"Un lugar en tu Corazón"

EPÍLOGO

Ya Había pasado 1 mes desde que Greta y Fred abrieron sus corazones, y Fred pudo saber que, si había oportunidad para él en el corazón de su jefa, un mes durante el cual él había seguido con sus detalles para con ella, un mes en que su relación con ella se tornó más amical, a tal punto que la misma Greta le pidió que la tratará de tú en vez de usted, ello aumento la esperanza de Fred, pero no solo de él, sino de toda la familia de Greta, quienes esperaban el momento de la anunciación de su noviazgo.

 

—¿Alguna novedad? — decía Albert, tras entrar al lugar donde estaba su hijo.

—Ninguna padre, no sé si Fred es lento o mi tía después de todo si es vergonzosa — pronunció Sami.

—¿Por qué dices ello hijo? — agregó Albert.

—Es que se nota que hay confianza, que se atraen, incluso Fred ya no la trata de usted, pero siguen solo siendo amigos, al menos eso dicen, por ello dije eso — contesto Sami.

—¿Acaso insinúas que Greta y Fred ya andan juntos? — dijo Albert.

—Sí, yo creo ello, y la verdad, todos en el taller piensan ello —respondió Sami.

—Si ello es cierto, me daría mucho gusto — contesto Albert.

—No solo a ti papá, tío Rubén y tío Bastián dijeron que en cuanto lo hagan oficial, ellos empiezan con los preparativos de la boda — añadió el jovencito sonriendo.

—¿De qué boda hablan? — dijo Greta que acababa de llegar a la oficina.

—De la tuya y la de Fred, tía — contesto Sami sonriendo.

—Sami, Fred y yo solo somos amigos — respondió Greta con firmeza.

—Pues por la amistad se empieza hermanita — dijo Albert.

—Pero es la verdad, solo somos amigos — pronunció con cierto pesar Greta, mientras su hermano mayor la miraba con disimulo.

 

Luego de algunas horas Albert busco a Fred pues necesitaba sacarse una duda que tenía desde hace algunos días.

 

—No sé de dónde saca ello señor Albert — dijo Fred con calma.

—¿Entonces porque me han dicho que te han visto en varias oportunidades con otras chicas?, ¿acaso no es porque ya perdiste el interés en mi hermanita? — agrego Albert con la mayor calma que pudo.

—No, claro que no, lo que pasa, es que esas chicas me están ayudando a prepararle una sorpresa a Greta — respondió Fred.

—Una sorpresa — dijo Albert.

—Sí, quiero pedirle que sea mi novia, pero quiero que ese día sea especial para ella, por ello esas señoritas con quien me vieron me están ayudando con los detalles — agrego Fred, dejando satisfecho con su respuesta a Albert, quien ese mismo día les comento a sus familiares que tal vez más pronto de lo que imaginen Greta se casaría.

 

El día escogido por Fred para pedirle a Greta que sea su novia llego, era un sábado por la noche, las actividades laborales habían concluido, aunque Greta como siempre aún permanecía en su oficina del taller. Ella estaba tan concentrada viendo en su laptop los ingresos del mes, que ni noto el momento en que Fred llego al lugar, llevando consigo un hermoso canasto con flores.

 

—Para ti — dijo Fred, sacándola de sus pensamientos.

—¡Gracias! están hermosas, aunque no es mi cumpleaños aún — pronuncio Greta.

—No se necesita de una fecha especial para darle un regalo a la persona que te gusta, ¿verdad? — respondió Fred, haciendo sonreír a su jefa.

—Pensé que te cansaste de cortejarme — dijo Greta sonriendo.

—Eso nunca, es más hoy he venido a hacerte una invitación — agrego Fred.

—¿A dónde? — pronunció intrigada Greta.

—A un lugar que prepare para ti, ¿me acompañas? — dijo Fred, extendiendo su mano.

—Claro — respondió Greta, mientras se ponía de pie.

 

Fred y Greta caminaron hacia uno de los ambientes del taller, el cual le trajo algunos recuerdos a Greta, pues era el lugar en donde su padre pasaba muchas horas del día arreglando algún auto.

 

—Indagué con tus hermanos sobre el lugar favorito de tu padre, entonces me dije, porque no hacer lo que haré en este lugar, así será como si tu padre este junto a nosotros acompañándonos en este momento — pronunció Fred, mientras entraba con Greta al lugar. Mande preparar la cena y decorar el lugar como verás — añadió.

—¿Por qué?, ¿qué piensas hacer? — decía emocionada Greta.

—¿No lo imaginas? — respondió con una amplia sonrisa Fred, haciendo una pausa para agregar — Creo que ya estás preparada ¿verdad?

 

Greta sonrío ante lo dicho por Fred, y detuvo sus pasos, para ahora ser ella quien tome las manos del joven entre las suyas.

 

—¡Gracias por tu paciencia! — dijo Greta.

—No, ¡Gracias a ti! por dejarme entrar a tu corazón — contesto Fred mirándola dulcemente.




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