Capítulo # 21
En Grecia.
A las cuatro de la madrugada todos los invitados se retiraron, Meghan se despidió de sus padres, en especial de su hermano y cuñada, en menos de diez minutos Meghan y Uzeil se dirigieron al departamento.
—Estoy muy cansada —habló Meghan quitándose los zapatos.
—Una boda hermosa, la nuestra fue tan sencilla.
—Sí, fue linda —dijo ella quitándose el vestido quedando en ropa interior—, vamos a la cama.
Uzeil sonriendo.
—Claro que sí jefa.
Él se acostó con ella, aún seguía un poco enojado con ella, pero no quería a volver a discutir porque sabía que a su hija no le hacía bien.
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Horas después
—¿Te gusto el almuerzo? —preguntó Meghan a Uzeil
—Muy bueno —contestó Uzeil dejando de comer y tomando un poco de jugo.
—Creo que es hora de pensar en nuestras vidas, después del nacimiento de nuestra hija.
Él la miró serio.
—¿Por qué?
—Tenemos que analizar su futuro y el nuestro.
—¿Qué quieres decir? —preguntó él.
—Sí, cuando nazca lógicamente tiene que estar conmigo, después que cumple los seis meses podrá viajar.
Uzeil serio.
—Eso no.
Meghan notando su enojo.
—Zoe no puede estar expuesta a tantos cambios de clima, cada semana podría enfermarla.
—Quieres separarla de mi familia —dijo él cruzando los brazos.
—¡Claro que no!
—¡Por supuesto, hasta cuándo tanto egoísmo!
—Estás dando por hecho que soy una egoísta.
—Claro que lo eres —afirmó Uzeil serio—. Siempre lo has sido, primero eres tú y después lo demás. Ser padres implica dejar todo por nuestra hija.
—¿Tú piensas sacrificarte? —preguntó seria.
—Claro que sí, todo por ella.
—Eso tengo que verlo.
—Mira Meghan, sé que fui un tonto por aceptar este matrimonio, debí de tener carácter y comenzar como Dios manda —dijo arrepentido de todo lo que había pasado—, creo que nuestro amor no es suficiente.
Meghan nerviosa.
—¿Qué quieres decir?
—Esto no va a llegar a nada bueno.
—¿Quieres dejarme?
—No lo quiero hacer, te amo y mucho, pero tampoco soy masoquista Meghan, puedes vivir en Italia y encontrar un trabajo para ti.
Ella alterada.
—¡Tú no lo haces por mí, vive aquí conmigo! —exclamó.
—Me encantaría hacerlo —confesó—. Aquí no puedo trabajar, la empresa Sorrentino es un negocio familiar, en cambio, aquí no tengo un futuro. Jamás viviría del sueldo de mi mujer —le aclaró.
—Podrías trabajar en la empresa de mi tía.
—No Meghan, cada quien tiene una vida hecha. Al momento que te conocí me volví loco, ahora que tuve tiempo para analizar no debí insistir con tener una relación a larga distancia.
Ella comenzó asustarse, él la iba a dejar sola. No quería separarse de él y menos ahora que tendrían una hija en pocos meses
—Entonces esto termino.
—Es lo mejor Meghan, que cada quien decida lo que realmente uno desea —dijo él mirándola—. No puedo más Meghan, no puedo soportar, tenerte lejos, no disfrutar los malestares que sufres por nuestra hija, tu mal humor y sobre todo sentir a mi hija moverse —confesó con los ojos llorosos—. Te amo y lo sabes perfectamente bien, lamentablemente ninguno de los dos quiere ceder.
—Amigos —dijo ella intentando no llorar.
—Amigos es algo que no puedo soportar —confesó abatido—, te amo y tú a mí.
Ella se encogió de hombros y se levantó de la silla.
—Te amo, eres el único hombre que he amado con locura, por mi culpa y mi debilidad no supe diferenciar en un hombre bueno con los malos, así que hice sufrir demasiado, te pido perdón por todo lo que te hice pasar, fueron momentos que jamás olvidaré y lo guardaré en mi corazón —dijo Meghan arrepentida—, mereces ser feliz con otra persona.
Uzeil negó.
—Tú eres mi único amor, solo tú tendrás mi corazón para siempre.
—Igual tú.
Uzeil se acercó y la beso dulcemente.
—Te amo.
—Te amo —dijo ella sollozando—. Será difícil, pero lo superaremos.
Él también comenzó a llorar.
—Seremos fuerte por nuestra hija.
—Sí.
Uzeil decidió quedarse unos días con Meghan y disfrutar con ella, los movimientos que hacía su pequeña hija en el vientre de su madre, se reían un poco de ver a Meghan como le mostraba su vientre y lo gorda que se había puesto en las últimas semanas, eso para él causaba risa, la verdad que la veía hermosa.
En menos de unas semanas se realizó el bautizo del pequeño Kaled Sorrentino, Meghan y Apolo fueron los padrinos del pequeño, ella sonrió porque Duncan y Alicia se encontraban muy emocionados por el festejo, Uzeil sonrió al ver a Meghan disfrutando de todas las ocurrencias que decían su madre y tía.
Los Sorrentino empezaron a decirles cosas a Duncan sobre su hijo.
—Ustedes son únicos —dijo Duncan divertido—, eso que aún falta el hijo de Vito y la bebita de Uzeil.
—Los bebés son una bendición —sonrió Alessio—. Ya quiero que nazca mi bisnieta, ojalá que no se parezca a su madre.
—¡Alessio! —exclamó Layla seria—, mi nuera es muy hermosa.
—La suegra consentidora —dijo Víctor bromeando.
—¿Y para cuándo nace la bebé? —preguntó Mauro a su padre.
—Meghan nos dijo para agosto.
—Ojalá que sea antes —habló Duncan sonriendo.
—¿Y por qué? —preguntó Layla.
—El 29 de julio es el cumpleaños de Meghan.
—No lo sabía —comenta Layla asombrada.
—Sería lindo que naciera el mismo día que su madre.
—Yo voy a saludarla —dijo Layla alejándose.
—Pensé que vendría Zita —comentó Mauro.
—Jamás, sabes que Zita y tu madre no se hablan —comentó Alessio serio.
—Es verdad, Zita nos quiere a todos, porque Alessandro también la ve como una madre —dijo él sonriendo.
—Zita es Zita —aseguró Alessandro uniéndose a la plática—, es una lástima que no haya venido.