Greta fiel a su promesa, cuando llego con Fred a su pueblo, decidió pasar por la casa de este, en donde Doña Ema, lo esperaba ya con una deliciosa comida preparada y con tanta calidez que Greta no pudo negarse a pasar la noche en casa de su empleado.
—Tienes una madre muy linda y gentil, además cocina deliciosa — decía Greta, mientras se encontraba sentada junto a la mesa, revisando unos documentos.
—Sí mi madre es adorable, y tiene una gran sazón — contesto sonriendo Fred, mientras tomaba asiento junto a su jefa. Ah, venía a decirte que la habitación ya está lista — agrego.
—¡Gracias! eres tan gentil como tu madre, mira que cederme tu habitación — añadía Greta.
—No hay nada que agradecer, además desde que le dije a mamá que vendría con mi jefa, ella me dijo que te quedes con nosotros, pues como ya habrás notado no es un pueblo muy grande, no hay hoteles solo posadas, y mamá consideraba que no había lugar más cómodo para mi jefa que nuestra casa, y yo la verdad pensé lo mismo, además que como ya dijiste la comida de mi madre es deliciosa, además como ya te dije — agrego.
—¿Dónde dormirás tú? — acotó Greta intrigada.
—En el sofá — dijo Fred, haciendo una pausa para agregar — ¿Para cuándo tiene planificado abrir su nuevo negocio?
—Para dentro de 3 meses — respondió Greta.
—Tres meses — dijo Fred en voz baja.
—Sí, supongo que no piensas abandonarme en ese tiempo, ¿verdad? — pronunció Greta.
—Sí me necesitas, no lo haré — dijo Fred.
—¿Por qué tienes la costumbre de cambiar tanto de empleo?, eres un trabajador muy capaz, por lo tanto, el motivo no es el despido, sino la renuncia, pero ¿por qué renuncias? — contesto Greta.
—Porque quería recabar distintas experiencias, pero creo que, en tu taller, puedo desempeñarme en lo que realmente me gusta, además está tu nuevo proyecto, espero y….
—Te tengo en cuenta para este — dijo Greta, haciendo una pausa para añadir con voz un tanto cansina — Rayan se quedará como mi apoyo en el taller principal y tú me apoyaras en mi nievo proyecto
—Pues tendrás todo mi apoyo — respondió Fred.
—Iré a descansar, que mañana aún nos espera un largo día — dijo Greta.
Al día siguiente Greta y Fred continuaron con sus visitas a otros pueblos, en busca de aquello proveedores que ella necesitaba para emprender su nuevo sueño.
Ya siendo noche, regresaron al pueblo de Greta.
—¿Por qué detienes el auto? — dijo Greta, al momento que Fred detuvo el mismo a la entrada del pueblo.
—Solo quería preguntarte algo, ya que al pasar esta muralla volveremos hacer jefe y empleado — respondió Fred con calma.
—¿Qué? — contesto confundida Greta.
—¿Tienes novio? — agrego Fred, mientras su joven jefa lo miro confundida. No te preocupes, sino lo deseas no respondas, eso sí, no quiero culminar este día sin decirte algo que vengo guardando desde que te volví a encontrar — dijo el joven con seguridad, al tiempo que tomaba una bocanada de aire para añadir — Me gustas.
Greta no respondió nada, solo guardo silencio, mientras Fred la observaba también en silencio, tal vez esperando alguna respuesta, pero no hubo ninguna.
—Bueno, ya lo dije — pronunció Fred, con una cálida sonrisa en su rostro, luego de ello encendió el auto, y continuaron su camino.
Tras algunos minutos de camino Fred estaciono su auto frente a la casa de su jefa, la cual estaba junto al taller. El joven bajo del auto al igual que su jefa, quién a partir de ese momento tomaría el volante para guardar el auto.
—¡Gracias! — dijo Greta con calma.
—Espero que lo que te dije no….
—Ya estamos en el pueblo, y aunque no en tu hora de trabajo, creo que hay que….— contestaba Greta.
—Comprendo, hasta mañana — respondió Fred, luego de ello se alejó del lugar.
—Hasta mañana — pronunció Greta, mientras abordaba su auto, para guardarlo en el taller.
Esa noche Greta y Fred no pudieron conciliar el sueño por algunas horas, ambos pensaban en todo lo que habían vivido esas horas juntos; ambos habían conocido más del otro, ambos sabían que esas horas habían incrementado también los sentimientos por el otro, pero ambos no aceptaban de la misma manera ello.
Al día siguiente Fred fue el primero en llegar a cumplir sus ocupaciones en el taller, como él lo espero, apenas puso un pie en el mismo, se vio rodeado por sus compañeros quienes habían notado su interés por su joven jefa y al saber que él y ella viajarían por un par de días esperaban ansiosos los detalles del viaje.
—No comprendo que más desean saber, ya les dije que fue un viaje fructífero — decía con calma Fred.
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Editado: 22.06.2023