Capítulo # 19
Días después.
En la empresa Mylonas.
—Gracias —dijo Meghan sonriendo a su primo Duncan—. Volver a mi trabajo es lo mejor que me ha pasado.
Duncan sonrió.
—Gracias a Dios. ¿Y cómo está la familia?
—Todos, bien —dijo ella sentándose en su silla—, es tan maravilloso volver a mi trabajo.
—¿Y cuánto tiempo te quedarás? —preguntó él.
—No lo sé… De eso no tengo una respuesta —dijo con sinceridad.
—Meghan, abriré una empresa en Italia —le comentó él sentándose y sonriendo—, será una extensión de la empresa.
Ella sonrió.
—Maravilloso.
—Quiero que tú seas la encargada de allá.
—¿Yo?
—Sí, yo me quedaré aquí y tú serás la jefa de Italia.
—No pienso hacerlo, no voy a dejar mi país —le aclaró seriamente.
—Yo creí que lo harías gustosa, así no tendrías problemas con Uzeil —comentó él sorprendido.
—Para nada, me gusta trabajar aquí.
—Cleo y África se mudarán para Italia.
—Lo sé, Uzeil me lo contó… El esposo de África es socio de Víctor Sorrentino —le informó ella mirándolo unos documentos—, nada me hará cambiar de opinión.
—Eres un caso único —dijo Duncan seriamente—. ¿De verdad no amas a Uzeil?
—Claro que lo amo.
—Lo siento Meghan, ustedes no tendrán un final feliz —dijo él apenado.
—Eres el segundo que me lo dice.
—Eres muy cabezona —habló desesperándose—. No sé cómo Uzeil te soporta.
—Porque me ama —le recordó ella sonriendo.
—El amor se acaba.
Meghan dejó de sonreír.
—Escucha Meghan, piénsalo bien.
—Está bien —dijo ella rodando los ojos.
—Te dejó —dijo Duncan dándole un beso en la mejilla—, en un mes será el bautizo de Kaled.
—Está bien.
Duncan salió de la oficina.
El celular de Meghan comenzó a sonar.
—Buenos días —contestó Meghan
—Buenos días, mi amor —habló Uzeil sonriendo, desde que volvió a Grecia Uzeil la llama una vez al día—. ¿Y cómo se porta la princesa?
—Bien dando pataditas —le respondió ella sonriendo—, estoy en la oficina.
—De verdad.
—Sí, estoy supercontenta.
—Sí, en tu voz se puede notar —dijo el serio.
—Te amo y Zoe también.
—Te amo, sabes que Clío está embarazada —dijo él cambiando de tema.
—Felicidades a ella.
—Vito está emocionado, el abuelo un poco molesto —dijo Uzeil riéndose.
—¿Y qué ya saben el sexo?
—Sí, es un niño. Mi tío Alessandro comenzó a brincar y comprarle de todo, tía Sandra está emocionada y compró de todo.
—¿Y cómo se llamará?
—Según Clío, le pondrá el nombre de Maxwell.
—¿Y ese nombre?
—Porque dijo que le gusta.
—Kaled, Meghan y Maxwell —comentó Meghan sonriendo—, tres nietos de un solo golpe.
—Eso es correcto.
—¿Me extrañas?
—Claro que sí, te extraño y mucho, esta semana es el matrimonio de Marlon y Helia.
—Sí, todos están ansiosos por venir.
—Tengo que dejarte —dijo ella seria.
—Suerte en el trabajo.
—Gracias, igual para ti.
.
.
En Italia.
En la empresa Sorrentino.
—¿Y cómo te sientes? —preguntó Sandra al ver a Clío, tan pálida.
—Estoy bien, Sandra —dijo ella con una leve sonrisa—, solo fue un mareo.
—Eso pasa porque sigues trabajando —dijo mirándola con seriedad—, deberías descansar.
Clío suspiró, últimamente no dormía bien en las noches, había leído en internet que le solía pasar en mujeres embarazadas, eso estaba afectando su trabajo.
—¿Y Vito? —preguntó Sandra
—Está trabajando.
—Amor —habló Alessandro acercándose a ellas—. Y ¿cómo estás, Clío?
—Mejor —contestó Clío como una leve sonrisa.
—¿Cómo que mejor?
—Se puso un poco mal —le comentó Sandra seriamente—, vamos a llevarla al doctor.
—Claro que sí.
Alessio apareciendo.
—Hola, hijo.
—Hola, padre.
—¿Y Uzeil? —preguntó Alessandro.
—En su oficina —le informó Alessio serio.
—Dile que me llevaré a Clío, al doctor —dijo su hijo serio y agarrando a Clío del brazo—, camina.
Alessio suspiró.
—Está bien.
Clío no pudo decir nada, se la llevaron como una niña pequeña.
Alessio entró a la oficina de Uzeil.
—Te quedaste sin secretaria.
Uzeil lo miró confundido.
—¿Por qué lo dices?
—Alessandro y Sandra se la llevaron, parece que se sintió mal. Estos nietos míos…. Solo buscan mujeres problemáticas —comentó el furioso.
—Sí, porque tus mujeres fueron unas santas —dijo Uzeil molesto.
—¿Y cómo está mi bisnieta? —preguntó Alessio cambiando la conversación.
—Bien, Meghan y ella están perfectamente bien. Además, unos días nos iremos a Grecia a la boda —le dijo él.
—El hijo Gaelan.
—Sí, hermano de Meghan.
—Jóvenes de hoy en día —dijo Alessio sonriendo—, solo piensan el matrimonio.
—Habla un hombre que estuvo casado tres veces —dijo divertido.
—Disfrute mis matrimonios.
—Me imagino.
—Hola —habló Ciro entrando a la oficina.
—¿Y cómo van los preparativos? —preguntó su amigo.
—Bien.
—¿Y cuándo será la boda? —preguntó Alessio al joven.
—En dos meses —respondió él sonriendo.
—Wow, quien lo diría…. Cleo le echo una brujería —dijo Uzeil divertido.
Alessio soltó una carcajada.
Ciro serio.
—Odioso.
—¿Y cómo hará Cleo? —preguntó Uzeil.
—Un tiempo no trabajará hasta que consiga trabajo en Italia —comentó el serio.
—Podría trabajar aquí —le propuso Alessio mirándolo.
—Gracias, Señor Alessio, cuando pueda le comentaré.
—De nada hijo, a lo mejor Meghan se anime a vivir aquí —dijo él esperanzado, pero lo veía difícil por el carácter de ella.
—Hasta yo lo dudo —habló Uzeil con seriedad—. Meghan no es fácil de convencer.