"Un lugar en tu Corazón"

Capítulo 4: "Mal entendido que genera mala percepción"

Ya habían transcurrido 8 horas desde el inicio del evento, y el merecido receso estaba por dar inicio. Tras escuchar las indicaciones del anfitrión, los jóvenes presentes en la sala se pusieron de pie para dirigirse al comedor. Greta inmersa en sus propios pensamientos, mientras Fred platicaba con algunos otros jóvenes de otros institutos que se habían sentado en su misma fila.

Luego de algunos minutos llegaron al lugar asignado para el almuerzo, el lugar era amplio y en este había varias mesas largas, cubiertas con largos manteles blancos y rodeadas por sillas del mismo color.

Greta y Fred ocuparon una de la mesa, tal vez por casualidad o por destino, ambos quedaron frente al otro, siendo ese el primer momento en que ambos cruzaron miradas directamente. Fred tras ver los rasgos del supuesto joven que tenía al frente sintió mayor curiosidad, pues sus rasgos eran un tanto delicados para ser un chico, por su parte Greta había quedado sorprendida, el joven que la miraba de manera curiosa era muy apuesto, y ello fue algo que ella no podía negarlo, y que su corazón manifestado empezando a latir de manera inesperada.

 

—«¿Por qué está latiendo mi corazón?» — pensó Greta, quién a pesar de su nerviosismo, para nada bajo la mirada.

—No termine de presentarme en el auditorio…— decía Fred, pero se vio interrumpido por unos comentarios que se escucharon en la mesa.

—Al fin chicas — se escuchó.

—¿Dónde?, ¿dónde? — decía otro de los jóvenes que estaba en la mesa.

—Allá en la otra mesa — agrego el joven que había dado la voz de la presencia de mujeres en el lugar.

—Son las meseras, de seguro ya llegan a esta mesa — añadió otro joven.

—Están lindas, ¿verdad? — dijo uno de los jóvenes mirando a Fred.

—Sí — contesto el nombrado con calma.

—Miren aquella — decía uno de los jóvenes.

—¡Qué tal cuerpo! — expreso otro de los jóvenes.

—Y vaya cintura — agrego Fred, sin ninguna mala intención.

—Sí, la tiene bastante chica, ¿o será que las caderas las tiene demasiado grandes? — pronunció sonriendo otro de los jovenes mirando a Fred.

—Pues no solo las caderas, ¿no?, — dijo sonriendo Fred, mientras Greta lo miraba con cierta decepción.

—«Es un pervertido» — pensó Greta, mientras en su rostro se tornaba serio, al tiempo que los chicos seguían con sus comentarios.

—¿Y a ti amigo cómo te gustan las chicas? — pronunció uno de los jóvenes, haciendo que Fred pose su mirada en el supuesto joven.

—A mí no me gustan las mujeres — respondió con firmeza Greta, mientras se ponía de pie.

—Ah, no — dijeron en tono espantado alguno de los jóvenes.

—Me retiro — acoto Greta.

—Pero aún no nos han traído el almuerzo — pronunció Fred, pero no recibió respuesta, solo una mirada fría por parte de Greta, luego de ello, esta continuo su camino. Es una chica — dijo.

—¿Qué? — pronunciaron los jóvenes con los que compartía la mesa.

—Quién se acaba de ir, es una chica — dijo Fred.

—No bromees, esta es una carrera para machos — expreso uno de los presentes, mientras los demás asentían.

 

Greta ese día no almorzó nada, ella fue directo al lugar del evento y tomo asiento en otro lugar, unos minutos después se reanudo el evento. La joven desde su ubicación, vio a Fred subir al escenario y presentar el proyecto de su instituto, el cual recibió fuertes aplausos tras haber sido presentado.

 

—«Fred Modison, así se llama ese pervertido» — pensó Greta, mientras veía al nombrado recibir la felicitación de los organizadores.

 

Fred tras recibir las felicitaciones respectivas, se dirigió hacia las escaleras del lugar, no sin antes buscar con la mirada desde este a aquella joven de la cual no sabía ni siquiera su nombre.

 

—Joven, debemos continuar — escucho.

—¡Eh! bien — dijo Fred, mientras pensaba — «Solo faltan dos presentaciones más tal vez una de ellas sea la de ella»

 

Pero no fue así, ninguna de las presentaciones restantes fueron las de la misteriosa joven. Tras culminar las presentaciones del día, el evento se dio por concluido. Fred salió presuroso hacia la salida, él necesitaba saber el nombre de aquella joven misteriosa, él quería saberlo, pero el tiempo pasaba y pasaba, y ella parecía no salir por aquella puerta.

 

—Fred, Fred — decía una voz.

—Rayan — contesto el nombrado.

—¿Listo para buscar a nuestros destinos? — agrego Rayan.

—Espera unos minutos — dijo Fred.

—Pero, ¿por qué?, acabo de ver a una chica muy linda, es justo tu tipo, además… — agregaba Rayan.

—Solo unos minutos, ya faltan pocas personas — añadió Fred, interrumpiendo las palabras de su amigo.




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