En un instante, parecía que se le hubiera olvidado que era el patriarca y aún mantenía este rango donde fuera, además la única con un cargo mayor se encontraba fuera de “Combate” por así decirlo.
Suspiro tranquilo y rápidamente dio la orden necesaria.
-Aldebarán, ayuda a…- Si decía el nombre de Diosa sería un problema, así que el nombre humano serviría, pero como le costaría dejar su protocoló de lado. –Daniela… Necesita tu ayuda-
El Brasileño, acato la orden, no la cargaría, eso no sería cortes por ninguna forma y ella advirtió que odiaba ciertas cercanías, pero si le apoyaba al caminar, al ser el más grande podía ocultarse a un costado de él.
-Todos los demás, nos vamos ahora- Se dirigió a los otros, alzo un poco la voz para que obedecieran y sin rechistar.
Las personas dentro de la iglesia, se quedaron mirando todo, hicieron sus propias conclusiones, parlotearon un poco en voz baja, pero solo eso.
Si se tratara de una situación en peligro, pensaron dos veces antes de ayudar a alguien, pero es que se han acostumbrado así las personas.
Al salir de dicho recinto sagrado para quienes profesan esta religión y alejarse lo suficiente, casi al extremo sur del parque, pudieron detenerse y dejar descansar a la joven.
Aun respiraba agitada y tenía las mejillas algo rojizas –La… Lamento… Arruinarles sus vacaciones… Tsk…- Se quejó un poco, aprecia tener algún tipo de malestar.
-¿Qué es lo que le ocurre?- Capricornio, estaba intrigado por ese comportamiento en ella.
Ya estaba sintiéndose con un poco de fuerzas, pero aún estaba decaída, mas suspiro, debía explicarles esta situación, pues posiblemente no lo sabrían muy bien –Mire… Lo que pasa… Es que… Los Dioses que hemos sido desplazados, nos debilitamos al estar en presencia de personas que se han olvidado de nosotros- Sus ojos estaban algo tristes, pero sonreía como tratando dar a entender, que todo estaba bien.
-¿Cómo está eso?- Cruzado de brazos y el ceño fruncido, Death había hablado, no se comprendía del todo esta información.
Bajo un poco la cabeza, mientras ponía los puños en su regazo –Verán, no es igual que en Grecia, allá aún conservan los templos originarios, tal vez un poco modificados, las personas de allá creen aun en las deidades que protegen su zonas-
Los caballeros, se quedaron observándola y escuchándolo con suma atención, les estaba por revelar algo que muy pocos conocían fuera de ese continente, pues no todos sufren las mismas inclemencias en este mundo.
Levanto la vista, para declarar aquello –Pero, en esta parte del mundo, nosotros los Dioses originarios, quienes ayudamos a los primeros habitantes de estas tierras, hemos sido poco a poco olvidados, por la cultura que los colonizo o más bien…- Apretó los puños y su mandíbula –Invasores, asesinos…- Negó con la cabeza, se estaba dejando llevar –Impusieron a los nativos sus creencias, destruyendo los templos que nos dedicaron y oraban, imágenes, objetos sagrados fueron tomados, para el extranjero o simplemente destruyéndolos-
Recordar aquellos sucesos que vio como Diosa y aunque se tratara de hacer algo, estaban obligados a que los humanos actuaran como les placa, quienes se dedicaban a la guerra en esta cultura, protegieron e infundieron su fuerza a los creyentes.
Otros como ella, protectores de los astros principales, procuraron que el sol fuera intenso y que las mareas fueran desbocadas, para que no cometieran más actos atroces.
Mas el Dios mayor de este lugar al ser el primero en no poder soportar, pues su templo fue el primero en eliminarse, causando un desequilibrio que afecto a todos.
Su fuerza no fue suficiente.
Sin darse cuenta, las lágrimas comenzaron a brotar, nos e dio cuenta, su vista estaba clavada al frente –Los imperios de aquella época fueran destruidos, obviamente las ciadas se llevaron con años, décadas de diferencias, pero al final todos corrieron el mismo destino-
El pequeño Kiki, al ver a esa joven así, le preocupó y se acercó a ella, para consolarla, dándole un abrazo.
Ella sintió esa calidez, correspondiéndole el abrazo, a veces eso era necesario sentirse un poco mejor con un abrazo es lo mejor del mundo.
-Con el tiempo, quienes sobrevivieron tuvieron que o morir como mártires defendiendo sus creencias o volviéndose al cristianismo- Suspiro, levantado la cabeza, para ver a las personas cercanas –No puedo culparlos, por querer sobrevivir, pero eso causo, que muchos Dioses, hermanos, amigos… Fueran olvidados y su poder tan débil al grado que desaparecieron-
Aquello sorprendió a los presentes, no conocían esa información o que fuera de hecho más allá de una simple teoría.
-Los Dioses ¡¡¡¿PUEDEN DESAPARECER?!!!- Saga fue quien exclamó aquello con fuerza, no midió el volumen.
-¡¡¡CÁLLATE COPIA BARATA!!! ¡¡¡DÉJALA CONTINUAR!!!- Kanon, quien no había perdido ni un instante el contenido del mensaje, regaño al otro.
Estaban por discutir de nueva cuenta, como los buenos hermanos que son, pero el patriarca y Libra les hicieron una seña de que guardaran silencio o los matarían.
Asintió con una leve sonrisa –Así es, podemos desaparecer, cuando no exista nadie que cree en nosotros… Sonara un cliché, pero si nadie recuerda a un Dios o cualquier ser mitológico, que ya no quede ni siquiera una nota o vestigio de su existencia, se queda en el olvido que nunca paso, se esfuma y no hay vuelta atrás- Cerro sus ojos, pues ella había vivido de primera mano la destrucción de varios de ellos.
-Pero, si ustedes como Dioses los recuerdan, no deberían desaparecer, al fin de cuentas ahora son humanos- Milo agregó esto, algo preocupado.
-No es lo mismo, aun con un cuerpo humano, seguimos siendo Dioses y no contamos, el sistema de creencias aquí es posiblemente diferente al de ustedes- Apretó sus labios… Como le costaba seguir con esto. –Esa es la razón de mi malestar, este estado, bueno muchos de ellos, están llenos de creencias católicas, cristianas o de otro tipo, pero extranjeras, ajenas por completo de las originales que ya casi nadie recuerda- Mas sonrió, al recordar que pocas personas aún practicaban adoraciones a los Dioses de tiempo pasado –Bueno, en territorios “indígenas” Como la gente comúnmente les llama, algunos han hecho nuestros templos en pequeños, nos oran y piden favores, con eso, nosotros aún podemos seguir siendo recordados y bendecimos a toda la zona que nos toca proteger.