---Un día nuevo, una aventura nueva---
-¿Ya se arreglaron?- Preguntó la Diosa al Noveno guardián.
-Ceo que no, anoche el patriarca saco a Shaka de la habitación que compartía con Mu y Kiki, porque no quería estar con el viejo maestro- Decía esto, mientras sacudía un poco.
Suspiro resignada –Y tano que me costó ponerlos juntos-
-Shura se fue a dormir con Death y bueno se quejó toda la noche- Agrego el León dorado la conversación mientras trapeaba.
-Pobre de ese hombre, aguantar a él cangrejo fastidioso- La Diosa arreglaba un poco la sala, mientras conversaba.
-¿Entonces Afrodita durmió con Aldebarán?- Aioros le sorprendió aquello.
-Sí, y por lo que vi, se nota que no se pelearon- Decía esto mientras señalaba a los mencionados que estaban en la cocina.
-A lo que se, Aldebarán es el que tiene mejor carácter de todos- Se quedó algo pensativa.
-De hecho sí, es más relajado y no se complica tanto- Rio un poco el mayor de los tres.
-Oye, si yo tengo un carácter muy genial- Refuto el castaño claro, con un leve ceño fruncido.
-Por favor Shion… Deja explicarte… No…- Pobre del caballero de Libra que llevaba desde que se levantó el buscar hablar con el patriarca.
-Dohko, te dije que no deseaba hablar contigo, por favor déjame en paz- Decía esto mientras entraba de nueva cuenta a la casa.
-Pero, fue un error… Chiquito… No volverá a para, sabes que te quiero mucho- Sus ojitos verdes, se querían aguadar, para darle paso a un llanto que llevaba guardando.
-No me interesa lo que quieras decirme, solo déjame tranquilo este día ¿Quieres?- Ya se estaba enojando, sus puntitos estaban más juntos de lo normal.
-Por favor… Escúchame…- No le importara hacer lo que fuera para que el peliverde le dejara aclara su punto. Miro a la joven que se hacia la desentendida.
Y no perdió tiempo, sabía que ella podría ayudarlo, fui directo a pedir un favor.
-Diosa Metztli, por favor… Haga algo, para que Shion me escuche- Suplicaba, casi rogándole y a punto de ponerse de rodillas.
-¿He? ¿Yo?... Bueno… Shi…Shion… ¿Podrías por favor escuchar lo que Dohko tiene que decir?- Rio nerviosa, no era su modos operante de afrontar así los problemas.
El antiguo caballero de Aries, miro a la pelicastaña rojiza, suspiro, sabiendo que si una Diosa que le había dado hospitalidad y amabilidad desde el principio, podía al menos obedecerla para que el otro no la molestará más.
-Bien… Lo escuchare- Se paró delante del castaño, pero su mirada de enfadado no cambiaba.
En verdad ese hombre de casi tres siglos, tenía un mirar cuando se enojaba que daba miedo, inclusos la Diosa podría decir que le recordaba a los ojos de su mamá cuando hacía algo malo, solo que los rosas no la atemorizaban tanto, per si prefería alejarse.
-Ya está listo el almuerzo- Hablo por lo bajo –¿Escucharon eso?- pregunto a los hermanos.
Ambos se quedaron sin entender a qué se refería si ella era la que había hablado.
Mas ella les dedicó una mirada algo siniestra, como que le siguieran la corriente.
-Claro… Si… Creo que debemos irnos- Aioros se fue con ella, casi jalando a su hermano menor.
Dejando de esta forma a solas a los mandamases.
-Y ¿Bien? Tenis mi atención- Cruzado de brazos, mirándolo severamente.
-Shion, de verdad… Discúlpame…- Estaba nervioso, porque esa expresión del peliverde no significaba nada bueno –Mira no volveré a tomar alcohol si con eso me perdonas, pero… No puedo arrepentirme del beso, aunque lo hice estando ebrio, me gusto… Ya pude recordar bien eso y… Por favor vuelve a nuestra habitación…- Haciendo un leve puchero –Shaka es muy aburrido como compañero, no sé cómo Mu lo puede soportar- Quería armonizar un poco el ambiente.
-Está bien- Se había sonrojado un poco, las palabras que le dedico el castaño le habían llegado un poco, pero no respondió más –Si es todo, quiero ir a almorzar- Dio la media vuelta, para darle la espalda e irse.
-Shion, espera- Quiso tomarle del brazo, pero el patriarca no se dejó tocar.
Solo siguió, pues no dejaría que el más bajo lo convenciera.
-Pero… ¿No estamos bien?- Sus ojos estaban por aguadarse.
-La Diosa, me pidió que te escuchara, no que te perdonará- Siguió dándole la espalda.
-¡¡¡SHION!!! Espera…- Pero sus palabras no alcanzaba, a los oídos del cordero terco.
Y fue así como todos estaban en un ambiente incomodo a la hora del almuerzo.
Literalmente Shion estaba en medio de Mu y Kiki, comiendo tan tranquilo, devorando un plato de gorditas de canasta, pero sin carnita.
Y Afrodita estaba junto a Aldebarán, platicando más amenamente, relajado, tratando de parecer que no estuviera enojado.
Mientras Death estaba platicando algo en voz alta con Shura y este solo le seguía la corriente.
Por su parte el pobre Dohko, estaba sin querer hacerlo cerca del rubio, casi llorando al ver a su borreguito enojado y sin dirigirle una mirada aunque fuera de enojo.
Todos los ajenos a estas situaciones, estaban sin querer hacer un ruido o cometario, pues esto parecía una bomba de tiempo. Que en cualquier momento podría explotar.
El desayuno más incómodo que ni la Diosa estaba dispuesta a romperlo, pues no quería decir algo tonto, ya que su plan de todos fuera felices con sus amados, parecía que se iría al caño en una fracción del mismo.
Pero alguien tenía ganas de preguntar algo muy importante.
-Disculpé… Pero ¿A dónde iremos esta vez?- Milo quería saber aquello, peor trato de tener un bajo perfil. Los comos de los enfadados dejaban denso el ambiente.
-Oh, creo que esta vez… Mmm…- De nuevo invoca a la ruleta del segundo viaje y comenzó a darle vueltas, algo de alegría para esta situación.
Giro y giro, hasta que se detuvo en un estado, y la Diosa se quedó algo angustiada, esto no significaría algo bueno para ella.
-Valla… Salió… Puebla… Ja, ja, ja… Un estado lleno de Iglesias… Ja, ja, ja- Por alguna extraña razón su rostro aprecia muy incómodo.