no hubiese estado enterada de todo, lo más seguro es que hubiese mandado al caño todo.

En un momento de descuido por parte de ella al levantarse de el sillón y acercarse al ventanal que daba al jardín, William aprovecho y en un segundo la hizo girar para darle un casto beso, el cual se convirtió en algo más pasional al Isabelle profundizar aquel contacto, en esos momentos de vacío e incertidumbre necesitaba sentirlo cerca, necesitaba creerle, lo necesitaba a él.

William no podía creer que hubiera sido ella la que lo instó a seguir, ella había cedido y eso le había dejado un sentimiento que jamás pensó llegar a sentir, se había enamorado de ella, eso era seguro, pero lo que sentía ahora era mucho más grande, apoyo suavemente su frente con la de ella sin dejar de mirar sus ojos.

—¿Estás segura de continuar con esto?

¿Qué? ¿Era enserio? William le estaba dando otra opción, Isabelle no supo que responder, por primera vez en meses tenía la oportunidad de vengarse y dejar todo tirado, pero el miedo a verse sin él  dolía, dolía en lo más profundo de su corazón, no se comparaba con nada, nunca pensó que esas palabras podrían hacerla replantear su forma de ver esa relación que hasta cierto punto  era conveniente y ahora se convertía en dependiente, en estos momentos no solo se trataba de Emma, ahora tambien la incluía a ella y el no quererse separar de él.




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