Un matrimonio a distancia

Capítulo # 17

Capítulo # 17

En la mansión Sorrentino.

Layla se encontraba tejiendo cuando entró Zita emocionada.

—Hoy sabrán el sexo del bebé.

—Lo sé, estoy tejiendo una cobija para mi nieto —dijo Layla feliz.

—Nieta, estoy segura de que Meghan tendrá una niña.

—Ojalá, necesitamos una niña en la familia —comentó Layla alegre—. Alessio y Víctor necesitan una niña para que los ablande —dijo mirando a su suegra.

—Claro que sí, lo que me preocupa es el carácter de Meghan. Ella no es una mujer dócil —comentó Zita sentándose al lado de su nuera—. Hija, creo que ellos no serán felices juntos.

—Yo también estoy comenzando a creerlo.

—Todo este tiempo juntos, solo he notado tención de parte de los dos —dijo Zita suspirando—. Creo que nos saldrá viajar a Grecia a ver a la niña.

—Eso parece.

La puerta de la mansión se abrió, Uzeil entró con bolsa de grandes y Meghan traía el oso de peluche.

—Hola, familia —habló Meghan contenta.

—Vienen muy felices —dijo Layla mirándolos y notando el oso de color blanco con azul—. ¿Y qué les dijo el médico?

—Todo está bien, un poco de reposo —comentó Meghan mirándolas—, unos meses podré viajar.

—Me alegro tanto. ¿Y qué es niño o niña? —preguntó Layla impaciente.

—Es una niña, madre —afirmó Uzeil sonriendo—, abra una niña en la familia Sorrentino.

Zita y Layla gritaron de la emoción.

—¿Y eso? —preguntó Zita al ver las bolsas

—Son vestidos y algunos disfraces para cuando vaya creciendo —dijo Meghan entusiasmada.

—Qué niños tan locos —dijo Layla risueña.

Uzeil y Meghan sonrieron.

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En la empresa Sorrentino.

Clío terminó de acomodar los documentos cuando sintió a alguien atrás de ella.

—Vito.

—Siempre me conoces —dijo él sonriéndole y notando que se veía extraña—. ¿Qué te sucede?

—Nada —dijo ella dejando a un lado los documentos y sacando de su bolso un chocolate.

—¿Chocolate? —preguntó Vito extrañado—, no te gustan los dulces.

—Es un antojo —le aseguró Clío comenzando a comérselo.

—¿Antojó?

Clío asintió.

—¿Qué me quieres decir?

—Nada Vito.

—Segura.

—Segurísima —mintió ella, hace una semana descubrió que estaba embarazada, si el tonto de Vito no se daba de cuenta ella tampoco se lo diría

—Te dejó —dijo Vito alejándose de ella.

Clío siguió en lo suyo, mientras Vito no le había creído nada. Algo ocultaba Clío y lo iba a descubrir.

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En la sala de juntas.

—Uzeil no vino hoy —comentó Víctor, serio.

—Fue a saber el sexo del bebé —dijo Alessio recordándoselo.

—Será otro niño.

El teléfono sonó, Víctor miró el número y se dio de cuenta que era de la mansión, lo puso en alta voz.

—Mi amor —habló Layla contenta—. Meghan fue para el ginecólogo hoy.

—Lo sabemos, mi amor —dijo él cruzando los brazos y mirando a su padre—. ¿Y qué va a hacer?

—¡Una niña! —gritó Layla emocionada.

Víctor y Alessio se miraron asombrados y gritaron de la emoción, la primera niña Sorrentino en tanto tiempo.

—¿Y cómo está Meghan? —preguntó Alessio emocionado.

—Muy bien, se fue acostar. Aún tiene que guardar reposo —le informó Layla un poco intranquila—. Compraron muchas cosas, Zita está eligiendo la habitación para la niña.

—Dios mío, la primera nieta Sorrentino —dijo Víctor sin poderlo creer.

—Ya vamos para allá —dijo Alessio cortando la comunicación y mirando a su hijo—. Vamos, para la joyería de la familia Sorrentino, tenemos que sacar los primeros zarcillos, collar y pulsera.

Víctor incrédulo.

—Papá, tiene años guardados.

—Y que… Es la primera niña de tantas generaciones —dijo Alessio, serio.

—Está bien, vamos… Aún falta que nazca.

—Cuando nazca tendrá a los Sorrentino de cabeza —dijo Alessio feliz.

—Andando.

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En Grecia.

En la mansión Antoniou.

Malva emocionada.

—Es una niña. Meghan tendrá una niña.

Leonel mirando a su hijo.

—Te lo dije.

Gaelan miró a su mujer.

—Nuestra primera hija, primera nieta.

—¡Mujeres! —exclamó Leonel serio.

—Gracias a nosotras, ustedes pueden nacer —dijo Malva seria.

—Gracias a nosotros pueden quedar embarazadas —le recordó Leonel molesto.

—La ciencia ha avanzado tanto que la mujer no le hace falta un hombre para poder tener un hijo.

—¡Basta! —exclamó Gaelan serio—, parecen niños.

—Tu padre es tan machista.

—Padre, por favor. Estoy feliz porque tendré una nieta de primero. Los varones vendrán después.

—Para eso está Marlon —dijo Leonel mirándolo y se retiró.

—A veces lo detestó —dijo ella mirándolo.

—Es mi padre.

—No me importa, que fuera el mío.

Gaelan dio un suspiro de frustración y se salió de la mansión, necesitaba tomar aire fresco.

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En la empresa Mylonas.

Duncan mirando a su hijo, su esposa Alicia lo fue a visitar con el pequeño Kaled.

—Me hace falta la loca y maniática de Meghan.

Ella sonrió.

—Yo quiero que venga pronto, no he podido bautizar a Kaled porque ella no está aquí.

—Marlon tampoco se ha casado, esperando que esté aquí —comentó Duncan quitándole a su hijo—. Ojalá que venga pronto, eso de comunicarnos por Skype no es lo mismo.

—Todos la extrañamos, hasta los trabajadores.

—Cleo se va a casar con uno de Italia, África parece que se mudara también —comentó el desesperado—, las personas en que medio confió se van.

—Cierra este y abre uno en Italia —le propuso Alicia mirándolo.

—No puedo, mi madre me mataría.

—Casandra entenderá. Ella se fue de Italia por culpa de Alessio, parece que las cosas han cambiado —dijo ella sentándose en la silla de Duncan—. Solo piénsalo podemos vivir mejor en Italia.




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