❈──•◦ ANTHONY ◦•──❈
La lluvia golpeaba con fuerza el parabrisas, el tráfico estaba completamente estancado y los minutos pasaban a gran velocidad. Debía estar en casa de mis padres para una importante cena de negocios, y gracias a la lluvia llegaría tarde.
Trabajaba en el Hospital Silver Health, el mejor de todo el país, no, no era doctor, aunque tenía algunos conocimientos médicos, era el director general del hospital, me encargaba de todo el manejo administrativo que se requería y sin ser egocéntrico, era el mejor en lo que hacía.
Mi padre, William Silver, era el dueño del Hospital, el mejor neurocirujano del país, reconocido mundialmente por su trabajo, era mi orgullo y ejemplo a seguir, era mi padre. Un hombre que inspiraba seguridad y respeto, que ponía su trabajo como prioridad cuando la situación lo ameritaba, pero sí de su familia se trataba, no dudaba ni un segundo en correr a su lado, a nuestro lado.
Un pequeño y destartalado auto se atravesó frente a mí cuando hubo un pequeño espacio, hice sonar el claxon varias veces y lo único que me gane de su conductor fue ver su dedo medio, era obvio que era una mujer, las mujeres eran un desastre al volante.
Negué con la cabeza y la dejé pasar, me encontraba frente al centro comercial y aún me quedaba más de media hora para llegar a casa, lo que menos se me antojaba en ese momento era llevar una pelea bajo la lluvia por algún rayón en mi auto.
Más de una hora me tomó llegar a casa de mis padres, mi madre me recibió con un cálido abrazo, de esos que ella siempre solía darme y me llevó a la sala donde se encontraban nuestros invitados.
El dueño del Hospital Mason, Elijah Mason, su esposa e hija se encontraban en el lugar, saludé amablemente a cada uno de ellos y me senté en el sofá aledaño para unirme a su conversación.
— Me disculpo por mi tardanza, el tráfico y la lluvia no son una buena combinación.
— No tienes que disculparte muchacho, aún no tocamos el tema más importante, queríamos que estuvieras presente.
— Me alegra que me tuvieran en cuenta para tan importante negocio, mi padre me comentó que querían hacer una sociedad con el fin de prestar servicio gratuito a la comunidad de bajos recursos, es un proyecto que a mi parecer, no solo los beneficiara a ellos, también a nosotros como prestadores del servicio, la filantropía siempre es recibida con buenos ojos, el gobierno querrá invertir en nuestros hospitales y tendremos exenciones de impuestos.— comente recordando lo hablado con mi padre.
Los negocios eran mi especialidad, siempre estaba al día con las finanzas y en ocasiones invertía mi dinero en la bolsa o en negocios que estuvieran al alza y donde podía triplicar mis ganancias.
Gracias a un buen amigo de mi padre y asesor financiero, mis cuentas bancarias se encontraban a salvo, al igual que todos mis bienes, poseía una hermosa mansión que usaba muy de vez en cuando, y vivía cerca al hospital en mi Penthouse de dos pisos, mi vida era perfecta hasta ese momento.
— Eres un chico muy inteligente, tal y como lo menciono tu padre, un haz en los negocios, es por eso que he aceptado hacer esta sociedad, con tu inteligencia e intelecto sé que estás a la altura de manejar ambos hospitales de manera eficaz — sonrió altanero, era obvio que podía hacerlo. — Mi hija no podría tener mejor esposo que tú— mi sonrisa se borró de mi rostro con esas palabras.
— ¿Esposo?
— Sí, hijo, las condiciones de la sociedad son un matrimonio arreglado, la señorita Brigitte está dispuesta a casarse contigo —, mire detalladamente a la mujer que querían fuera mi esposa.
Era una mujer hermosa, sin duda alguna, vestía un vestido rojo que le quedaba como un guante a su esbelto cuerpo, su cabello perfectamente peinado y de un color rojo muy llamativo y bien cuidado, ojos azules, toda ella era perfecta, la mujer trofeo que cualquier hombre quisiera tener a su lado, cualquiera menos yo.
— ¿Qué estudiaste? ¿A qué te dedicas? ¿Dónde trabajas? — pregunte con una media sonrisa, ella me regaló una mueca parecida a una sonrisa.
— ¿Estudiar? Te refieres a ir a la universidad y eso—, negó con la cabeza, — eso no es para mí, mi madre me enseñó lo que deben hacer las mujeres de alta sociedad como yo, estudiar no está en mis planes, trabajar tampoco, mucho menos si mi esposo puede proveer todo para la casa — fruncí el ceño escuchándola.
— No.— exclamé levantándome de mi silla, —Me rehusó a un acuerdo tan absurdo, no pienso casarme con una mujer tan— la miré de arriba a abajo, —tan mimada y superficial, que lo único que hará será derrochar mi dinero sin aportar nada a un hogar.
— ¡Anthony! — grito mi padre poniéndose de pie y tomándome del brazo con brusquedad. — Vas a disculparte con tu prometida y vamos a organizar la boda que ella se merece, este acuerdo se firma hoy.
— No firmaré nada, no voy a casarme y no puedes obligarme.— me solté de su agarre y caminé hacia la salida.
— Espera hijo, no puedes irte — mama me siguió hasta la puerta y me impidió salir, — Está lloviendo muy fuerte, quédate en tu cuarto mientras la lluvia pasa y disculpa a tu padre, no sé por qué hacer ese tipo de negocios sin tu consentimiento.
— No pienso quedarme— bese su frente y salí de casa, no alcance a dar dos pasos que ya estaba de regreso en el interior de un solo tirón